En el siglo 21 la medicina está protagonizando avances dignos de ciencia ficción: algunos profesionales trabajan a contrarreloj para imprimir partes del cuerpo humano en 3D o para regenerar tejidos a través de células madre que permitan tratar patologías como lesiones de médula espinal o cegueras.
En la actualidad son muchas las investigaciones que prometen revolucionar el área de la salud, otorgándole al hombre la capacidad de reparar su propio cuerpo. Hace pocos días, un estudio realizado por profesionales del Wake Forest Baptist Medical Center en Estados Unidos demostró cómo el uso de células madre podría dar origen a músculos nuevos en áreas dañadas por lesiones traumáticas, defectos congénitos o ablaciones. Hasta el momento, el tratamiento consiste en remover segmentos de músculo de una parte hacia otra del cuerpo, pero el problema es que la zona donante de alguna manera se ve afectada en su función.
Sang Jin Lee, autor principal del estudio, explicó que a través de la nueva técnica, la reparación de estos tejidos puede ser algo tan simple como mover las células al sitio de la lesión. Para comprobarlo, los investigadores crearon un sistema de andamiaje muscular que implantaron en roedores. En ese espacio, las células progenitoras crecieron y se desarrollaron activamente, regenerando al área dañada. El próximo paso será probar estos avances en especies más grandes, incluyendo a los humanos.
No es la primera vez que la ciencia busca allanar el camino hacia la reparación natural del cuerpo. La idea es, a través de diferentes técnicas, utilizar el desarrollo celular para reemplazar el uso de prótesis o la donación de órganos. Se quiere lograr un mecanismo similar al de los lagartos que, al ser atacados, pueden romper su propia cola y al poco tiempo regenerarla.
Científicos de la Universidad de Arizona develaron en agosto de este año la receta genética que hace posible este proceso en los reptiles y creen que en poco tiempo podrán probarlo en los humanos. Utilizando métodos de análisis molecular, encontraron que la especie Anolis carolinensis regenera su cola activando al menos 326 genes diferentes: lo hace en un período de 60 días, en el que deja crecer nuevas células sobre tejidos ya existentes. Ahora tienen la esperanza de implementar esta secuencia en los humanos:
“Siguiendo la receta genética para la reconstrucción en los lagartos y aprovechando esos mismos genes en células humanas, en un futuro será posible hacer crecer nuevos cartílagos, músculos o médula espinal”, explicó el autor principal del estudio, Kenro Kusumi.
En 2013 también se realizaron importantes hallazgos, como el de los investigadores de la unidad de células madre del Hospital de Niños de Boston (HNB) que encontraron que la activación del gen Lin28a permitiría reconstruir en humanos pelo, cartílago y piel, entre otros tejidos. En el mismo año, científicos chinos sorprendieron al mundo al demostrar que podrían hacer crecer dientes con tan sólo utilizar células presentes en la orina.
La regeneración: Una función vital en los humanos
©Umberto Salvagnin/Creative Commons
Nuestro cuerpo tiene una capacidad impresionante de sanar heridas o porciones de órganos dañados. Esto se debe a una reconstrucción constante a nivel celular, sin la cual no podríamos sobrevivir. Como explica David M. Gardiner, especialista en el tema, “la regeneración es una propiedad fundamental, básica y biológica, al igual que la reproducción”.
La explicación biológica para esto es que, de mantener células pluripotentes, la raza humana sería mucho más inestable y propensa a desarrollar enfermedades como el cáncer. La esperanza de algunos científicos, entre los que se incluye Gardiner, es que el hombre mantenga latente la capacidad embrionaria de hacer crecer extremidades y órganos y que la ciencia las reactive, sin por ello desatar algún tipo de complicaciones.