Ingredientes (para 4 ó 6 personas)
- 4 pechugas de pollo deshuesadas (o patas deshuesadas)
- 4 lonchas de jamón de York
- 200 gr. de queso roquefort
- 2 cebollas
- medio vasito de coñac (puede ser también Oporto o Jerez seco)
- aceite de oliva
- sal y pimienta
En la pollería pedís que os deshuesen las pechugas o las patas de pollo y os las abran para que queden de tal manera que las podáis rellenar. Si lo hacéis vosotros en casa, lo mejor es abrir la pechuga por la mitad, sin llegar al final, después abrís cada mitad cortando a partir del centro hacia el extremo, también sin llegar al final, así lograréis un filete gigante de pollo.
Aquí pusimos queso camembert, que es otra opción
Una vez preparado el terreno, o sea la pechuga o pata, colocáis encima de cada una de ellas una loncha de jamón y 50 gr. de queso extendido, procurando que no sobresalga por los extremos.
Hacéis un rollito y lo atáis con cordel de cocina. Los salpimentáis.
En una cazuela con un poco de aceite doráis los rollitos por todos los lados.
Añadís la cebolla troceada en aros, vais girando los rollitos mientras la cebolla se va poniendo blandita, todo esto con el fuego medio-bajo.
Cuando la cebolla esté bien pochada vertéis el coñac y dejáis que durante 5 minutos se evapore el alcohol, el fuego mantenerlo suave. Listo el pollo!
Si queréis los podéis presentar cortados como en la foto, para ello es mejor dejar que se enfríen, así es más fácil.
Ya tenéis un plato de los que no dan trabajazo, y sí un buenísimo resultado. El pollo cunde una barbaridad al cortarlo en lonchas y queda delicioso. La cebolla resulta un acompañamiento muy rico, porque queda impregnada del jugo del pollo y con el toque del Oporto es un gustazo.
Si os da miedito el roquefort cabe la posibilidad de utilizar camembert y queda muy rico también.
A disfrutar!