El pisto es un plato tradicional de la cocina española que consiste en un sofrito de verduras de composición variable, normalmente las más accesibles de la huerta dependiendo de la temporada. Se encuentran siempre los pimientos rojos y verdes, los tomates y el calabacín. Todos estos ingredientes se preparan cortados en pequeños dados que se van pochando sucesivamente en una cazuela de barro con aceite de oliva virgen, dejándolo reposar después para que se mezcle y se asiente bien todo el sabor de las verduras.
Es un plato sano y muy mediterráneo, que nos servirá tanto como guarnición de carnes como de pescados, pasta, huevos e incluso como relleno de sabrosas empanadas. Aunque la mayoría de las veces yo prefiero disfrutar de esta perfecta sintonía vegetal tal cual la veis, simplemente sola.
Ingredientes:
- 2 calabacines.
- 1 pimiento verde.
- 1 pimiento rojo.
- 2 cebollas medianas.
- 2 dientes de ajo.
- 1 kg de tomates maduros.
- 1 cucharadita de cominos (opcional).
- Sal.
- Aceite de Oliva Virgen.
Preparación:
- En un mortero se majan los dos dientes de ajo sin la semilla junto con el comino y un poquito de sal, hasta conseguir una pasta.
- Lavamos y secamos los tomates, les hacemos una cruz no muy profunda en la parte de arriba y los metemos en agua hirviendo durante un par de minutos.
- Los sacamos y los metemos en agua muy fría o con hielo. Esperamos unos minutos a que se enfríen y luego simplemente les retiramos la piel. Reservamos la carne en una fuente.
- Cortamos las cebollas en trocitos más o menos regulares y las pochamos en una cazuela con un fondo de aceite de oliva a fuego suave. Una vez comience a estar transparente, añadimos el majado del ajo con el comino. Removemos bien.
- Luego añadiremos los pimientos cortados de igual manera y libres de simientes. Sofreímos hasta que comiencen a estar blanditos.
- Agregamos en ese punto el calabacín, que habremos despuntado y cortado en taquitos un poco más grandes que los pimientos. Dejaremos que se hagan hasta que ablanden, removiendo de vez en cuando.
- Cuando todo el conjunto de la cazuela esté tierno y blandito, añadimos los tomates, removemos bien y dejamos que reduzca un poco la salsa. Salamos al gusto.