http://www.muchcine.com/2015/06/poltergeist-2015-removeos-en-vuestras.html
SINOPSIS
Recién mudados a
su nueva casa, los Bowen comienzan a ser testigos de una serie de fenómenos
extraños que les hacen sospechar que está habitada por fuerzas malignas. Cuando
las aterradoras apariciones intensifican sus ataques y capturan a la hija más
pequeña, la familia debe mantenerse unida para rescatarla antes de que
desaparezca para siempre.
FICHA TÉCNICA
País: USA
Año: 2015
Duración: 93
min.
Género: Terror
Dirección: Gil
Kenan
Reparto: Sam
Rockwell (Eric Bowen), Rosemarie DeWitt (Amy Bowen), Jared Harris (Carrigan
Burke), Kennedi Clements (Madison), Kyle Catlett (Griffin), Nicholas Braun
(Boyd), Jane Adams (Dra. Claire)
Guión: David Lindsay-Abaire, basándose en
"Poltergeist", película de 1982
Música: Marc Streitenfeld
Fotografía: Javier Aguirresarobe
CRÍTICA
El ser humano tiende a cometer los mismos errores
una y otra vez. Esto, trasladado al campo cinematográfico, viene a significar
que hay una tendencia clara a mirar continuamente hacia el pasado en busca de
nuevos materiales que explotar. El remake, tal y como lo conocemos todos. Una
palabra que es sinónimo de vilipendio para buena parte del público y la
crítica, aunque el apelativo sea tremendamente injusto. Hay remakes buenos –“El
cabo del miedo”-, otros que echan un digno pulso con su referente –“Amanecer de
los muertos”- y otros que, directamente, superan al original –“La cosa, de John
Carpenter”-.
Por tanto, es peligroso aproximarse a una nueva
versión de un clásico ochentero como “Poltergeist”. Porque a pesar de los
muchos dimes y diretes entre Hooper y Spielberg, -cuyas discusiones, a juzgar
por el resultado final de aquella película, acabó ganando este último-, aquélla
acabó convirtiéndose en una cinta de culto, una obra a referenciar de cara al
cine que vino a continuación, a pesar de ser una nueva reformulación familiar
del cine de casas encantadas.
Con una traslación a nuestros días, uno podría
esperar que el “Poltergeist” de Gil Kenan jugase una doble baza. Por un lado,
acercar la historia a nuestros días, objetivo de todo remake. Pero por el otro,
apelar a la vena nostálgica de toda esa generación que se acerca a las salas
temerosa de que hayan podido prostituir el espíritu de su tan venerada obra. Y
ni una cosa ni la otra consigue esta película. No es más que un calco de la
original con el piloto automático puesto –hay escenas calcadas, pero carecen de
la magia spielbergiana- y sin aportar nada más allá de alguna escena
resultona –básicamente, la que tiene como protagonista al dron- y el año en que
está ambientada.
En ese sentido, no satisfará a los que adoran la
cinta en que se basa. Pero es que tampoco lo hará a quienes se aproximen por
primera vez a este material. Porque estamos ante una mala película, repleta de
actores que no se creen sus personajes ni lo que les rodea –se lleva la palma
Sam Rockwell-, de momentos supuestamente cómicos –sólo funciona en este ámbito
el personaje de Jared Harris-, de fallos de continuidad –los personajes entran
en una habitación y en el cambio de plano estamos en otra- y de guión, unidos a
una realización sin personalidad de la que sólo sobresale la fotografía de
Javier Aguirresarobe, sin ser ni por asomo de las mejores de su filmografía.
Es, posiblemente, el peor remake al que nos hemos
enfrentado en lo que llevamos de siglo, y sin lugar a dudas una de las peores películas
del año. Es tan ridícula que podría pasar como parodia. Pero no lo es. Es
solamente un intento de hacer que nuestros ancestros se remuevan en sus tumbas.
Y de paso, nosotros en nuestras butacas. Pero no de miedo precisamente, sino de
vergüenza ajena.
NOTA: 2 sobre 10
@ElCinefago
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Publicado por
Gerardo Medina Pérez