Con la llegada de la primavera, la polinosis o alergia al polen adquiere mayor protagonismo, es una de las alergias más habituales que causa el polen de las plantas. Para quienes son alérgicos, la primavera es la estación del año más molesta, el polen es aspirado por la nariz y provoca diferentes problemas de salud, rinitis, conjuntivitis, asma, etc. En la mayor o menor incidencia de la polinosis interviene el medio ambiente, cuanto más lluviosos son los días, menor es el riesgo de entrar en contacto con el polen, aunque también hay que decir que la polución atmosférica ayuda a potenciar el riesgo de alergia y la polinosis suele ser más común en las grandes ciudades.
La polinosis afecta a un 15% de la población, pero si hablamos de polinosis infantil, el porcentaje se incrementa hasta alcanzar el 30%. Esta alergia es consecuencia de la reacción excesiva que tiene el organismo ante la exposición de determinados agentes, en este caso el polen, se puede dar a cualquier edad y su mayor incidencia se establece entre los 14 y los 24 años. Los tratamientos habituales son los antihistamínicos o descongestionantes, aunque también se puede optar por la fitoterapia, ciencia que utiliza las plantas medicinales para reducir los efectos de la polinosis u otras alergias, se recurre a la fitoterapia a fin de evitar los daños colaterales del uso de los fármacos mencionados.
Hemos hablado de la primavera, pero la alergia también tiene especial protagonismo en verano aunque su incidencia es algo menor. Como decíamos, puede afectar a cualquier edad y sus síntomas son fáciles de detectar, estornudos, congestión nasal, irritación de los ojos o dificultad para poder respirar, ante cualquiera de los síntomas mencionados, es necesario acudir al especialista para que diagnostique si el niño sufre la alergia y se realizarán pruebas para determinar qué tipos de polen son los que provocan los síntomas descritos. Para ello se lleva a cabo un estudio alergológico que determinará los trastornos del sistema inmunitario, concretamente los que están relacionados con la hipersensibilidad o alergia.
Evidentemente la mejor solución para reducir la incidencia de esta alergia primaveral, es evitar que los niños se expongan al polen en la medida de lo posible ya que como sabemos, ir al colegio o salir a la calle por otras cuestiones es difícil de evitar. Puede ser de gran ayuda conocer la concentración de polen en el medio ambiente a diario, podemos poner como ejemplo las predicciones sobre el nivel de polen que realiza la Red Aerobiológica de Catalunya (RAC), este organismo se encarga de medir la diversidad y concentración de los granos de polen o esporas de hongo que flotan en el ambiente. El RAC cuenta con la ayuda de muestreadores repartidos en varias regiones y éstos facilitan diariamente la lectura, consultando la página se puede conocer la previsión del nivel de polen, por tanto es una herramienta que contribuye al tratamiento de este tipo de alergias mejorando la calidad de vida de quienes la padecen. A través de internet podemos encontrar varias páginas de distintas comunidades autónomas que nos ofrecen la lectura del nivel de polen.
Los niños que sufren polinosis deben, en la medida de lo posible, pasar más tiempo en interiores con puertas y ventanas cerradas, a fin de reducir la exposición al polen, especialmente si las previsiones indican que el nivel es elevado, utilizar filtros de aire en el hogar también es recomendable, se crea un ambiente más sano eliminando el polen, polvo, ácaros u otros agentes que favorecen la alergia o el asma. A la hora de ventilar la habitación, los expertos recomiendan no colgar la ropa de cama al aire libre ya que es muy posible que el polen se adhiera a ella. Los niños deben procurar respirar por la nariz ya que es el filtro natural que reduce el riesgo de que el polen pueda llegar a los pulmones. Con respecto a las actividades al aire libre, se recomienda evitar aquellas horas en las que se emiten más cantidades de polen a la atmósfera, generalmente por la mañana. Si los niños tienen que viajar en coche, es recomendable mantener las ventanillas cerradas, en definitiva, son muchas las medidas que se pueden adoptar y que reducirán los efectos del polen en los niños alérgicos.
Ante la sospecha de alergia y tras haber sido confirmada por el especialista, será interesante asesorarse sobre todas las medidas que se pueden adoptar para mejorar la calidad de vida de los niños.
Foto| Monika Adamczyk
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