Phobos
(Fuente: www.wikipedia.org)
Pero, ¿cuál de estas lunas tiene su final más próximo? La protagonista de hoy, desgraciadamente, es Phobos, el más grande de los satélites y el más cercano al planeta rojo (9377 km de distancia). La responsable de este suceso es la gravedad, pero podría acabar con él de alguna de estas dos maneras.
Los científicos barajan dos posibles finales para el satélite. Phobos pierde altura, descendiendo 1,8 centímetros cada año. Dentro de unos cuantos millones de años, el mayor satélite del planeta rojo acabará estrellándose contra el planeta, provocando un gran cráter en la superficie marciana. La otra posibilidad es que la gravedad acabe desgarrándolo. Al estar tan cerca del planeta anfitrión, la atracción gravitatoria que sufre es muy fuerte y esto está afectando a su integridad estructural. Poco a poco, en la superficie del satélite, van apareciendo grietas que confirman esta teoría y que acercan a Phobos cada vez más a su inevitable final. Ambas teorías están confirmadas, pero lo que los científicos no saben es cuál de ellas acabará con la vida de la luna primero. Hagan sus apuestas.
Mientras, el satélite marciano sufre violentos impactos frecuentemente. Debido a la cercanía de Marte al Cinturón de Asteroides, numerosos pequeños asteroides son atraídos por la gravedad y colisionan contra Phobos. Estos impactos, a parte de dejar cráteres en la superficie del satélite, levantan pequeños fragmentos de roca que vuelven a ser atraídos por Phobos provocando más colisiones, y así en un bucle hasta que los fragmentos de roca son lo demasiado pequeños para provocar algún daño. La vida de Phobos no es fácil.
Los científicos calculan que a Phobos le quedan entre 30 y 50 millones de años de vida, no mucho tiempo si tenemos en cuenta que hablamos en escalas astronómicas. ¿Y qué le pasará a la otra luna, a Deimos? El final de Deimos tampoco es agradable. A diferencia de su hermano, la luna más pequeña se está alejando del planeta rojo (orbita a 23460 km de Marte) y dentro de algún tiempo terminará por abandonarlo. Después de estos quedan tres posibilidades: vagar un tiempo como asteroide y caer en la gravedad de otro planeta, impactar contra el Sol o vagar eternamente por el espacio exterior. Ocurra lo que ocurra, una cosa está clara, Marte se quedará sin satélites.