Hola Graminoleños.
El calor aprieta y que mejor que escuchar buena música y recordar viejos y buenos tiempos para poder sobrellevarlo mejor. Hoy pasan por “La Graminola” un grupo que tuvo bastante éxito durante los años 80, aprovechando la cresta de “La Movida Madrileña” y que sin ser un grupo de masas nos dejarían un puñado de buenísimas canciones. Hablo de los madrileños Pistones.
Corría el año 1980 y un grupo de amigos formado por Ricardo Chirinos (vocalista y aunténtico líder de la banda), Agustín Jiménez, Fran López, José Marín, Enrique Martín y Ramón López darían forma a un grupo al que llamarían Pistones, nombre que tomarían de unir el nombre de dos de sus grupos favoritos: “Sex Pistols” y “Rolling Stones“.
He de reconoceros que eran una de mis debilidades de aquella época y me encantaba su sonido guitarrero. Su carta de presentación sería la grabación de una maqueta cuyo título no podía ser otro: “Los Ramones”, una canción considerada como la auténtica semilla del grupo.
La repercusión que tendría esta maqueta llevaría consigo que empezaran a hacerse populares entre los jóvenes españoles que por aquel entonces se interesaban cada vez más por la música y por los nuevos grupos que iban surgiendo, por lo que en el año 1982 publicarían un EP con cuatro canciones, de las cuales dos de ellas se convertirían en el principio del éxito rotundo que les llegaría al año siguiente.
Este EP llevaría el título de “Las Siete Menos Cuarto” y precisamente esa canción puede considerarse como el primer éxito de la banda y el pistoletazo de salida hacia la fama.
No sería ésta la única canción que se haría popular de este EP, ya que otro de sus cortes, “Te Brillan Los Ojos”, también tendría bastante repercusión. La manera de cantar de Chirinos y el limpio sonido de sus guitarras les harían inconfundibles a partir de ese instante.
Tras el éxito cosechado con este EP, en el año 1983 les llegaría la gran oportunidad de publicar su primer larga duración, un disco que les llevaría a la cumbre del éxito y que a buen seguro ni ellos mismos sospechaban que podría tener la acogida que tuvo. Su título: “Persecución”.
Lo cierto es que gran parte de la culpa del éxito de este disco lo tendría la canción que se eligiría para ser publicada como primer single del mismo. Su sonido de guitarra inicial es ya todo un clásico de nuestra música y su letra se cantaría una y otra vez durante mucho tiempo. Me estoy refiriendo, claro está, a “El Pistolero”.
La acogida del disco sería espectacular y algunos de los artistas ya consagrados del momento elogiaron hasta decir basta el disco. De hecho, Julián Infante, integrante de Tequila, realizaría labores de producción y colaboraría con ellos en la gira de promoción del disco.
Como ya digo, el disco no tiene desperdicio, siendo otra de sus canciones destacadas y de las preferidas de sus fans la titulada “Metadona”.
“Persecución” está considerado como uno de los discos de referencia de muchos de los grupos que vendrían después, como sucede con otro de los integrantes de Tequila, Ariel Roth, que siempre ha manifestado que el sonido de Pistones ha sido una de las más claras influencias a la hora de emprender su carrera en solitario. Deleitémonos pues con la canción que da título al disco.
Pero si hay una canción que merece la pena escuchar una y otra vez es la que viene a continuación. Un tema que a mí me encanta y por el que por sí solo merece la pena interesarse por la carrera de un artista. Una melodía espectacular y una letra de esas que se quedan. De hecho, hace tres o cuatro años Amaral harían su propia versión, que siendo buena, no tiene la frescura y contundencia del original. Me estoy refiriendo a la grandiosa “Lo Que Quieras Oir”.
“¿Qué puede quedar? Sólo existo yo, tu último admirador”
“Vuelve a actuar, sólo para mí. Dire lo que quieras oir”.
Pero lo que son las cosas, cuanto todo parecía indicar que estábamos ante uno de los grupos que más recorrido podrían tener en aquella época, lo cierto es que ya no volverían a cosechar el éxito logrado con “Persecución”. Una vez más, el listón de un primer disco colocado demasiado alto llevaría consigo que sus siguientes discos no tuvieran la repercusión esperada y poco a poco fueran difuminándose, no sin antes dejar cuatro nuevos trabajos y un puñado de buenas canciones.
De momento, los chicos de Pistones tendrían que cumplir con la patria y marcharse a realizar el servicio militar que por aquella época era de obligado cumplimiento, por lo que aprovecharían para publicar en el año 1984 un disco titulado “Primeros Tiempos” en el que aparecían junto con algunos de los temas de Persecución los de sus primeras maquetas o los de su EP “Las Siete Menos Cuarto”, con lo que ya todas sus canciones estaban en su sitio.
Una vez cumplidas sus obligaciones, se pondrían manos a la obra para publicar su segundo disco. Sería en el año 1986 y llevaría el título de “Canciones de Lustre”, en el que introducirían algunos cambios en su manera de hacer música acercándose al denominado “Cantina Blues” que relizaban grupos como Desperados o La Frontera.
A pesar de que su sonido estaba más trabajado con la introducción de guitarras acústicas o violines, el disco no tuvo demasiada repercusión pero daría para dejar una canción de auténtica categoría titulada “Que El Sol Te De”
La impresión que daba es que el parón obligado por el cumplimiento del Servicio Militar de los integrantes de la banda podía salirles caro. Habían sido tres años sin saber nada de ellos y cuando volvieron se encontraron con que su espacio en el mundo musical español estaba copado por grupos más curtidos y promocionados. La cosa no pintaba demasiado bien.
A pesar de todo, ellos no se rendirían y en el año 1987 volverían a intentarlo con la publicación de un nuevo disco titulado “Cien Veces No”, en el que destacaría el tema que le da título.
La música de Pistones había evolucionado intentado encontrar su sitio habida cuenta que daba la impresión que la competencia era muy grande. Si a eso le sumamos que la promoción de sus discos ya no era la de antaño, el interés por el grupo fue decreciendo con el paso del tiempo y sus ventas eran testimoniales.
Así las cosas, una vez finalizada la mini-gira de presentación de este disco, el grupo anunciaría su disolución tras siete años de trayectoria, eso sí, dejándonos como despedida una joya en forma de canción, también incluida en este disco, titulada “Maldito el Día”.
Los años irían pasando y en 1992 saltaría la sorpresa. El vocalista y líder del grupo Ricardo Chirinos no se resignaría a rendirse definitivamente y lo volvería a intentar rodeado de nuevos músicos y sin ninguno de los miembros iniciales de Pistones.
El intento quedaría en eso, un intento, porque las ventas del disco serían muy flojas y la música que contenía carecía de la brillantez de sus primeros trabajos, salvándose únicamente el tema titulado “La Escapada”.
Tras esta última decepción, Chirinos arrojaría definitivamente la toalla y Pistones serían historia. Uno de esos casos de un grupo que parecía tener un futuro muy prometedor y convertirse en referencia musical en nuestro país, pero que tras un inicio fulgurante no encontrarían ni la fórmula ni su sitio, aunque por el camino nos dejaron canciones míticas, sobre todo las de su trabajo “Persecución”.
Y esto ha sido todo por hoy, eso sí recordad echarle un vistazo de vez en cuando por los canales habituales a nuestras queridísimas amigas de “Esencia de Trementina”.
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Hasta la próxima, Graminoleños.
JUAN JOSÉ GOMARIZ