Revista Cultura y Ocio

Periodismo made in USA: la CIA, una fuente con atributos de editor

Publicado el 11 septiembre 2014 por María Bertoni
Periodismo made in USA: la CIA, una fuente con atributos de editor

Ken Dilanian se muestra así en su perfil de LinkedIn.

“El hombre-lampazo de la CIA: periodista de Los Angeles Times repasaba sus artículos con la Agencia antes de publicarlos”. Con este título incendiario, The Intercept publicó días atrás un extenso informe donde capturas y transcripciones de mails sugieren la naturaleza non sancta del vínculo profesional entre Ken Dilanian (que ahora trabaja para Associated Press) y agentes de inteligencia de su país. Quizás porque renueva la discusión sobre la línea delgada que separa coberturas periodísticas y operaciones de prensa, la revelación de Ken Silverstein fue apenas visibilizada por los medios estadounidenses. Sólo uno/dos artículos del Huffington Post y éste otro inesperado del mismo LA Times constituyen la excepción a la regla.

Aclaración importante antes de continuar… The Intercept es un emprendimiento online que co-fundó Glenn Greenwald, antes periodista de The Guardian, especializado en temas de seguridad nacional, y que saltó a la fama por difundir documentación confidencial que filtró Edward Snowden. Justamente, el sitio web sigue replicando contenidos desclasificados por el ex integrante de la Agencia de Seguridad Nacional, ahora enemigo público de los Estados Unidos y refugiado político en Rusia.

En cuanto al informe del sábado pasado, allí Silverstein cuenta que Dilanian mandó artículos suyos a la CIA antes de publicarlos en LA Times. Entre los ejemplos citados, figura un correo enviado al final de un intercambio de borradores y observaciones sobre operaciones de inteligencia en Yemen. “¿Así está mejor?” se titula el mail en cuestión.

Otro extracto de la nota interesa a los espectadores atentos a la polémica que generó una denuncia contra la CIA por haber intervenido en la confección del guión de La noche más oscura o Zero Dark Thirty, película made in Hollywood sobre la búsqueda y ejecución de Osama Bin Laden. A continuación, la traducción.

Dilanian también trabajó estrechamente con la CIA en un artículo de mayo de 2012, que minimizaba la cooperación de la Agencia con la directora Kathryn Bigelow y el guionista Mark Boal (…). Los Republicanos habían criticado a la administración de Barack Obama por haber revelado datos clasificados sobre la captura de Bin Laden para la ficción cinematográfica.

“Pienso que ésta es una buena oportunidad para cooperar con los realizadores y proseguir con el tipo de cosas que la CIA viene haciendo durante quince años” escribió el periodista en un mail que le envió a la jefa de prensa de la Agencia, Cynthia Rapp. “Esta historia juega a favor de sus intereses, ya que difunde información que termina influyendo en la gente dedicada al entretenimiento, ¡incluso a Demócratas! Esto les demostrará que los últimos acontecimientos distan de constituir una escándalo”.

La recomendación de Dilanian parece haber surtido efecto. El artículo que publicó justo después de aquel correo incluye una declaración on the record del vocero de la CIA, Todd Ebitz. Un año después, documentos internos de la Agencia mostraron que el área de relaciones institucionales del organismo —la misma gente con la que Dilanian había estado trabajando– pidió cambiar algunos detalles del guión de ZDT para que la central de inteligencia apareciera retratada de una manera más positiva.

Ante la consulta de Silverstein, Dilanian contó que Associated Press no le permite enviar borradores de artículos a la CIA y reconoció que esta práctica fue una mala idea. “No debería haberlo hecho y no lo haría ahora”, dijo. Luego agregó: “De todos modos, no creo que esto haya impactado mucho en el resultado de mis coberturas; tal vez debería haberles leído los textos antes que mandárselos”.

El ex periodista de Los Angeles Times también reconoció no estar seguro de si ese diario autoriza un contacto tan estrecho entre fuentes y reporteros. Sin embargo, el manual de ética del periódico prohíbe claramente esta conducta: “No distribuimos copias electrónicas ni impresas de nuestros contenidos fuera de nuestra redacción antes de su publicación. Las fuentes interesadas en revisar la transcripción de declaraciones o determinados pasajes de un artículo deberán consultar con el editor a cargo”.

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Agente de la CIA a la espera de las notas de Dilanian. Versión editada por Espectadores de una caricatura del humorista gráfico Michael Ramíez.

Por su parte, Bob Drogin, editor del Times especializado en temas de seguridad nacional, dijo que desconocía las prácticas de Dilanian y que, en caso de haberlas conocido, se las habría prohibido. “Ken es un periodista diligente pero entregar borradores a terceros no es algo apropiado”, opinó.

Silverstein también se contactó con el vocero de Associated Press, Paul Colford. La respuesta institucional es la siguiente: “La agencia de noticias entiende que las pre-publicaciones que Ken intercambió con la CIA antes de trabajar para AP tenían el propósito de precisar la información obtenida sobre cuestiones de inteligencia”. Luego aclaró por las dudas: “No coordinamos con las agencias gubernamentales la edición de materiales”.

Los mails de Dilanian fueron extraídos de una investigación del Departamento de Justicia de los Estados Unidos que realizó, en el marco de la Ley FOIA (o Freedom of Information Act), sobre el contacto profesional que la CIA y diez periodistas especializados en seguridad nacional mantuvieron entre marzo y julio de 2012. El trabajo consistió en el análisis de la correspondencia que la oficina de prensa de la central de inteligencia mantuvo con Dilanian, con Adam Goldman (en ese entonces periodista de Associated Press y ahora del Washington Post), Matt Apuzzo (entonces en AP ahora en el New York Times), Brian Bennett de Los Angeles Times, Siobhan Gorman del Wall Street Journal, Scott Shane del New York Times y David Ignatius, columnista del Washington Post.


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