Te das cuenta de que llega el calor y con él baja la marea de la temporada cinematográfica cuando miras la cartelera y te topas con alguna entrega de esa saga con ánimo de mucho lucro que es Piratas del Caribe. No falla. Pero que se dejen los blockbusters (no, no hablo de los Cazafantasmas, sino del cine taquillero de palomitas y gran presupuesto en general) para el verano, cuando uno tiene más opciones de ir a ver algo en familia sin agobios en época de asueto mental, no quiere decir que lo que se vea sea necesariamente malo, damos fe de que hay muchas excepciones. Lamentablemente La venganza de Salazar (Los muertos no cuentan historias en su título original), como su nombre casi indica, no es una de ellas.
En este caso, el tal Salazar, interesante novedad interpretada por Javier Bardem con mayor presencia y empaque de lo que merece el personaje, no es un pirata, sino un capitán de navío español que cuando estaba vivo (ya le habrán visto el aspecto “poco saludable” al muchacho en el cartel anunciante) luchaba por erradicar de los mares los barcos de bandera negra que tanto daño hacían al Imperio. Pero apareció Jack Sparrow (ya ven, mundo anglosajón, los piratas son los buenos y los soldados españoles los villanos, no esperarían otra cosa, ¿no?) y ahí acabó la carrera militar de Salazar, que desde entonces como no muerto dedicó su no vida a perseguir al protagonista de la cinta. Porque Johnny Depp con ese espantajo ridículo que encarna y se salva de balas, espadas y demás potenciales muertes por puro azar “a golpe de humor” y por exigencia del guión hace ya algunas entregas que se tornó en el único e indiscutible foco de atención de la franquicia.
Además de Sparrow soltando simplezas por esa bocaza y pareciéndose a Goofy más que nunca, tenemos a los jóvenes compañeros de aventuras, rescatamos rostros conocidos del pasado como el de Barbossa (siempre un placer tener a Geoffrey Rush en escena) y alguno más en forma de cameo/sorpresa, colocamos en la ecuación un objeto místico con poderes que buscar y un trasfondo “originalísimo” de hijos siguiendo pistas y legados de sus padres. Resultado: una película larga y aburrida con efectos digitales más que espectaculares que te hacen abrir los ojos como platos ante tiburones fantasmagóricos o asaltos navales “made in Hollywood siglo XXI” y te alejan a la vez del olor a salitre del cine clásico de piratas. Para ello han hecho falta dos directores, porque se ve que uno solo no abarcaba “la complejidad narrativa de plasmar la portentosa prosa del minucioso guión”. Hay cosas que uno no comprende por años que lleve en esto…
Cuando allá por 2003 apareció en cartel para cambiar el género la primera parte de estos Piratas del Caribe, la pregunta que pasó por la mente de bastantes fue la de si, no ya un juguete o un juego, sino una atracción de Disneylandia daba para una adaptación en forma de largometraje. Respetando a los que quieran arrojarme por la borda tras esta afirmación (sin miedo, llevo bañador y hace calor), mi respuesta tras haber dado ya, no para uno, sino para ¡¡cinco!!, sigue siendo un rotundo NO.
Dirección: Joachim Rønning, Espen Sandberg. País: USA. Género: Aventuras. Piratas. Secuela. Título original: Dead Men Tell No Tales. Duración: 129 min. Intérpretes: Johnny Depp, Javier Bardem, Brenton Thwaites, Kaya Scodelario, Geoffrey Rush, Orlando Bloom, Kevin McNally, David Wenham, Stephen Graham, Adam Brown, Golshifteh Farahani, Martin Klebba, Goran D. Kleut, Jessica Green, Paul McCartney, Keira Knightley Guión: Jeff Nathanson (Personajes: Ted Elliott, Terry Rossio, Stuart Beattie, Jay Wolpert). Música: Geoff Zanelli. Fotografía: Paul Cameron. Estreno en España: 26 mayo 2017.