Revista Arte
Siempre me han gustado las locomotoras de vapor y las antiguas estaciones de ferrocarril. A principios del siglo XIX, con la invención del hierro forjado y, más tarde, del acero, los carriles pudieron hacerse más largos y resistentes, consolidándose así este nuevo medio de transporte. Poco a poco, el ferrocarril fue abriéndose paso y pronto se hizo popular. Los artistas también quisieron representar este nuevo invento que tanto llamaba la atención: muchos incorporaron en sus pinturas la silueta de una locomotora, pintaban la estación del ferrocarril o se centraban en las caras de expectación de los que subían a una por primera vez. Estas pinturas constituyen un documento histórico de valor incalculable. Hoy me apetece enseñaros algunas de las que más me gustan:
Turner Rain, Steam and Speed (1844)
Adolph von Menzel On a Journey to Beautiful Countryside (1892)
William Powell Frith The Railway Station (1862)
Monet The Pont de l'Europe, Gare Saint-Lazare (1877)
Monet The Gare Saint-Lazare. Arrival of a Train (1877)