Siendo muy joven y sin experiencia tuve como compañero de trabajo una persona que había tenido altos cargos gubernamentales, antes que yo mismo hiciera mi experiencia en política años después. Terminó trabajando conmigo debido a un golpe militar que lo obligó a volver a su oficio: en ese momento de los 70’ no le quedaba otra.Y fue este compañero quien ante mis dudas me explicó una teoría que daba cuenta de por qué muchos funcionarios están tan lejos de la gente y tan alto: “la insolencia de los funcionarios” cita Shakespeare.Decía que los candidatos políticos provienen de la gente pero el día que juran su cargo son provistos de una oficina con extensa alfombra o moquette y ese era el problema, porque estas malévolas alfombras son pegadas con un adhesivo, sí ese, que “apuna” al funcionario cada día más en un estado tipo Nirvana (Alto High) y por eso se olvida de la gente, de sus deberes y de todo lo demás.No tengo porque dudar de mi amigo: ese pegamento es el enemigo.