Revista Cultura y Ocio
No nos gustó demasiado su anterior trabajo y ya lo dijimos aquí en su momento. El hecho de que se anunciase como la primera parte de una trilogía tampoco auguraba nada bueno para el siguiente volumen y si a ello sumamos el dato de que el productor iba a ser (otra vez) Stuart Price, cuya labor en el referido “Electric” (2013) nos pareció francamente mejorable, las expectativas que teníamos ante “Super”, el nuevo disco de Pet Shop Boys, estaban bajo mínimos.
Teníamos una pequeña esperanza procedente de un trabajo menos conocido del dúo que vio la luz (por decirlo de algún modo) en 2014. Se trataba de una semblanza del matemático Alan Turing en forma de ciclo de canciones que se estrenó en los “Proms” de la BBC de aquel año. En ella el dúo nos mostraba una serie de temas que mezclaban electrónica y orquesta en un formato casi clásico. Sin estar a la altura de otras obras similares del dúo como “Battleship Potemkin”, “The Man From the Future” parecía un precedente alentador para el nuevo disco, a pesar de que realmente era un trabajo concebido y compuesto en los mismos meses que “Elysium” (2012).
Existen algunas diferencias importantes entre “Electric” y “Super” que tienen que ver con la procedencia del material grabado. En el caso de “Electric” muchas de las canciones habían sido escritas en épocas anteriores y recuperadas con motivo de la publicación del disco. Con “Super” no ocurría eso ya que todas las piezas con excepción de una se compusieron en los meses previos a la grabación. De hecho, según se ha sabido, Tennant y Lowe escribieron no menos de 25 canciones en ese tiempo de las que seleccionaron 12 para formar parte del disco dejando unas cuantas para completar los singles y para futuros proyectos. “Super” se anunció como el disco más hedonista del dúo, en el sentido de desenfadado y enfocado casi por completo a la diversión y la pista de baile. Algo muy sintomático puesto que en su discografía aparecen periódicamente discos así, con un contenido más ligero como pudieron ser “Very”, “Nightlife” o el propio “Electric”. Si esa faceta se veía aún más acentuada nos íbamos a encontrar con un disco sin apenas tregua.
“Happiness” - Por si cabía alguna duda, el disco comenzaba con un tema muy bailable y una producción muy escueta. Casi esquemática. Como si Stuart Price hubiera realizado un remix de un tema más elaborado. De no ser por el estribillo, de un extrañísimo aire “country” y la voz de Tennant, el rastro de Pet Shop Boys sería imperceptible.
“The Pop Kids” - El primer single del disco resumen perfectamente lo que es éste y confirma lo que decíamos en la introducción. Una letra intrascendente que es a la vez una reivindicación del pop como género, algo que, en nuestra opinión, los Pet Shop Boys han hecho siempre muy bien sencillamente haciendo buen pop sin necesidad de reflejarlo en una letra, especialmente cuando el tema musical que la acompaña es tán limitado como este.
“Twenty-Something” - Llegamos al corte más polémico del disco por el acercamiento del grupo a un ritmo tan denostado como es el “reggaeton”. Cierto es que, si somos estrictos, parece ser que el ritmo de la pieza se ajustaría más al “technobrega”, subgénero procedente de brasil con muchas similitudes con esa plaga moderna que ha colonizado todas las FM's, las discotecas y los polígonos de nuestros días pero el propio Chris Lowe habla de un deseo explícito de hacer algo cercano al “reggaeton”. Si nos abstraemos de este detalle, nada menor, lo cierto es que la canción está entre lo mejor del disco (lo que tampoco indica gran cosa) y que con otro tratamiento podría haber mejorado mucho más.
“Groovy” - Seguimos en la pista de baile con los sonidos “house” tan presentes en muchos momentos de la trayectoria del grupo. La canción tiene un aire al sonido del dúo de principios de los noventa pero con una producción, de nuevo plana y excesivamente austera que le resta buena parte del interés que podría tener y es que ese aspecto ha sido casi siempre uno de los más atractivos de Pet Shop Boys como grupo.
“The Dictator Decides” - Uno de los pocos cortes que nos resulta atractivos en el aspecto musical es este. Con un comienzo enérgico próximo al de trabajos como “Disco 3” o “Nightlife” se va desarrollando una canción que en su melodía nos recuerda a una de las “caras b” menos recordadas del grupo: “What Keeps Mankind Alive?”. En la parte final encontramos una coda instrumental muy misteriosa que se interrumpe bruscamente dejandonos con ganas de más.
