Buscando
en los estantes superiores
un ejemplar valioso de Otra casa,
me
sale al paso un libro de Juaristi
y
una nube de polvo volandero.
Las
pavesas de polvo son semillas
de
algodón ya maduro y caen al piso
con
un pulso de luz deshilachada.
Polvo y libros: curiosa conjunción, ceniza encuadernada de la hoguera del tiempo, imagen elocuente de tanta vana gloria. Somos carne y palabras. Y habrá un día en que hasta nuestros sueños serán polvo. ¿Qué queda que dé cuenta en cada cosa? Imagen de autor desconocido, tomada de aquí.
