Revista Cocina
Hace unos días leía en el diario Sur, el periódico malagueño por excelencia, la noticia del aniversario de la primera pizzería que se instaló en la capital malagueña. Ocurrió hace ahora 35 años; en aquella época, la cocina italiana, era una gran desconocida, aunque parezca mentira casi nadie conocía las pizzas, ni los spaghettis.
Fue el restaurante Trastevere el pionero en Málaga, le siguió O mamma mia…siendo sus instalaciones todo un icono en nuestra ciudad y como consecuencia de su fama, poco a poco fueron creciendo en gran medida los restaurantes italianos, sobre todo la gran proliferación de “pizzerías” dedicadas al “servicio a domicilio”, incluso arrastrando a nuestra cocina popular, a nuestros hogares las costumbres culinarias de nuestro país vecino, Italia, con el que tanta cultura tenemos en común los españoles.
La pizza en definitiva se ha convertido en una comida rápida internacional, ya que los ingredientes se han ido adaptado a los gustos locales de cada lugar, de cada comensal, es parte ya de la cultura de muchos países que la han ido “adoptando” como parte de su propia cultura: pizzas a la piedra, pizza con borde relleno, las de masa tradicional, pizzas super finas, los calzones (pizzas cerradas), las enrolladas..pizzas precocinadas en grandes superficies, pizzas para “llevar” que a gran velocidad te llegan recién hechas con “servicio a domicilio” han conseguido que sean de los platos más consumidos.
Según El Nuovo Dizionario Etimológico della Lingua Italiana, de Manlio Cortelazzo y Paolo Zolli, la palabra "pizza", que se utilizaba en el año 997 en latín medieval de la ciudad de Gaeta y posteriormente fue hallada en el pueblo de Penne D'Abruzzo en el 1195, procede de Alemania. En el antiguo alemán bizzopizzo (Bissen en el idioma alemán actual) significaba mordisco y trozo de pan. En el siglo XII pizzo se convierte en pizza e indica "un pequeño pan redondo y tierno", típico de los pueblos lombardos.
No obstante, de todos es sabido que los “panes planos” son tradicionales de toda la Cuenca Mediterránea. Este tipo de panes, probablemente de origen persa, se cree que fue introducido en Italia por los griegos. Ya en el siglo III antes de nuestra era, Catón el Viejo, escribió la primera historia romana, en ella menciona “una masa redonda aderezada con aceite de oliva, hierbas y miel, horneada sobre piedras”.
En nuestro país un ejemplo de esos “panes planos” son las típicas y sabrosísimas cocas tan típicas en Cataluña y Baleares; pero es la pizza, la famosa y conocidisima pizza italiana la que ha dado la vuelta al mundo, conquistando nuestros restaurantes y nuestras propias cocinas.
La mia también fue conquistada hace muchos, muchos años, una de las que más suelo preparar, una receta adaptada por mi para aquellos miembros de mi familia quienes no pueden comer queso. La receta original lo lleva….aunque he intentado hacer memoria, no recuerdo donde ni cuando la ví por primera vez, en qué restaurante, lo que sí me llamó la atención fue el nombre de la pizza: “Bismarck”.
¿Cómo la hago?
Tamizar una taza y media de harina blanca y una cucharadita de sal en un cuenco.Incorporar una cucharadita de levadura seca activa.Hacer un hueco en el centro y echar una cucharada sopera de aceite de oliva virgen extra (en ésta ocasión he usado de Periana, malagueño) y seis cucharadas soperas de agua templada. Remover con una cuchara de madera hasta que la masa empiece a aglutinarse y después trabajarla con las manos hasta que se separe del recipiente.Volcarla sobre una superficie espolvoreada con un poco de harina y trabajarla durante ocho o diez minutos aproximadamente, hasta que quede homogénea y elástica.Hacer una bola con la masa, colocarla en un recipiente previamente engrasado con aceite y taparlo con un paño húmedo e introducirlo en un lugar cálido durante una hora, hasta que doble su volumen.Pasado éste tiempo, poner la masa sobre una superficie espolvoreada con harina, apretar con el puño y trabajarla durante un minuto, extendiéndola hasta obtener el grosor deseado.Poner la masa en una bandeja previamente engrasada, volverla a tapar con un paño húmedo y dejar leudar la masa en un lugar cálido unos diez minutos.Pasado este tiempo cortarla en forma de mini-pizzas (yo he usado un aro de emplatar, pero se puede hacer con un vaso, un cortapastas, etc). así de ésta forma, se puede hacer los ingredientes a gusto de varios comensales.Precalentar el horno a 180º C…y mientras ir poniendo los ingredientes en cada minipizzas,
Ingredientes para ésta receta y los pasos a seguir:
Cubrir la masa con aceite de oliva virgen extra, extendiéndola en toda la superficie.Posteriormente echar tomate rallado (sin piel, ni semillas), al que se le puede agregar una pizca de azúcar para restarle acidez y un pellizquito de sal, untándolo igualmente por toda la masa.Colocar láminas de champiñones, salchicha tipo Frankfurt cortada en rodajas pequeñas, atún (bien escurrido de su aceite de conserva), trozos de jamón cocido, dos o tres anchoas y el huevo en el centro (en ésta ocasión como podrán observar es de codorniz).Hornear hasta que tanto la masa, como los ingredientes estén al gusto del consumidor.