Este es un plato que gustará a todos en casa, por su sabor particular, por su sencillez en su elaboración y porque lo podemos comer tanto frío como caliente.
A parte de la elaboración con carne, podemos emplear pescado blanco, preferiblemente fresco, para que no tenga tanta agua.
Le he dado un ligero sabor a curry a la bechamel, pero podemos sustituirlo por otra especie o condimento.
Las pechugas de pollo suelen ser algo secas, pero cocinado de esta forma crujiente y con bechamel, hacen que el la carne se ablande y quede muy sabrosa.
Ingredientes:
Para la bechamel de curry:
-175 gr. de leche
-30 gr. de mantequilla
-30 gr.de harina
-sal y pimienta blanca
-1/2 c.p. de curry en polvo
Para la salsa de queso:
-30 gr. de queso azul
-200 ml. de nata
-1 c/p. de salsa de soja
-sal y pimienta blanca
Además:
-250 gr. de pollo (pechuga de pollo)
-100 gr. de harina para rebozar tipo Crunch
-1 huevo
-Aceite de oliva
Elaboración:
Cortamos la pechuga de pollo en trozos regulares, salpimentamos y reservamos.
Preparamos la salsa bechamel. Ponemos en un cazo la mantequilla y dejamos derretir. Cuando se haya diluido, echamos de golpe la harina y removemos con una espátula de madera hasta que la harina se impregne en la mantequilla y se despegue del fondo del caldero. Vamos incorporando la leche poco a poco y la trabajamos con una espátula de madera para evitar que se formen grumos, cuando ya tengamos trabajada la salsa, le incorporamos la sal, la pimienta y el curry, para terminar trabajando con unas varillas de mano. La bechamel debe quedar espesa, como si fuera una papilla, por eso debemos jugar con la leche, echándola poco a poco, hasta que tengamos la consistencia que deseamos.
Una vez tengamos la bechamel hecha pasamos los trozos de pollo, que habíamos reservado, en la crema, que queden bien impregnados en ella. Los vamos colocando en una bandeja y los llevamos a la nevera durante dos horas.
Hacemos la salsa de queso azul fundiendo la nata con el queso en un cazo a fuego medio. Cuando ya tengamos el queso totalmente fundido le penemos unas gotitas de salsa de soja y salpimentamos.
Sacamos el pollo de la nevera. En un plato batimos el huevo y en otro plato ponemos la harina Crunch. Pasamos el pollo primero por huevo y luego por la harina, apretando un poco para que se quede bien adherido.
Ponemos una sartén con aceite al fuego y cuando esté caliente freímos los trozos de pollo. Depositamos en papel abosrvente antes de su presentación.
Para que quede una presentación bonita podemos coger un tomate bien grande, lo partimos a la mitad y vaciamos. Luego lo rellenamos con la salsa de queso. Los trozos de pollo los ponemos en brochetas y los vamos pichando en el tomate. O si lo queremos más sencillo, ponemos el queso en cuencos pequeños para poder pasar el pollo crujiente por él y degustarlo.