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Mi madre bordaba el pollo al ajillo. Creo que recordé bien como lo hacía ella pero, aunque estaba buenísimo, ni se le acerca... El pimentón picante es de mi cosecha y os aseguro que está delicioso.
IMPRESCINDIBLE olvidarse de dietas, freír unas patatas gorditas y comprar el mejor pan del mundo mundial para disfrutar la salsa. Ya tendremos tiempo de subir y bajar escaleras, sufrir, pasar hambre y todas esas cosas que yo no comparto.
Ingredientes:
- Pollo troceado
- 1 cabeza de ajo
- 1 vaso de vino (Manzanilla o alguno que sea seco)
- Pimentón picante
- Pimienta negra recién molida
- Perejil
- Aceite de oliva virgen
Elaboración:
Salpimentamos el pollo y en una cazuela con aceite de oliva a temperatura media, los vamos friendo hasta que estén bastante dorados y los reservamos.
Picamos los ajos y reservamos un par de dientes.
En el aceite de freír el pollo doramos los ajos. Volvemos a poner el pollo, el pimentón y añadimos los dos dientes de ajo majados y disueltos en el vino blanco. Rehogamos un par de minutos y agregamos medio vaso de agua. Removemos bien y esperamos dos o tres minutos más.