Revista Cultura y Ocio
—Permanece en un estado continuo de melancólica nostalgia. No sé explicarlo mejor, hay algo en su rostro, como una especie de alejamiento —dijo el doctor, frunciendo el ceño.
—Ha pasado ya tiempo desde que… —evitó continuar, la mujer le observaba fijamente.Por unos instantes el doctor titubeó, pero solo percibió un vacío en sus ojos. Movió la cabeza negativamente y fijó la vista en su acompañante, esperando algún gesto o comentario.En ese momento la paciente, con los ojos como platos, parecía perdida en algún punto lejano.Los dos hombres se miraron. Uno, cogió la pluma que colgaba de su bolsillo delantero y anotó: “reclusión”. El otro hombre escribió:“Continúa en su mundo de fantasía…” —Siguió escribiendo— “… la noche, las hadas, silencio, ausencia, no sabe regresar. Tratamiento: electroshock”.Volvieron a dar una ojeada a la paciente y se marcharon.Al cerrarse la puerta de la habitación, pequeñas luces aparecieron tras el cristal. La mujer sonrió, abrió la ventana y se dejo fusionar por ese mundo mágico que la transportaba.Texto: Nuria