Como ya os avancé hace un par de semanas quería hacer un par de recetas con vino, ya que estamos en la época de la vendimia y tenemos frutas y productos de temporada que combinan muy bien con el vino.
Cuando pensamos en peras al vino solemos asociarlo a vino tinto con canela y una estrella o dos de anís, pero eso no tiene por qué ser así exactamente. Como ya sabréis a estas alturas, a mí me gusta darle un poco la vuelta a todo, porque sí, porque puedo y porque soy así de cabezota (y Olé!).
Esta receta es muy diferente, tiene un sabor un tanto más cítrico, pero sigue siendo dulce y el aroma que le dan el cardamomo y el jengibre es genial. El jengibre en esta receta va en poca cantidad, porque tampoco es plan de que las peras piquen, sino que le de un poco del aroma tan bueno que tiene el jengibre y del cual estoy perdidamente enamorado.
Si os atrevéis a probar cosas nuevas esta receta os encantará. Es súper sencilla de hacer, y ahora las peras están de temporada y están en todo lo suyo.
Ingredientes para cuatro personas
- 4 peras medianas maduras
- 500ml de vino blanco
- 150ml de agua
- 100gr de azúcar blanco
- 6 ó 7 vainas de cardamomo
- 2 lonchas de jengibre fresco
- Zumo de medio limón
- Azafrán en hebra
PasosEl primer paso es poner en un cazo el vino con el agua, el azúcar, dos lonchas no muy grandes de jengibre, el zumo de medio limón y las vainas de cardamomo. Los granos de cardamomo si los machacáis en el mortero un poco soltarán mejor el aroma. Para darle un toque de color podéis usar un poco de azafrán en hebra, que además también le dará un toque de sabor y aroma. Poned el cazo al fuego para que vaya calentándose.
Mientras tanto, pelad y lavad las cuatro peras medianas. Es mejor si son maduras, ya que tendrán más sabor y estarán más blandas. Cuando el vino empiece a hervir fuerte poned las peras y tapad con una tapadera, pero no del todo, dejad que respiren un poco. Bajad el fuego al mínimo para que hierva tranquilamente.
Tenéis que dejar que se cocinen durante unos veinte minutos aproximadamente, aunque dependerá del tamaño de las peras. Mientras se cocinen tendréis que ir dándoles la vuelta un par de veces para que se cocinen por todos los lados.
Pasado este tiempo pinchad las peras con un cuchillo para ver si están bien cocidas. Si el cuchillo sale fácilmente estarán cocidas. A mí me gusta dejarlas un par de minutos más a fuego fuerte y destapadas, para darle un último golpe de calor.
Si el vino no ha espesado podéis sacar las peras y dejar que reduzca un poco , hasta que sea como un almíbar. Ahora sólo tenéis que dejar que se enfríen las peras. Están buenas a temperatura ambiente y frías, aunque a mí me gustan un poco frías. Con un toque de nata montada también están muy interesantes.
¿Veis como la receta es fácil?
Enjoy!