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Pequeseña: Campos de fresas

Publicado el 15 octubre 2013 por Silvia Filóloga @silviafilologa
 Título original: Camps de Maduixes | Autor: Jordi Sierra i Fabra Género: Literatura Infantil y Juvenil | Editorial: SM | Páginas: 143 | Año: 1997
SINOPSIS: 
Pequeseña: Campos de fresasAmanece. En un hospital, Luciana está en coma. Ha sufrido un golpe de calor debido a una pastilla de éxtasis, la droga de diseño de moda. Sus amigos comienzan a reflexionar sobre lo sucedido el día anterior; su mejor amiga, bulímica, se enfrenta finalmente a sí misma; el chico que está enamorado de Luciana busca a la desesperada al "camello" que suministró la pastilla con la esperanza de ayudarla a salvar la vida. La policía también le busca, y un periodista sin escrúpulos se dispone a destapar todo el dramatismo de la historia. En unas horas, todo se descontrola, y cuantos conocen a Luciana luchan por ella, pero también por algo más: mejorar sus vidas y recuperar el tiempo perdido.

MI VALORACIÓN PERSONAL 

¿Qué más quieren si ya salen de noche, practican el sexo y hacen lo que les da la gana? ¿Por qué además han de destruirse? ¿Eso es libertad?

Una sociedad de jóvenes tan llenos de vida y energía, con sus frustraciones, capaces de todo y más, de superar cualquier barrera que se les imponga. Durante la semana estudian o trabajan, o ambas cosas (los ninis aquí no cuentan), y lejos de eso, es difícil verlos haciendo algo malo. Bueno, al menos imaginarlo (y aquí los gamberretes tampoco cuentan). Al llegar el fin de semana, cambian, así, con un simple chasquido de dedos; se aferran al lado oscuro de la vida, de la existencia misma, se transforman en adolescentes ávidos de sensaciones. Lo malo es en dónde buscan esas sensaciones o "subidones de adrenalina". Así es la radiografía de la juventud de hoy que el escritor Jordi Sierra i Fabra nos muestra en sus Campos de Fresas, un título precioso para la dureza que representa una vez comenzada la lectura ya desde la página uno.
Pequeseña: Campos de fresasY no dista mucho de la realidad. Lo vemos en la prensa, en la televisión, en Internet... y estamos cansados de verlo: jóvenes que salen de fiestuqui hasta las tantas, o incluso el amanecer, y se colocan con un chute. En esta novela corta de Sierra i Fabra vemos como todo esto lo sufre una chavala muy joven, su familia y toda su panda de amigos. Todos, a su manera, llevan la situación como pueden, luchan como saben, y hacen frente a las circunstancias con lo que más tienen: fuerza y coraje. Y se presenta como una lucha titánica, con decir no a una simple y en apariencia inocente pastilla hubiese sido un comienzo. Nunca un sencillo monosílabo podría cambiar tanto la vida de una persona, pero hay que decirlo, no guardárnoslo en el bolsillo: debemos sacarlo.
Puede que me quede aquí para siempre, en esta tierra de nadie. Una partida de ajedrez sin fin, sin ganador ni perdedor. Tablas eternas.

Pequeseña: Campos de fresasEl autor relata esta historia de juventud y drogas mediante una sutil metáfora: una partida de ajedrez en la que luchamos contra la muerte, más bien su protagonista es quien lucha; las negras avanzan dominantes y las blancas retroceden indefensas. Pero todas las partidas han de acabar, más tarde o más temprano. Solo hay dos posibilidades de ganar: quedar en tablas y permanecer en la oscuridad, o dar jaque mate a la muerte y alcanzar la luz. Luciana, que en la novela se pronunciará con su familia y amigos como desde "el otro lado" mientras está en coma, moverá sus fichas en el tablero que es la vida. Sin embargo, se hace muy difícil jugar con un caballo fuerte frente a una mortífera reina. Pero ella mueve ficha, no dejará de hacerlo. La pregunta que nos tenemos que hacer es: ¿ganará la partida?
Un interesante relato corto sobre este tema tan candente, delicado y atroz como es el consumo de drogas en una etapa clave y complicada como es la juventud. El libro, de fácil lectura y comprensión, puede tomarse como una historia de reflexión y autoayuda. Muy recomendable. 
Pequeseña: Campos de fresas 

EL MURO DE LAS CITAS


Así comienza Campos de Fresas...

Pequeseña: Campos de fresas Abrió los ojos cuando el primer zumbido del teléfono aún no había muerto y lo primero que encontró fueron dígitos verdes en su radio-reloj en la oscuridad de la noche.


... y así acaba:

Pequeseña: Campos de fresas Cerró los ojos por última vez, sólo para ver cómo la reina negra se alejaba vencida por un recodo del camino llevándose a su derrotado rey, y convencerse a sí misma de que había vuelto.


INFO ADICIONAL



Pequeseña: Campos de fresas

EN RESUMIDAS CUENTAS


Puntuación: 7/10 (Notable)
Bibliofiliómetro:Pequeseña: Campos de fresas

(¯`• Filóloga Bibliófila •´¯)

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