Revista Cultura y Ocio

Pequeños objetos, grandes juguetes

Por Sese
No sé si en estos tiempos los infantes aún aprovechan cualquier cosa para hacerse un juguete, si utilizan los objetos cotidianos para incorporarlos a sus juegos.
En mis tiempos sí que ocurría, con un par de palos jugábamos a deli. Un palo servía de bate y otro hacía las veces de pelota, el palo pequeño debía tener los bordes desiguales para que golpeado con el bate por uno de sus extremos tomara altura y batearlo para lanzarlo lo más lejos posible. Era una especie de baseball pero con particularidades. No recuerdo bien las reglas pero sí la letanía de:
Pequeños objetos,  grandes juguetes
- ¿Deli? - Deli
- ¿Tiro? - Tira
Y se golpeaba el palo menor como os he relatado.
Otras veces jugábamos a canicas (¿aún se hace?) y aprovechábamos, al margen de las oficiales, otras esferas tales como cojinetes y demás para incorporarlas a nuestro arsenal de bolas. Y siempre había una preferida que nunca intercambiabas (quien perdía debía pagar con canicas al ganador)
-Chiva, pie bueno, pie malo, tute y gua.
Con sus diversas técnicas de lanzamiento:
Pequeños objetos,  grandes juguetesPequeños objetos,  grandes juguetes Pequeños objetos,  grandes juguetes
El papel de plata de los bocadillos era utilizado para hacer pequeñas bolas con que jugábamos a una especie de voleibol o a hacer toques con los pies siempre sin que cayera la pelota al suelo.
Eran juegos de colegio, de patio de colegio como lo era también la rayuela (más de niñas) o su versión "machote" que se jugaba con un cuchillo o similar y se debía clavar en el suelo (mejor algo embarrado), era el "jugar a lima". O a las chapas, carreras de chapas o a jugarnos los cromos volteándolos con un golpe con la palma de la mano convenientemente arqueada...
Y en casa también pasabas el rato como podías. Cuando te cansabas de los juguetes oficiales acudías a algunos trucos para ocupar tu ocio. Siempre eran juegos que a los progenitores les desagradaban porque acostumbraban a poner en peligro la integridad de la decoración del hogar.
Quién no recuerda (de mi generación) los tambores de detergente: ¡qué gran invento!. Eran ideales, valían para todo. ya sea como recipiente para guardar los soldados, el exin castilllos y juguetes varios o como juguete en sí: en cierta ocasión me fabriqué una batería para una actuación en el cole (aunque dada mi incapacidad acabé tocando el triángulo).

Pequeños objetos,  grandes juguetes

Colón, Dixan, Elena, Ariel...no importaba la marca.

Y el uso que más me gustaba de los tambores era el de canasta de baloncesto. Se quitaba la tapa y se eliminaba el asa. Seguidamente se hacía un agujero en la parte inferior curva (en el dibujo sería donde están las bolas rojas y azules) para que una vez encestado el balón (cuyo diámetro debía ser inferior al de la apertura del tambor) cayera de nuevo al suelo por tal orificio.

Pequeños objetos,  grandes juguetes

y cómo no, los partidos eran "autoradiados":
y basket de Epiiiiiii!!!!!!


Y luego se debía acomodar la canasta en un lugar alto, que en mi caso era encima de un mueble del comedor y otorgarle un lastre en la parte inferior para anclarlo y no se cayera al suelo.
Qué bien me lo pasaba y qué prohibido tenía en casa jugar a baloncesto con tales enseres. 
Pero claro uno erre que erre siempre acababa jugando aunque fuera de estranjis. Mis castigos me costó aunque valió la pena.
Así que ya os podéis imaginar el disgusto que tuve cuando tal recipiente cilíndrico de cartón fue sustituido por uno más o menos cúbico.

Pequeños objetos,  grandes juguetes

Yo creo que envejecí cinco años cuando apareció este nuevo diseño 

Y es que a veces las cosas más insignificantes nos servían de juguetes, y de paso nos permitían desarrollar la imaginación y otras aptitudes que en esas edades se adquieren.
Seguro que habían más de estos objetos "cotidianos" que aprovechábamos para hacer juguetes, ¿me ayudáis a recordarlos?

Volver a la Portada de Logo Paperblog