Revista Diario

Peronismo verdadero vs peronismo empírico, continuando la tesis de Altamirano

Por Julianotal @mundopario
Peronismo verdadero vs peronismo empírico, continuando la tesis de Altamirano
Peronismo verdadero vs Peronismo empirico
El historiador Carlos Altamirano publicaba allá por 1992 en "Punto de vista" un artículo sobre la naturaleza del peronismo por aquellos tiempos con un titulo muchas veces escuchado: "El peronismo verdadero". Tambien forma parte actualmente de un libro recopilatorio publicado por Siglo XXI titulado: "Peronismo y cultura de izquierda"Altamirano alega la particularidad que se genera luego del 55 en el peronismo: un desdoblamiento establecido casi bajo parametros filosóficos, un peronismo "verdadero" y un peronismo "empírico" que se termina de evidenciar durante la etapa de la Resistencia. Volcar este razonamiento nos involucraría a hacer un paralelismo entre este desdoblamiento con la discusión entre los racionalistas y los empiristas, pero ¿para qué irnos tan a la mierda, no? El autor plantea que luego de la Libertadora se vislumbra un sector del peronismo (sobre todo los sindicalistas y su clase dirigente) que actuan de una forma más pragmática, mientras que el real depositario del peronismo "verdadero" descansaría en las bases:
"El tiempo de la expectativa -el del retorno, el del escape- y el del pasado son los dos dominios temporales del peronismo verdadero. El presente es el tiempo que consume el peronismo empírico, cuyo reinado, aunque contingente, impide que la verdad del peronismo se consume" (p.133)
Incluso el propio Perón sufrirá el cuestionamiento cuando, deja de presentarse como "Padre eterno" y retorna al poder, sectores de la JP nucleada bajo la conducción montonera empieza a acusar que "esta lleno de gorilas el gobierno popular"(p. 135). No obstante, el caso de Montoneros no se trataría de baluartes defensores del peronismo verdadero, ahí disiento con Altamirano, pues su postura es resultado de una simbiosis entre la lucha por la liberacion que emerge durante los sesenta y acentuados en los setenta, donde las banderas históricas del peronismo son resignificadas y orientadas hacia el socialismo nacional. Entonces, el  peronismo verdadero, aún estando de regreso el General, seguía estando en las bases, que eran los depositarios del imaginario social relacionado a la etapa feliz del peronismo. De hecho, la figura de Evita tambien estaba desdoblada por aquellos tiempos: mientras el peronismo ortodoxo o, siguiendo la tesis de Altamirano, "empririco" reproducía la imagen de la Evita de trajecito sobrio y rodete; la juventud hacía propia la imagen de una joven Evita con pelo suelto de cara al viento: la Evita "montonera". Quizás en las bases la imagen de la Jefa Espiritual no esté definida bajo ninguno de estos dos standares, por el contrario, Evita alcanzaría aspectos metafísicos, como la madre y abanderada de los humildes, la Santa Evita... Entonces, detectamos que durante el breve regreso de Perón al poder, a diferencia de los postulados de Altamirano, el peronismo verdadero se diluye ante la disputa entre los distintos sectores en pugna: de hecho, tanto la rama ortodoxa como la juvenil se autoproclaman como peronistas verdaderos, aunque destacan sólo distintos aspectos de aquel peronismo mítico del pasado.Volviendo al por qué de la exposición de Altamirano, se debe al fenomeno menemista emergente y fiel representante del más feroz neoliberalismo que provocase nuevamente este desdoblamiento entre peronistas "verdaderos" y "empiristas". 
"Este peronismo al que llamo empírico es actual (1992). (...) Acaso sea esa entrega a la actualidad, al presente, lo que ha expuesto al peronismo empírico a las viscisitudes que se le conocen. Sucede como si a la facticidad le fueran inherentes ciertos riesgos: la alvearización -que significa concebir al peronismo como un partido más-, la burocratización(el riesgo típico de los dirigentes sindicales), la gorilización (que es la internalización del enemigo), que lleva al distanciamiento de las bases, de las propias bases"(p.134)
Ante la evidencia de la traición por parte de los dueños del peronismo en el poder (el menemismo), los defensores del peronismo verdadero se llamarán asímismo como "peronistas disidentes" (una denominación que nunca termina de cerrar) y se alejarán de la estructura partidaria justicialista. El recordado luchador Germán Abdala decía por entonces:
"Nosotros quisimos ser la conducción del verdadero peronismo, pero en esto hay que ser sinceros: hemos perdido. En las elecciones de 1991 quedó demostrado que el PJ como estructura que gobierna el país, y el peronismo que intentamos expresar es ya sólo un dato histórico". 
¿Peronismo verdadero vs. kirchnerismo? El dilema de los "ismos"
