¿Sabías que… las mujeres entre los 15 y los 44 años de edad tienen una mayor probabilidad de ser violadas, mutiladas o asesinadas por hombres que de morir de cáncer, accidentes de tráfico o guerras? (Agencia de Prensa del Mercosur). En México, el problema de la violencia contra las mujeres es un fenómeno que ha ido tomando fuerza durante el transcurso de los últimos años; tanto que el gobierno se ha visto en la necesidad de legislar y cuantificar estos delitos a los que oficialmente se les refiere como femicidios. Parte de la respuesta social y gubernamental se ha materializado en la fundación de numerosas instituciones destinadas a la atención de mujeres vulnerables, las cuales se encuentran distribuidas por todo el país. El Programa de Atención a las Instancias de Mujeres en las Entidades Federativas (PAIMEF), movimiento iniciado por la Secretaría del Desarrollo Social a través del INDESOL, tiene como objetivo contribuir a disminuir los altos índices de este tipo de crímenes a través de apoyos financieros y seguimiento de los proyectos de las mismas instituciones locales. Sin embargo, las acciones que realiza actualmente el PAIMEF no son suficientes para desacelerar la incidencia de estos casos de violencia, por lo que no se ha logrado el objetivo del programa. El presente escrito pretende identificar las causas de la persistencia de esta situación, lo que hace necesaria la existencia de entes como el PAIMEF; así mismo se pretende determinar si las acciones afirmativas del programa realmente se están aplicando en la medida necesaria para erradicar el problema.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de los Hogares, un estudio realizado en el 2010, 7 de cada 10 mujeres mayores de 15 años han sufrido violencia de algún tipo (física, emocional, sexual, económica). Cada vez que una mujer sale de su casa corre el riesgo de no regresar jamás; aunque, en muchas ocasiones, ni siquiera tiene que estar fuera de casa para correr el mismo peligro. Uno de los inconvenientes que se presentan a la hora de cuantificar la ocurrencia real de estos crímenes es que la mayoría de las víctimas nunca reportan el abuso -en especial si se trata de un caso de violencia doméstica-, sino que tienden a negarlo. La ENDIREH estimó en el 2006 que “el 81.6% de las mujeres casadas o unidas que han sido violentadas física o sexualmente a lo largo de su relación por parte de su pareja no denunció el hecho ante ninguna autoridad”. Esto se relaciona íntegramente con la legitimidad que tiene el abuso de la mujer en nuestra sociedad ante el enaltecimiento del poder masculino, ya que al ser visto como algo normal, e incluso esperado, ellas mismas le le quitan importancia y se rehúsan a buscar ayuda. De hecho, cabe mencionar que, de acuerdo a los datos de la misma encuesta, más del 13% de las mujeres en situación de violencia desconocen sus derechos, el 10.5% no saben que pueden denunciar y el 2.9% incluso piensan que su esposo tiene derecho a reprenderlas.
Sin embargo, el tratar de convencer de las mujeres a reportar las situaciones de abuso incluso pierde su valor al ver la escasa atención e importancia que las mismas instancias de procuración de justicia le prestan al asunto. Por ejemplo, gracias a un estudio reciente sobre el número de femicidios cometidos en algunas entidades de la República Mexicana, se sabe que de la totalidad de los casos que recibe la PGR, el 65% se cometen contra mujeres entre los 10 y 24 años de edad; que en Guanajuato, en el periodo de 2006 a septiembre de 2010, se han registrado 152 asesinatos de mujeres, de los cuales la mitad se encuentra sin resolver; y que en Michoacán, entre el 2008 y el 2010, se han cometido más de 110 homicidios dolosos, habiéndose detenido un responsable en sólo 11 de ellos. Todo esto habla de la ineficacia con que se persiguen este tipo de delitos, además de la poca consideración que las mismas autoridades les prestan, pues aunque sostienen que son hechos lamentables, las acciones encaminadas a elevar los índices de casos cerrados y el número de detenidos son conocidas por su ausencia. Aunado a esto se tiene el caso de la existencia de un Modelo Integrado para la Atención a las Mujeres en Situación de Violencia Familiar y Sexual en el Sector Salud, regulado por la Norma Oficial Mexicana, que no representa gran significancia, pues no se aplica sistemáticamente en todos los centros médicos de la SSA, y mucho menos en otros tipos de instituciones de ayuda a la mujer maltratada (centros de atención psicológica, legal, médica, refugios temporales y casas de acogida), lo que denota falta de cooperación institucional y, por ende, falta de estandarización de procesos que se refleja en la decadencia de la calidad del servicio ofrecido. Gracias a los cuestionarios contestados por las IMEF, se sabe que el 47% de éstas no cuenta con un modelo de atención de víctimas de violencia y apenas un 22% reportó contar con algún protocolo para la detección de estas situaciones. Sin embargo, estos porcentajes, aunque bajos, pierden aún más valor debido a que la gran mayoría del personal no está capacitado para seguirlos; por lo tanto, si la institución tiene un modelo en el que apoyarse, es probable que no se ejecute como es debido, lo que disminuye todavía más la calidad que se le da a las mujeres que necesitan y demandan el servicio, quienes terminan perdiendo la confianza y la esperanza de recibir ayuda.
