Te codicio y te suspiro, mas eres toxicidad
no te acerques, vete, te temo
por lo que esconden tus negras pupilas;
por ignorar la maldad de tus labios
en cambio el llorar de mis entrañas es fuerte
mi bilis dice, ve y conquista.
Desearía no rendir cuentas
y caer de espaldas en tu mundo
que aunque efímero e ilusorio
también necesario.
Quiero perderme entre tus piernas
y tentar lo recondito de tus labios
morderte cuando me canse de besarte
y rasgarte cuando me canse de tocarte.
—Tomás G. Michel