Revista Ilustración
- Macho, la que me has liado con tus tesis amatorias. - No sé a qué te refieres. - Podías haber titulado tu novela, no sé, El amor dura 10 años o quizá 100, pero no, con 3 te despachaste a gusto. - ¿Pero cómo va a durar 100 años el amor? ¿Estamos tontos? - Yo qué sé, tú eres francés, has vivido en París, deberías valorar el amor de un modo superior, me parece muy triste traicionar así la marca de tu país. - ¿Y qué quieres que te diga? ¿Que mi amor dura 3 años y que el tuyo no? ¿No te das cuenta de que si hubiese titulado el libro Mi amor dura 3 años no lo habría comprado nadie? La gente quiere verdades absolutas, identificarse con lo que lee, sentirse arropado por la sociedad, por las teorías generales... - ¿Entonces es solo marketing? - Yo qué sé, a vosotros los españoles os puede la pereza, os puede la mierda de Bécquer y esos románticos pastelosos que abundan en vuestra literatura, os falta leer a Withman o a los americanos postmodernos. Estáis a años luz de comprender una novelita como la mía. - Eso son teorías generales también, ¿no? - Bueno, sí, puede ser. - ¿Sabes? Cuando pienso en el amor y en Francia peinso en Delacroix, en La Revolución guiando al pueblo, pienso en un amor imperecedero por la ilustración, en un orgullo nacional que traspasa generaciones y corazones. Es el Amor. Y lo siento, pero duró, dura y durará más de 3 años. - Eso es diferente, es amor a la patria. - ¿Y qué ocurre si mi patria es Ella y no un cacho de tierra delimitado por sus costados?