Esta receta tiene muchos elementos positivos: es muy rápida de preparar, tiene una buena carga de nutrientes (el pescado contiene grasa Omega 3 y el tomate aporta muchas vitaminas y minerales), no hay que enloquecer con los ingredientes y es una idea estupenda para lo más pequeños de la casa al tratarse de un pescado sin espinas. Eso sí, es fundamental hacerse con un buen aceite de oliva Virgen Extra para garantizarnos un éxito en boca. Nuestro oro líquido marcará la diferencia.
Para la ocasión rindo un homenaje cine-culinario a mi buen amigo José Manuel Montes y su cortometraje "Un amor por revelar". Le debía este plato, ya que tuve la oportunidad de colaborar en la producción de su pequeña gran obra. Su viaje a las entrañas de Córdoba me ha sugerido esta receta, y misión cumplida. Sin más, os dejo con este maravilloso plato. ¡Mandiles arriba!
Ingredientes (2 personas)
- 2 filetes de pez espada
- 2 tomates
- 1 cebolleta mediana
- 2 dientes de ajo
- Perejil fresco
- Sal, Pimienta negra y Aceite de Oliva Virgen Extra
- 20 minutos
Ponemos una sartén al fuego con un poco de aceite de oliva. Rehogamos la cebolleta picada en brunoise (finamente) y el tomate picado. Dejamos unos minutos para que se vayan ablandando y cogiendo sabor. Ponemos a punto de sal y les damos libertad para que vayan cocinándose sin prisa.
Picamos los dientes de ajo y el perejil. En otra sartén con otro chorrito de aceite de oliva, freímos el ajo y el perejil hasta que cojan color pero sin llegar a quemarse.
Por último salpimentamos los filetes de pez espada por ambas caras y calentamos una plancha con un poco de aceite. Los cocinamos por los dos lados a fuego vivo. NOTA: Mejor que sean filetes "gorditos", ya que si son muy finos pueden quedarnos demasiado secos. Y no debemos pasarnos en su cocción, así que vigilantes como halcones en la plancha.
Para emplatar disponemos el pescado en el centro del plato, trazamos una línea gruesa con el tomate y la cebolleta pochada y por encima la picada frita de ajo y perejil y su aceite. Opcionalmente podemos rallar algo de corteza de limón o naranja.
Y no hay más. Tan sencillo y delicioso como parece. ¡Que aproveche, hitchcookian@s!
Cortometraje ideal para degustar esta película UN AMOR POR REVELAR(José Manuel Montes, 2015)
Trailer Oficial "Un amor por revelar"
Tenía esta deuda pendiente. Y las deudas se pagan o se cocinan. The Hitchcock: cocinando a cine lento tuvo el placer de participar como "mecenas" en la producción de este cortometraje diseñado en su integridad por José Manuel Montes, así que no podía por menos que rendirle un culinario homenaje a esta pequeña pieza romántica y mágica llamada "Un amor por revelar".
La historia - como todas las grandes historias - parte de una historia de amor imposible de primeras, y que poco a poco, va mutando en un encuentro ineludible. Las calles de la Córdoba nocturna, los callejones, las esquinas, los épicos puentes o los rincones secretos, son testigos (tal vez cómplices) de ese paseo de la pareja protagonista: Mickey, un apocado joven con un defecto en un ojo - que le hace ver la mitad de la realidad en negativo - y Cate, una turista inglesa de vacaciones -. Un viaje de conocimiento y descubrimiento. Conocimiento por cómo indagan en las vidas de cada uno a lo largo de la madrugada cordobesa y de descubrimiento para ella, casi como una ruta turística privada a través de los misterios y memorias de la ciudad.
Ese amor que surge por su conexión cinematográfica inicial, va cobrando forma, levantándose como un emblemático monumento, a cada paso que dan, a cada copa que comparten, a cada confidencia que se hacen. A la memoria nos vienen obras como "Antes del amanecer", "La gran belleza" "Breve encuentro" y hasta reminiscencias woodyallenescas por sus pinceladas mágicas.
En este cortometraje nos vamos a topar con un fragmento en las vidas de dos seres solitarios, que entrelazan sus destinos (sin saber qué será de ellos más allá de la noche compartida) para encontrar un poco de calor humano, de compañía, un hombro amigo sobre el que descansar las penas y las ilusiones. Y mientras tanto, la ciudad observa silenciosa el devenir de su romance.
Nuestra receta evoca a Córdoba, tercer personaje principal de "Un amor por revelar". En sus entrañas se aglutina todo el deambular de esta pareja noctámbula. Tomemos el pescado como el mapa de la ciudad, que sirve como escenario o laberinto. En su alfombra (o carne) se trazan caminos marcados a fuego en la plancha que nos catapultan a esos pasadizos y callejuelas que serpentean por la localidad. La irregularidad del propio pez espada también nos hace pensar en esos caminos de adoquinado agreste, abombado, por cuyos rostros han pasado millones de suelas. Y su color tostado, brillante, como lo es el suelo a la luz tenue de las farolas.
Mickey y Cate comienzan su aventura por separado, como la cebolleta y el tomate. Cada uno por su lado hasta que un encuentro forzado les hace intercambiar las primeras palabras. Él, dulce como la cebolleta, sin un sabor demasiado fuerte, tierno en su forma de hablar y de mostrar sus sentimientos. Ella representa la fantasía, la tentación, el rojo pasión del tomate. En los compases iniciales ambos se nos presentan esquivos, algo nerviosos, marcando las distancias... Pero cuando toman la decisión de vagar por la inmensidad de la noche (o a lanzarse al vacío de la sartén) la tensión va desapareciendo, dejando hueco a la unidad. Un pochado a fuego lento que va mezclándoles, en sabor y en emociones.
El ajo y el perejil nos otorgan ese punto de secretismo, de oscurantismo, que sobre todo invade a Mickey y su coqueteo con sustancias que le hagan sobreponerse al fallecimiento de su madre. Un lado oculto que trata de mantener lejos de Cate, sin saber que ella es final y realmente la droga que necesita para salir a flote y ver la realidad en su entera composición.
Al final, Mickey obtiene un mundo en color. Nada "negativo" se encuentra ya en su visión. Y explota el amanecer sobre Córdoba y su Mezquita, llenando la pantalla de una paleta de colores infinita. Nuestro plato florido, así como la flor decorativa, se asemejan a las macetas que bailan en los balcones. Y la salsa de tomate y cebolleta cruza el Guadalquivir (el pez espada como elemento marítimo o al menos, acuático) como lo hace el Puente Romano.
"Un amor por revelar" es una estupenda comedia romántica, o un romance de trazos cómicos, que se sirve de unos decorados naturales estupendamente fotografiados y plasmados. Pocas veces se habrá indagado en la noche cordobesa como lo hace José Manuel Montes. Y el resultado final es un óleo lleno de texturas, matices, sabores y olores perfectamente trazado. Y todo, como nuestra receta, sin prisa, disfrutando de cada paso, deteniéndonos a respirar el aliento de una ciudad única...