Título original: Little Brother
Libro independiente
Clasificación: Novela fantástica
Edición: Mundo Puck, marzo 2011, 15 €
Valoración: 4 sobre 5
Esta novela nos cuenta la historia de Marcus, un joven hacker que vive en una ciudad de Estados Unidos donde la paranoia del gobierno se deja sentir con mucha fuerza. Siempre había sido un rebelde, pero nunca había tenido que vérselas con el Estado después de un ataque terrorista… sobre todo en cuanto a sistemas de seguridad y control de masas. La obra también nos habla de la fuerza con la que los sistemas policiales se encuentran en situaciones complejas. Y de la capacidad de la juventud para ejercer de organismo de control sobre ello. Ah, y de hackeo de videoconsolas, pero eso no es lo importante.
El estilo del libro es ligero, incluso con las muchas explicaciones técnicas que contiene, accesibles a cualquiera gracias a su lenguaje informal y juvenil. Así que no se puede, ni se debe, esperar un cargamento de términos técnicos propios de la novela de ciencia ficción punk de la que se podría considerar heredero. Si alguna vez habéis visto juegos de ordenador donde el objetivo es encontrar la forma de burlar la seguridad, muchas de las soluciones propuestas en esta obra os resultarán convincentes; por otro lado, a aquellos que no se han planteado nunca cómo burlar los sistemas por mera demostración de libertad, esta historia les puede abrir un nuevo ideario nada esperable. Cambiando de tercio, los personajes son completamente carismáticos y el autor incluso se permite la osadía de introducir giros inesperados en el carácter de algunos justificándolos de manera completa. En especial es interesante la relación del protagonista con su grupúsculo inicial y la relación que luego tiene con todos los integrantes de la lucha contra el sistema, así como con sus padres. De hecho, sus padres son una de las fuentes de realismo en las relaciones entre los personajes más interesantes. La verosimilitud de la novela, cuya trama avanza sin ningún altibajo, es bastante alta, a lo que ayuda sin duda el apoyo que el escritor ha buscado en conocidos hackers actuales y estudiantes universitarios. Nos encontramos frente a una obra con algunos momentos duros, como descripciones de torturas y escenas algo subidas de tono (pero con mucho tacto), por lo que no es recomendable para lectores que solo quieran pasar un rato divertido, sino que requiere un cierto esfuerzo por su parte. Y lo necesita porque trata temas que son muy actuales, como el temor a los piratas o la violencia en la sociedad. Por ejemplo, la presunción de inocencia está tratada en múltiples ocasiones y es una de las piedras angulares; también se habla de la paranoia anti-terrorista. Además, a pesar de las muchas subtramas, no vemos entorpecido para nada el ritmo acelerado de la trama principal.
En suma, se trata de una obra de ciencia-ficción realista que no dejará indiferente a ningún lector. Parte de una sociedad actual que cualquiera puede reconocer y nos lleva directamente al punto de eclosión de una sociedad distópica. Solo puedo animaros a que leáis cómo se enfrentaría alguien verdaderamente comprometido con la gente que intenta robarle la libertad. También se trata de una lectura tremendamente interesante para los que buscan una sociedad de la información realmente libre, y para educar a la gente que cree que las videoconsolas y los sistemas de información solo generan monstruos violentos y criminales.