A causa de esto es razonable pensar que los programas gubernamentales de apoyo a las mujeres, como lo es el PAIMEF, tiene una amplia área de oportunidad sobre la cual trabajar. En términos de acciones concretas, el programa destinó $23; 502,395.72 al final del tercer trimestre del año 2010 (según el informe presentado por el PAIMEF en ese periodo) a las instituciones de atención a la mujer beneficiadas por el programa que se ubican en 16 estados de la república Mexicana; también ha declarado al periódico La Crónica de Hoy que “se les proporcionarán 202.1 millones de pesos para beneficiar a 343, 507 mujeres en condición de pobreza” (Destina Sedesol 240 mdp para atender a mujeres vulnerables); además e comprometió a crear nuevos centros de apoyo, líneas de atención telefónica, orientación jurídica, médica y psicológica y albergues para mujeres donde serán recibidas con sus hijos para seguir apoyando la lucha contra la violencia a la mujer. Junto a esto se da testimonio de parte de los casos de éxito que cuenta el INDESOL en el logro de metas a corto plazo que contribuirán a cumplir la principal; por ejemplo: la emisión de tres convocatorias dirigidas a Organizaciones Civiles que apoyen la causa, así como la Educación Superación y Centros de Investigación para la generación de metodologías. Dichas convocatorias, llamadas “Equidad de Género”, “Observatorios de Violencia Social y de Género” y “Prevención y reducción de la Violencia en la Comunidad a través del Fortalecimiento de la Familia”, se jactan de poder rediseñar la política pública y la legislación para corregir los huecos existentes en esta materia. En suma, de acuerdo con el INDESOL, se tiene que “el PAIMEF ha beneficiado a 8,990 personas, de las cuales 87% son mujeres, 4% hijas de 0 a 14 años, 3% hijas de 15 a 19 años, 3% hijos de 0 a 14 años y 3% hijos de 15 a 19 años, a través de refugios, casas de tránsito y en otros servicios de atención especializada” (Instituto nacional de Desarrollo Social)
Todo lo anterior da cuenta de los esfuerzos que hace el programa por lograr su único objetivo; pero, se reconoce que para conseguir tan ambiciosa meta es necesaria la participación conjunta de todas las instituciones y entes involucrados, así como de la sociedad misma y, principalmente, de la voluntad de las víctimas. Sin embargo, mientras que el problema de violencia contra las mujeres siga siendo tratado como hasta hoy por la mayoría de los involucrados, los índices de crímenes femicidas no bajarán, y la situación seguirá extendiéndose hasta salirse de control. Tanto las dependencias gubernamentales como las civiles deben juntar voluntades y coordinar planes de acción estructurado para que sea posible visualizar un cambio en las tendencias de violencia, en lugar de sólo hablar de planes y cifras que lo único que hacen es dar imagen al Instituto Nacional de Desarrollo Social, pues entre sus tantos testimonios nunca se mencionan las operaciones concretas o la forma en que se piensan llevar a cabo todos sus proyectos.. Pero, quizá lo más importante sea educar a la población (y más específicamente a las mujeres), para concientizarla de todas las opciones disponibles cuando se enfrentan a una situación de violencia. La sociedad en general debe exigir que estas acciones afirmativas realmente se están aplicando en todos los niveles de gobierno, para que dejen de ser parte de un proceso largo de implementación que parece no terminar jamás, pues, actualmente “hablar de femicidio ya no es hablar de Ciudad Juárez, sino de todo el país” (Brando).
Fuentes consultadas y/o citadas
Agencia de Prensa del Mercosur. ESPECIAL FEMICIDIO: La mujer, víctima del asesinato masivo y sistémico. Enero de 2010. 6 de Marzo de 2011 .
Brando, Cuidadano. Femicidios e índices de violencia contra las mujeres. 13 de Octubre de 2010. 8 de marzo de 2011 .
«Destina Sedesol 240 mdp para atender a mujeres vulnerables.» 8 de Marzo de 2011. La Crónica de Hoy. 8 de marzo de 2011 .
Instituto Nacional de Desarrollo Social. «Diagnóstico de la capacidad institucional frente al problema de la violencia contra las mujeres.» 2010. Indesol. 8 de Marzo de 2011 .
Instituto Nacional de Desarrollo Social. Trabajan Indesol, las instancias de mujeresde las entidades federativas y sociedad civil en la prevención y eliminación de la violencia contra las mujeres. 25 de Noviembre de 2010. 8 de marzo de 2011 .
Montenegro, Tania. «Femicidio o Feminicidio, un delito que debe ser tipificado.» 7 de marzo de 2011. El nuevo Diario. 8 de marzo de 2011 .
«Tercer informe trimestral del PAIMEF 2010.» Septiembre de 2010. Indesol. 8 de marzo de 2011 .