Entre las muchas películas dedicadas al cine bélico, no hay guerra tan interesante como la Guerra de Vietnam. No sólo porque los nazis ya estén manoseados y convertidos en una parodia (cosa que nunca debería ocurrir), sino porque Vietnam fue un conflicto vergonzoso en el que los Estados Unidos recibieron más que dieron, y que afectaría profundamente a su sociedad. Hace poco saqué una breve reseña sobre ‘Aquellos Maravillosos Años’, donde dicha guerra juega un papel importante, y en el cine hay dos películas que destacan sobre el resto a la hora de retratar la batalla en la jungla. Una es ‘Apocalypse Now’, de la que ya hablaremos. La otra es ‘Platoon’.
Y lo cierto es que de Platoon se habla mucho menos, y sólo se conoce a grandes rasgos la muerte del sargento Elías, inmortalizada para siempre en la carátula de la película. Si Francis Ford Coppola nos llevaba al corazón humano para mostrarnos un cuento espeluznante, Oliver Stone decide narrarnos cómo era el día a día de un pelotón perdido en la selva, en el que un joven Charlie Sheen aprende, como todo novato, cómo se pierde la razón y la cadena de mando cuando se encuentran rodeados de enemigos. La cinta logró hacerse con el Óscar a mejor película, pero a mí no me termina de convencer. No sólo porque no me de la sensación de realidad que sí me daba Apocalypse Now, sino porque todo suena a falso, a cartón piedra, y a guión estirado. Las buenas actuaciones de Tom Berenger y William Dafoe no compensan escenas de relleno y personajes que no importan mucho, y la cara inexpresiva de Sheen tampoco levanta la cinta. Sí, nos muestra a qué nivel de locura podían llegar los soldados arrasando aldeas, violando mujeres y personificando el bien y el mal en las figuras de dos superiores entre los que el protagonista tendrá que decidir como su modelo a imitar, pero todo suena vago y sin profundidad. Falta algo de emoción y tal vez un guión que no se limitara a conectar escenas de relleno con la esperanza de alcanzar así la duración de un cortometraje.
Tal vez se deba a que Stone quiso plasmar sus obsesiones (él combatió en Vietnam) y hay cosas que al espectador casual se le escapan, o quizá es porque todo lo que aquí retratan se ha convertido ya en un tópico y por eso no impresiona tanto. Es posible también que al compararla con la película de Marlon Brando, ésta no tenga ni media oportunidad, pero lo cierto es que esperaba más de ‘Platoon’ y me dejó con la sensación de que me faltaba media película para que la historia y los personajes realmente empezaran a interesarme.