Revista Cultura y Ocio
No es un secreto que los miembros de Pet Shop Boys, en especial Neil Tennant, son admiradores desde siempre del teatro musical. De hecho, han grabado e interpretado en directo muchas versiones de temas de musicales a lo largo de su carrera, tanto procedentes de los escenarios como del cine. Así, hemos podido escuchar en la voz de Neil canciones de “Sonrisas y Lágrimas”, “La Cage aux Folles”, “Bitter Sweet”, “Follies”, “Ace of Clubs”, “The Threepenny Opera” o “West Side Story”.
Por ello no fue una gran sorpresa que en un momento determinado, el dúo tomase la decisión de escribir su propio musical, con la colaboración como libretista de Jonathan Harvey. El trabajo comenzó poco después de terminar una serie de conciertos que el grupo ofreció en Londres bajo el título de “Pet Shop Boys Somewhere”, alusión a la nueva canción que apareció sólo como single para promocionar las actuaciones y que no era sino una versión de la inmortal pieza de Leonard Bernstein y Stephen Sondheim para la citada “West Side Story”.
La cuestión es que una vez metidos de lleno en la composición del material para el musical (no querían hacerlo en plan “revival” a base de canciones ya existentes) se encontraron con un buen número de temas que tenían entidad más que suficiente para formar parte de un disco independiente. Como, además, se daba la circunstancia de que entre ellas había un cierto hilo conductor no necesariamente relacionado con el del propio musical, se decidió publicar un nuevo disco partiendo de ese material que no terminaba de encajar en la obra teatral (varias canciones, sin embargo, terminarían formando parte de ambos proyectos).
El concepto alrededor del que iba a girar el disco era la noche, más concretamente la vida nocturna, todo un universo en el que las reglas que lo rigen no son las mismas que por el día. “Nightlife” iba a ser un disco más electrónico que el anterior “Bilingual” y más centrado en las corrientes de baile del momento, prescidiendo de los toques étnicos de aquel. Entre la extensísima lista de participantes en el disco destacamos la presencia del compositor y arreglista Craig Armstrong, músico al que admiramos y que tiene mucho peso en el trabajo ya que, aparte de la encargarse de la orquestación, los coros y de tocar el piano y los teclados en el disco, es el co-productor de seis de las once canciones que integran el mismo. Su estilo, en el que las cuerdas y los sintetizadores se mezclan a la perfección con los ritmos electrónicos y los samples, marca la mayor parte del trabajo. No merece la pena citar a todos los músicos que aparecen en “Nightlife” ya que son decenas por lo que sólo citaremos a los más destacados o aquellos que han aparecido ya en otros momentos en el blog como son Kate St.John (oboe), la cantante Sylvia Mason-James o Kylie Minogue, quien canta junto a Neil Tennant en uno de los temas del disco.
“For Your Own Good” - Una de las canciones del disco que iba a formar parte del musical “Closer to Heaven” pero que finalmente se quedó fuera del mismo. Se trata de un tema muy potente marcado por una percusión llena de energía que sostiene una melodía muy esquemática y una secuencias realmente agresivas. Pese a no ser una canción especialmente melódica, es una de nuestras favoritas de todo el disco por la fuerza que desprende en todo momento.
“Closer to Heaven” - Aunque en el momento de aparecer el disco aún no se sabía, esta iba a ser la canción que daría título al musical que estaban preparando. Lo cierto es que es una de las mejores canciones del dúo, siempre en nuestra opinión. Es una balada que se esconde detrás de un poderoso ritmo bailable con una producción exquisita. Toda la elegancia y el saber hacer del dúo mezclada con ritmos contundentes en un excelente tema con una coda final instrumental muy destacable.
“I Don't Know What You Want But I Can't Give it Anymore” - El que fue el primer single del disco comienza con unas cuerdas que recuerdan al Bernard Hermann de “Psicosis” y que enseguida se transforman en el clásico sonido orquestal de tantos éxitos “disco” de los años setenta. El larguísimo título se repite varias veces en un estribillo muy logrado que ayuda a completar otra gran canción y cierra una secuencia inicial del disco, realmente impecable.
“Happiness is an Option” - Neil Tennant es un gran admirador de la cultura soviética en todas facetas. En sus letras hay citas literarias de clásicos rusos, el dúo puso música a una película como “El Acorazado Potemkin” y son varios los compositores de esa procedencia cuyas obras han sido tomadas a préstamo de una u otra manera por los Pet Shop Boys. Aquí le toca a la célebre “Vocalise” de Sergei Rachmaninov cuya melodía central aparece interpretada por el oboe y por la propia voz de Neil. La canción, por otra parte, es uno de esos particulares “rapeados” de Tennant que no tienen mucho más recorrido. Se incluye también un sample de George Clinton.
