Doble colaboración hoy, por un lado segunda aparición en Zona Negativa, el centro mismo del universo comiquero español de la mano de Origen y Christopher Nolan y por el otro participación en el la segunda parte del fabulosa dossier colectivo (lo tendreis enlazado en la barra de la derecha mientras dure) que Cinearchivo le dedica a al carrera de Steven Spielberg haciéndome cargo de un film tan poderoso como Munich (FichaFilm.asp?IdPelicula=78960&IdPerson=16102). Dos películas sin mayores parentescos que la voluntad de sus autores de atacar el cine comercial desde unos parámetros en los que la elaboración, la inteligencia y la calidad no estén reñidos con el éxito sino que se alimenten unos de otros, sumado a la voluntad que late en el cine de ambos de colocar la narración en primer término, de lograr que los personajes se definan a través de sus acciones y que, al mismo tiempo, la acción sea la que explique el fondo de sus películas.
En esta otra, Munich, pieza de categoría incrustada en la época más imponente de la carrera de Spielberg. Usando igualmente una estructura capitular el artículo trata de explicar la manera en la que las elecciones formales determinan el tono de lo contado, en este caso un acercamiento, audaz y vigoroso, a la historia política desde la historia del cine, enroscando el thriller de los 70 en el mundo de los 70 y viceversa. Logrando así que la convocación estética de unas formas cinematográficas del pasado expliquen, por si mismas la violencia y la turbulencia moral de toda una época y, en un segundo pero no menos capital plano, como la arquitectura espacial de la puesta en escena explica, por si misma, las relaciones entre los personajes, consigo mismos y con la trama/historia general: Historia y geometría del asesinato.