“Pazzo!” - El título en italiano se refiere al “mote” con el que algunos amigos del dúo procedentes del país transalpino conocen a Chris Lowe (“pazzo” significa algo así como “loco”). El corte es prácticamente instrumental con alguna frase suelta que aparece aquí y allá. Es una pieza en la linea de otros temas “menores” del dúo que acabaron como “caras b” o formando parte de trabajos como la serie “disco”. Su corta duración no permite un análisis mucho mayor.
“Inner Sanctum” - Continuamos con la misma tónica del corte anterior en este tema destinado exclusivamente a la pista de baile. En ese contexto es posible que sus virtudes sean mucho mayores de lo que nosotros somos capaces de apreciar y quizá por ello se encuentre a años luz de lo que esperamos de una canción del dúo a pesar de que el estribillo (la única parte vocal de la canción) es 100% Pet Shop Boys.
“Undertow” - A pesar de todo lo dicho hasta ahora, el disco remonta el vuelo ligeramente en su tramo final comenzando con esta canción en la que reconocemos sin problemas a los Pet Shop Boys que tanto hemos admirado. La única objeción que es común a todo el disco, la producción demasiado pobre de Stuart Price, aquí no lo es tanto con lo que estamos ante una de las piezas que podemos salvar del desastre.
“Sad Robot World” - Una de las pocas canciones con mensaje de todo el disco es esta balada sintética sobre un mundo tecnificado hasta el extremo. Neil sacó la inspiración de una visita a una fábrica de Volkswagen en la que una serie de “robots” lavaban los coches al final de la cadena de montaje en lo que el cantante definió como una especie de triste ballet. Lógicamente hay más implicaciones en la letra que tendrían que ver con los trabajadores que en otro tiempo habían ocupado esos puestos. La música es intencionadamente fría y tecnificada reforzando el mensaje de la canción.
“Say it to Me” - Tras la breve pausa del tema anterior volvemos a los temas destinados a la pista de baile con la curiosidad de que es el único del disco en el que Stuart Price aparece acreditado como autor junto con Tennant y Lowe. Ambos, por otra parte, reconocen una gran influencia en este tema del grupo Caribou de quienes no tenemos grandes referencias.
“Burn” - Dentro de una linea inequívocamente discotequera, este tema es de los mejores del disco, además de poseer un aire retro (¿podemos considerar ya los 90 como retro?) muy logrado. En algunas entrevistas se apunta a que algunas partes del tema proceden del reciclado de algunas canciones descartadas de finales de los años noventa aunque la canción es actual. Sin llegar al nivel de lo mejor del dúo en ese terreno, se deja escuchar.
“Into Thin Air” - El disco se cierra de modo similar a como se ha desarrollado; quizá de un modo algo más inspirado con una canción muy por encima del nivel medio del mismo lo que, junto con las inmediatamente precedentes hace de la segunda mitad del disco un tramo considerablemente superior al primero y consigue paliar, al menos en parte, un sabor general que no pasa de agridulce.
Cuando comentamos meses atrás la colaboración de Pet Shop Boys en “Electronica 2: The Heart of Noise” de Jean Michel Jarre, comprobamos que en muchos foros de seguidores del dúo británico se apuntaba el deseo de estos pusieran rápido fin a la colaboración con Stuart Price a quien muchos responsabilizan del flojo resultado de “Super”. Temas como ese “Brick England” que Pet Shop Boys firman junto al sintesista francés demuestran que el talento de estos sigue estando ahí aunque no podemos por ello eximirles de responsabilidad por la publicación de un disco que, en estos momentos, nos parece el más flojo de toda su carrera. Nuestra opinión, por otra parte, no debe tenerse muy en cuenta ya que, por ejemplo, en cuanto al disco anterior (“Electric”) era muy diferente de la que se tenía en los foros y páginas dedicadas al dúo en los que la recepción fue excelente.
Si nos centramos en “Super”, la acogida general ha sido muy variada. Sigue habiendo críticas buenas pero hemos leído también bastantes muy negativas por lo que parece que algo ha cambiado (a peor) en relación con “Electric”, incluso entre los más entregados al dúo. Alguien apuntó en algún lugar que el título “Super” podría hacer referencia a “Superficial”, ahondando en el espíritu exclusivamente hedonista del trabajo. No creemos que la intención del dúo fuera la de hacer un trabajo deliberadamente superficial aunque visto el resultado, tampoco es descartable.