La tesis de Altamirano se sumergía bajo la conclusión de que el peronismo verdadero era la representación del ser histórico peronista lejano de toda realidad, donde el pragmatismo y los coqueteos del poder sólo tornaba factible el peronismo empírico. Desde ya, la visión hacia el pasado siempre es subjetiva y es interpretada de acuerdo a los intereses de la realidad presente. Lo cierto es que luego del final abrupto sucedido en el `55, empezaron a proliferar los "ismos" dentro del movimiento, "casualmente" en donde Altamirano detecta este desdoblamiento. En principio, este desdoblamiento se debe al terrible contraste entre pasado y presente (el retorno hacia el liberalismo, la proscripción y la persecusión) refuerza la visión idilica e insuperable entre el presente y el pasado feliz. Las circunstancias entre no traicionar las banderas justicialistas o amoldarse a la coyuntura según  diversos intereses (el pragmatismo) provoca el dilema de los "ismos". Durante el primer desdoblamiento, el "Vandorismo" (el peronismo empírico) postulaba la continuidad del peronismo pero "sin Perón". El otro episodio visible es con el triunfo del justicialismo en el `73, y el aparente "camporismo", que ante los ojos de la ortodoxia peronista significaba un desvío hacia los preceptos del peronismo verdadero, puesto que Campora tenía una muy buena relación y apoyo de la juventud. Para el peronismo verdadero, no se era "ni yanqui, ni marxista". El tercer evidente ejemplo lo encontraremos con el "menemismo" y las consecuencias que trajo consigo, la profunda transformación a 180º o la traición, según el punto de vista, de las banderas históricas del justicialismo. Hasta que llegamos al proceso actual, donde aparece el "kirchnerismo" y el debate que esto conlleva: ¿se trata de un peronismo verdadero? Casualmente, Ramble Tamble publica hoy una interesante reflexión en torno a esto titulado: "Peronismo y kirchnerismo" 
Reformulando (o continuando) la tesis de Altamirano
Seguramente el autor, en pleno 1992, jamás se hubiera imaginado el viraje político en que desembocaría la crisis neoliberal que dejaba como herencia el menemismo. En el 2001 se evidenciaba la crisis de los partidos políticos, y el peronismo se había convertido en un simple reflejo de un pasado idilico pero dificil de referenciarlo en el presente. Con el ascenso de Nestor Kirchner, se presentaría la disyuntiva si queremos aplicar el desdoblamiento propuesto por Altamirano: ¿donde está el peronismo verdadero?. A diferencia de los `90, el peronismo disidente es el supuesto defensor del "peronismo verdadero" aunque en verdad solo se trate durante el kirchnerismo en una mera disputa de poder. El kirchnerismo crece como propuesta en principio apoyándose en las bases movilizadas nucledas en los movimientos sociales que luchaban ante el neoliberalismo, así como era acompañado por referentes gremiales y sindicales alejados de la estructura de la CGT. Así, durante el primer momento transversal del kirchnerismo, los pilares del peronismo (PJ y CGT) eran opuestas al proceso de construcción del proyecto político del grupo de Calafate. El apoyo de Moyano, haciendose fuerte en la CGT, más la CTA de Yasky, sumado a los movimientos sociales (cuyo referentes importantes durante la presidencia de Nestor se encontraba en las personalidades de D`elía y Pérsico) atendian todos los sectores del ambito laboral que sustentaba la base de apoyo hacia el Gobierno. Luego, seguiria la estrategia de "apropiarse" de la estructura partidaria, y de esta forma bajo Cristina, los dos pilares esenciales para sostén del Estado argentina quedan bajo el nucleo kirchnerista. El kirchnerismo, se lo puede denominar como "peronismo verdadero" aunque tambien como "peronismo empírico", aquí vale comparar con el desdoblamiento propuesto por la filosofía platónica: el mundo sensible y el de las ideas. Naturalmente, el peronismo verdadero no es más que una referencia hacia un hecho histórico canonizado, inmutable, lejano de toda realidad. Los depositarios del peronismo verdadero jamás podrían estar de acuerdo con proceso alguno, porque están aferrados a un pasado imposible de reiterar aunque sí referenciar. El kirchnerismo, reformula las banderas históricas del movimiento y radica también su apoyo en las bases. Pero su distinción es superadora, no es solamente peronista (he aquí el dilema de los "ismos") sería imposible aplicar en el mundo "sensible" o "concreto" a rajatabla los estandares del peronismo verdadero: cambió el mundo (globalización), el capitalismo (financiero vs  el capitalismo de producción que propugna Cristina), el kirchnerismo asume bajo un proceso donde el país se encontraba desvastado y no en un momento optimo como así había ocurrido bajo el primer peronismo. El kirchnerismo construye un relato, así como se realizaba durante el peronismo, como en el menemismo. En los tres la construcción del imaginario social es reformulado, el kirchnerismo retoma las banderas eternas del justicialismo, aunque también reconoce como heredera de la lucha de los setenta, y también establece como motor de transformación la unión de Latinoamerica bajo un mismo signo y la defensa irrestricta de los DDHH. El relato kirchnerista, también es reformulada y constituida desde las bases, así como décadas atrás esas bases eran los defensores del peronismo verdadero. Establecerse como continuación del proceso de transformación del peronismo también profiere una superación o una apertura de los parametros que excede el desdoblamiento propuesto por Altamirano.Todo parecería indicar que en los proximos años (¿2015?) la discusión se establecerá entre "kirchnerismo verdadero" y "kirchnerismo empírico"...
Altamirano, C. Peronismo y cultura de izquierda. Siglo XXI, 2011

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