Si se desea disfrutar de una pizza, pero se quieren reducir calorías,
en esta receta podemos encontrar un pequeño consuelo.
No sabe en absoluto a coliflor y con el toque del tomate, mozzarela, orégano y demás ingredientes
(no tenía albahaca o basílico como la llaman los italianos y que nunca falta en sus pizzas)
nos acerca un poco al recuerdo de la pizza
aunque pido disculpas a todos los italianos, y especialmente a los napolitanos capaces de elaborar con ingredientes tan simples, un plato de fama mundial.
Las pizzas napolitanas suelen ser muy delgadas, elásticas, tiernas, húmedas y no muy cocidas,
por lo que llamar a esta receta pizza, es un auténtico disparate,
pero dicen que de ilusiones, también se vive ;-)
y hasta que no pueda volver a degustar esa maravilla napolitana, viviré de los hermosos recuerdos...
- Cocer la coliflor al vapor.
- Una vez cocida dejar que enfríe y triturar en cualquier robot de cocina.
- Verter la mezcla en un paño de algodón bien limpio o una estameña y escurrir para eliminar el máximo agua posible.
- Poner el puré resultante de nuevo en el robot de cocina y añadir el resto de ingredientes.
- Mezclar hasta conseguir una masa uniforme.
- Colocar en la bandeja del horno, sobre papel vegetal y aplastar con las manos dando forma redonda como si fuera una pizza. (Se pueden hacer pizzas individuales).
- Meter en horno precalentado a 200º unos 20 minutos o hasta ver que empieza a dorar.
- Rellenar al gusto (*) y meter de nuevo en el horno para que cuezan los ingredientes del relleno, o se funda el queso si se utiliza queso de fundir.
(*) En este caso, el relleno consiste en una capa de tomate frito en la base, pechuga de pavo cocida, pimientos asados, queso mozzarela, canónigos y rúcula.