“You Only Tell Me You Love Me When You're Drunk” - Otro título kilométrico para el que fue el tercer single del disco. En principio iba a formar parte del musical pero en el montaje final fue eliminado el personaje que debía interpretarla y con él, la propia canción. Según el dúo, es una canción “country” aunque no terminamos de encontrar la relación. Se trata de una balada interesante en la que quizá se abusa un poco de las cuerdas. Un tema algo por debajo de la media habitual del dúo.
“Vampires” - El comienzo de la siguiente canción, otra de las que sonarían en “Closer to Heaven”, es muy electrónico y con un punto vanguardista. Luego va girando hacia terrenos más convencionales e incluso nos recuerda las sedosas producciones de los discos de la nigeriana Sade con un punto de trip hop muy elegante del que seguramente es responsable Craig Armstrong, quien había colaborado con anterioridad con los pioneros del género, Massive Attack.
“Radiophonic” - Una de las piezas más interesantes del disco es esta que rinde homenaje al “BBC Radiophonic Workshop”, el laboratorio de música electrónica de la radio británica responsable, entre otras obras, de la icónica banda sonora de Doctor Who. Tanto Neil como Chris son declarados admiradores de la serie hasta el punto que no se han atrevido a hacer su propia versión del tema dado el gran respeto que les inspira. Quizá es el corte más puramente electrónico del disco y, a nuestro juicio, uno de los mejores.
“The Only One” - Continúa el disco con una balada descartada del montaje de “Closer to Heaven”. En principio puede parecer un tema más sin demasiada trascendencia pero con el tiempo se nos antoja una canción muy agradable y con más interés del que nos provocaba en el momento en que apareció el disco. Lo cierto es que tiene el estilo de los primeros discos del dúo y sólo los arreglos de cuerda y algunas secuencias electrónicas lo diferencian de aquellos trabajos.
“Boy Strange” - Tanto Neil y Tennant como algunos críticos han dicho que esta es una de las canciones de Pet Shop Boys que más suena a David Bowie, con quien el dúo había trabajado tiempo antes en una remezcla de “Hello Spaceboy”. Chris señala que la influencia principal, al menos en la parte instrumental, fue el “krautrock” alemán lo que no descarta a Bowie que en una época muy importante de su carrera se mostró muy interesado en esa corriente. La canción, al margen de algunos sonidos del comienzo y ciertos efectos electrónicos, tiene un enfoque acústico lo que la diferencia notablemente del resto del trabajo.
“In Denial” - Con Kylie Minogue como invitada estrella, tenemos otra canción que formaría parte también de “Closer to Heaven”. De nuevo los arreglos orquestales (también corales) son protagonistas en una introducción muy solemne cuyo carácter es reforzado por los sintetizadores poco después. “In Denial” nos parece otra de las grandes canciones del disco y también del musical. Kylie Minogue ya había colaborado con Pet Shop Boys años antes cuando el dúo le escribió una canción para su disco de 1994.
“New York City Boy” - En 1993, Tennant y Lowe alcanzaron uno de sus mayores éxitos a nivel mundial con “Go West”, su versión del éxito de Village People que terminó sonando en todas partes e incluso siendo cantada por las aficiones de muchos equipos de fútbol adaptando su pegadizo estribillo. “New York City Boy”, segundo single de “Nightlife”, buscó repetir aquel éxito con una formula similar incluyendo el mismo tipo de voces en los coros. De hecho, años más tarde, Randy Jones, el “vaquero” de Village People grabó su propia versión del tema. Musicalmente es uno de esos temas de Pet Shop Boys que no nos gusta en absoluto por su descarada vena “petarda” aunque, igual que ocurrió con “Go West” (quizá en menor medida, eso sí), el tema fue un éxito.
“Footsteps” - El disco se cierra con una balada intrascendente cuyo mayor interés radica en que cierra de alguna forma la historia que se presentaba en el primer corte del disco. En ambos, Neil adopta un rol femenino en su papel de narrador.
En el blog tenemos un cariño especial a Pet Shop Boys. Quizá tenga que ver con razones de edad y es que el dúo dio sus primeros pasos justo cuando empezábamos a escuchar música de forma consciente pero el hecho es que hemos seguido toda su carrera con gran interés. Cuando apareció “Nightlife” no nos pareció un disco particularmente inspirado. Sin embargo, con el paso de los años es un trabajo que ha ganado muchos enteros a nuestros oídos hasta el punto de que hoy lo ponemos por delante de otros discos como “Very” que siempre han gozado de un mayor predicamento entre la crítica y los seguidores del grupo. Comoquiera que el musical “Closer to Heaven” fue publicado en disco en su momento con las versiones del casting original, recomendamos también ese trabajo como complemento de éste aunque quizá lo tratemos próximamente en una entrada dedicada específicamente a él.
Os dejamos con "Closer to Heaven" en directo en la gira posterior al lanzamiento del disco.