Las personas desplazadas son aquellos que han caido en la trampa de la pobreza absoluta por culpa de la violencia, y en la mayoría de los casos son víctimas de conflictos provocados, y mantenidos por los señores de la guerra, a fin de hacer properar su negocio. Personas que han vivido toda su vida en el campo, trabajando tranquilamente, pero que de un momento a otro se ven obligadas a emigrar a las grandes ciudades, ubicándose en los cinturones de miseria que abundan en los paises subdesarrollados, y en los que luchan por salir adelante sin más herramientas que su deseo de salvar la vida. Les cuesta demasiado adaptarse a ese nuevo medio de vida; como animales salvajes criados en cautiverio y que de pronto son puestos en medio de la jungla para que aprendan a sobrevivir solos, estas personas se enfrentan a los depredadores naturales que llevan años y años adaptados al medio, pero sobre todo se enfrentan al más grande depredador de todos los tiempos, el capitalismo aberrante, que mata a unos y a otros les mantiene en la inopia.
Incluso muchos profesionales confunden a las personas desplazadas con las personas refugiadas, términos completamente diferentes, ya que los segundos son los que tienen que abandonar su país, pero que encuentran cobijo en el país de llegada, mientras que los primeros permanecen en sus países pero en condiciones de absurda pobreza e indefensión. Hoy los medios mezclan todos estos millones y millones, y hacen bailar las cifras como si fueran los del sorteo de la lotería, pero para mi no son números como lo son para la ONU, y para todas las organizaciones de los paises desarrollados que se jactan de ayudar a "los desplazados"; para mi cada persona desplazada sufre un drama tan tremendo que daría tema para una película de cine; y el problema como tal me parece uno de los más olvidados por todos nosotros.
Resolver los problemas de las personas desplazadas sería una tarea faraónica, pero evitar que sigan creciendo los cinturones de miseria en las grandes ciudades si que se podría conseguir sembrando paz, y no bombas en esos lugares conflictivos. Detrás de cada cara curtida por el sol podría estar el vacacionista que a pesar de usar protector solar ha logrado un rostro tostado, o el chico que tuvo que emigrar a un país lejano para ayudar a su famila desplazada por la violencia.