Son muchas las novelas publicadas a lo largo de los años y cientos los personajes que en ellas nos hacen soñar, sufrir y disfrutar, acompañándoles en peligrosas aventuras, en complicadas reflexiones o en profundos sentimientos. Sin embargo, hay algo realmente difícil, algo que no todos los autores consiguen: crear personajes inmortales. Y no hablo de vampiros, ni de brujos u hombres lobo. No me refiero a dioses o ninfas que viven eternamente. Se trata de otro tipo de inmortalidad: cuando lees un libro en el que encuentras a un personaje que sabes que siempre te acompañará, hasta el último de tus días, y que después acompañará a tus hijos y a los hijos de tus hijos. Un personaje cuya imagen se instala en tus retinas de una manera clara, cuyas palabras se repiten una y otra vez en tu mente, cuya línea de pensamiento resulta tan cercana a la tuya o, por el contrario, tan peculiarmente distinta, que siempre podrás identificarla.
Pero no voy a andarme por las ramas, pues vengo a hablar de uno de esos personajes en concreto: Pippilotta Viktualia Rollgardina Pfefferminza, hija de Efraín Calzaslargas y princesa de la isla de Kurrekurredutt o, como todos los niños y no tan niños de esta y aquella otra punta del planeta la conocen, Pippi Calzaslargas.
► Nacimiento del personaje

► En los confines de una pequeña ciudad sueca

► La protagonista
Centrémonos ahora en la verdadera protagonista: Pippi Calzaslargas es un personaje peculiar se mire por donde se mire, empezando por su aspecto: “Su cabello tenía exactamente el color de las zanahorias y estaba recogido en dos trenzas que

Además, no podemos olvidar su inigualable fuerza, con la que es capaz de alzar en el aire a su caballo. Se comenta a veces en los medios, erróneamente, que dicha fuerza es debida a unos poderes, cosa que hay que negar rotundamente. Pippi no tiene poderes mágicos ni nada similar. Simplemente se trata de una niña bien curtida gracias a su vida en el mar, junto a su padre. Lo que sí tiene Pippi son respuestas para todo, y sale siempre airosa de cualquier situación. Además, es poseedora de una imaginación portentosa, lo que le hace meterse en más de un problema: sus continuas ocurrencias que siempre dibujan, como mínimo, una sonrisa en el rostro del lector, hacen que los personajes adultos la tachen de mentirosa, descarada o incluso maleducada. Sin duda alguna, Pippi Calzaslargas rompe con todos los tópicos que podrían esperarse de un personaje femenino de sólo nueve años de edad. Y es que podría considerarse que Pippi fue una figura revolucionaria que representaba lo que los niños, en sus fantasías, podrían desear: vivir sin las normas impuestas por sus padres, siendo los dueños y señores de una enorme casa repleta de singulares objetos y emocionantes

Pippi desafía a todos los adultos que tratan de meterse con su modo de vida e incluso se ríe de la policía, que trata de llevarla a un hogar infantil. Todas estas características, y el hecho de que Pippi pudiese a veces influir en sus amigos Tommy y Annika haciéndoles llegar tarde a casa o llevándolos de excursión, hicieron que los padres de la época sintiesen un rechazo hacia esas historias relatadas por Lindgren al considerar que eran un mal ejemplo para sus hijos y que les metían en la cabeza conceptos erróneos de lo que se consideraba normal acerca de la familia, la escuela o la buena educación. Quizá aquellos padres no se daban cuenta de que era precisamente eso lo que despertaba tanto interés en los niños: desafiar las estrictas reglas a las que se veían sometidos. Tal vez Pippi fue uno de los primeros eslabones en la construcción de la mentalidad de la sociedad actual, de las ansias de libertad, de igualdad y de tolerancia que hoy aún tratamos de conseguir pero que, sin duda, tenemos más cerca que entonces.
► El fenómeno mundial

Se hicieron también muñecas, se publicaron colecciones de pegatinas y fotografías, e incluso hoy en día la cara de Pippi Calzaslargas (casi siempre en la versión de Inger Nilsson) puede verse estampada en vestidos y camisetas. Recordemos, además, que la princesa Pippilotta fue un importante icono feminista en los años setenta. Más recientemente, Pippi inspiró a otro importante personaje en una exitosa saga literaria: Millenium. En la única entrevista que el autor de dicha saga concedió antes de morir, afirmó que la heroína de su obra, Lisbeth Salander, había sido creada a partir de la visualización de una Pippi adulta.
Como bien dije al comienzo de mi texto, Pippi Calzaslargas es un personaje atemporal, inmortal e inolvidable que, por muchos años que pasen, seguirá presente, generación tras generación.
