Durante más de quince años, los economistas no pararon de decirnos que vivíamos en el mejor de los mundos posibles, el neoliberal, y que habíamos descubierto la piedra filosofal para el crecimiento económico eterno. Los economistas, que saben poco de física, no habían oído hablar de la entropía y de la imposibilidad de construir máquinas de movimiento perpetuo o economías de crecimiento eterno. Llegó la crisis de 2007 y los mismos economistas que no la vieron venir, se pusieron a escribir libros para explicar cómo el mejor de los mundos posibles había petado de una manera tan espectacular.
Después de haber pasado el último año explicando lo que había ocurrido, ahora deben explicar un poco lo que va a ocurrir a continuación. Como decía aquel, está bien conocer el pasado, pero prefiero pensar en el futuro, que es donde voy a pasar el resto de mi vida. Leyendo las noticias, veo que hay dos grandes escuelas de pensamiento. Están los que piensan que la recuperación iniciada en los últimos meses continuará, aunque a cámara lenta, y los que piensan que hay un riesgo serio de que se produzca una recaída. Por cierto, que me fascina el uso que hacen los economistas del lenguaje. Cuando veo las tasas de paro, la retracción de la demanda interna y los déficits públicos, no es la palabra “recuperación” la que se me viene a la cabeza.
Como he hecho otras veces, he echado una hojeada al informe de septiembre del Banco Asiático de Desarrollo, a ver cómo lo ven ellos. Si me van a engañar con sus pronósticos, prefiero que lo hagan unos economistas internacionales bien pagados que no unos periodistas mal pagados. Aunque sólo sea por lo que cobran, supongo que los economistas se lo currarán más.
La primera constatación es que a nivel global el primer trimestre de 2010 fue muy bueno, aunque viniendo de donde veníamos, casi cualquier cosa hubiera sido buena. El segundo trimestre ha sido decepcionante y, por desgracia, el informe se elaboró antes de que hubiera datos sobre el tercer trimestre, que podrían ser claves para determinar si seguimos “recuperándonos” de aquella manera, o si volvemos a entrar en caída libre.
Suceda lo que suceda, parece que la evolución de las economías industrializadas y la de las economías asiáticas va a seguir caminos muy diferentes. Mientras que Asia crecerá un 8’2% en 2010 y un 7’3% en 2011, las economías industrializadas lo tienen jodido, en el mejor de los casos crecerán un 2’2% en 2010 y un 2’0% en 2011. Su principal problema es el de reactivar la demanda interna, que a ver quién es el guapo que la reactiva con las tasas de paro que tenemos, los salarios a la baja y los gigantescos déficits públicos.
El informe señala que la inflación seguirá baja, con tasas apenas superiores al 1%. Desde el susto que nos llevamos en 1973 con la primera crisis del petróleo, estamos obsesionados por la inflación y no nos damos cuenta de que el riesgo ahora es el de la deflación. Y si eso de que los precios estén a la baja suena bien, que alguien les pregunte a los japoneses que llevan viviéndolo diez años si es tan maravilloso.
Allí donde Europa y EEUU no dan más de sí, Asia está demostrando su resistencia y adquiriendo protagonismo económico. Irónicamente su resistencia se debe en buena medida a las lecciones que aprendieron durante la crisis asiática de 1997. Esa crisis enseñó a sus instituciones financieras a ser más cuidadosas con el manejo del riesgo y a acumular reservas. Resulta interesante que fuésemos los occidentales quienes les diésemos a los asiáticos esas lecciones en 1997 y que luego no las aplicásemos en los años subsiguientes. Si lo hubiéramos hecho, no estaríamos donde estamos ni estaría yo escribiendo esta entrada.
La crisis que empezó en 2007 ha enseñado a las economías asiáticas que no tienen que depender tanto de sus exportaciones a los países industrializados. En consecuencia ya han empezado a interesarse más por estimular su propia demanda interna y por los mercados regionales. Este proceso se ha visto ayudado por el aumento de la inversión procedente del resto del mundo que ve a Asia, junto con Iberoamérica como las dos regiones que mejor se están salvando de la quema.
El BAD estima que Asia tiene muy buenas perspectivas para aumentar su peso económico global, a condición de que haga bien los deberes. El mundo post-crisis, cuando quiera que ese mundo llegue, será mucho menos benévolo que el que hemos conocido y la estrategia de crecer a base de industrias intensivas en mano de obra y bajos costes, dirigidas a la exportación, ya no servirá. Las economías asiáticas ya no serán economías con rentas bajas y pocos capitales, sino que serán economías con rentas intermedias y capitales abundantes. Por tanto ahora es el momento de que las economías asiáticas desarrollen su capacidad productiva. El BAD no inventa la pólvora y aboga por las típicas políticas que se defienden en estos casos: aumentar la productividad, para lo cual hay que mejorar la educación, de forma que las economías mejoren su capacidad para absorber nuevas tecnologías; desarrollar el comercio, especialmente el intrarregional para aprovechar el aumento de la demanda interna; desarrollo de las infraestructuras, procurando que no se queden por detrás del crecimiento urbano y tratando de reducir la brecha que se ha abierto entre el campo y la ciudad; desarrollo de los sistemas financieros para hacerlos más eficaces y líquidos (uno se pregunta si pretenden que los países asiáticos tengan unos sistemas financieros tan eficientes en lo que se refiere a producir crisis económicas como el norteamericano).
Por subregiones, el mejor futuro lo tienen las de Asia Oriental, que son las que más crecen, aunque 2011 será un poco menos boyante. Sólo crecerán un envidiable 7’7% por el impacto el fin de los estímulos económicos y la debilidad del comercio internacional. El Sur de Asia también crecerá un 7’8%, gracias a la mejora de su demanda interna. En esa subregión los dos puntos negros serán Pakistán, por el efecto de las inundaciones, y Nepal, por el impasse político. Pienso que en el caso de Pakistán habrá muchos más factores aparte de las inundaciones que influirán en las moderadas perspectivas que tendrá en 2011. Las economías del Sudeste Asiático que este año crecerán un 7’4%, en 2011 se verán más afectadas por las condiciones del comercio mundial y sólo crecerán un 5’4%.
Leído el informe, respiro un poco más tranquilo, pero no mucho. Sé que si hiciera falta en su próximo informe me explicarían concienzudamente y con gran brillantez porqué los pronósticos relativamente optimistas de este informe no se cumplieron.
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Adivinanza: ¿Cuál es el peor lugar del mundo para trabajar? ¿En qué empresa o institución las puñaladas traperas menudean más? Sí, ya sé que salvo los trabajadores autónomos, casi todo el mundo respondera: "En mi trabajo." Pero no, hay un sitio que gana a los demás en cuanto a toxicidad laboral. ¿Adivináis cuál es? De esto irá la próxima entrada.