Revista Ciencia

¿Por qué divulgo ahora menos en el blog?

Por Angelrls @El_Lobo_Rayado
6pm de la tarde del viernes 17 de noviembre de 2017 en Sídney. En otros tiempos estaría de caza de leónidas. Pero ahora estoy con la música de Cosmos de fondo, sin niño para variar, y tentado a echarme una copa de vino tinto (en un ratito). Voy a intentar recoger por aquí algunos de mis pensamientos sobre mi poca actividad en el blog y en artículos de divulgación astrofísica en los últimos tiempos.
Ayer (o hace dos días, según se vea) me sorprendió una barbaridad que el astrofísico y gran divulgador científico Daniel Marín, autor de aclamado y premiado blog Eureka de la red Naukas, comentase lo siguiente en un tuit:
@Eurekablog: A veces me pregunto si vale la pena leer más de cinco papers para escribir un artículo cuando otros se limitan a traducir una nota de prensa de 500 palabras y ya está #reflexiónseria #lasredesmatanladivulgacióndecalidad
https://twitter.com/Eurekablog/status/930730316913930240
Y digo me sorprendió porque es algo que me podría esperar de mí mismo (y ahora doy detalles), pero no del maestro Daniel, cuyo ritmo de publicación siempre he soñado en llevar. No me equivoco al decir que Daniel Marín es el astrofísico más leído al menos en España, al igual que el más prolífico. Todas sus entradas son referente en detalles, figuras, imágenes y datos. Si a él no se le lee lo suficiente, ¿qué podemos hacer los demás?
Muy pronto, mi otro gran ídolo de la divulgación científica en blogs en España, Francis Villatoro, publicaba unos comentarios al respecto en su blog, incluyendo también algún que otro comentario de otros colegas, como mi querido tocayo Ángel Gómez Roldán (astrónomo, director y editor de la revista AstronomíA). Francis lo tiene claro: No divulgo para enseñar. Divulgo para aprender.
También nuestro colega de Naukas Javier Fernández Panadero (cuyos libros encomiendo muy encarecidamente) escribía sus reflexiones sobre el tuit de Daniel en su blog. ¿Para qué divulgamos? se pregunta Javier. Divulgando [luchamos] por hacer una sociedad más libre y más feliz.
¿Qué puedo añadir yo a todo esto? Comparto plenamente las conclusiones de Francis y de Javier: sobre todo escribo y divulgo para aprender más. Pero además yo siempre lo he considerado parte de mi trabajo como astrofísico y, con todos muy esfuerzos, grandes o pequeños, lucho así para intentar conseguir una sociedad mejor.
He dejado montones de veces reflexiones parecidas en el blog. La más reciente fue a principios de año cuando ya avisaba de que 2017 iba a estar centrado sobre todo a la divulgación en inglés en Australia (ahora más). Pero también lo dije en la presentación de este blog (febrero 2004) y en mis reflexiones tras una década de blog (febrero de 2014). Justo en esta historia concluía:
... considero que la divulgación científica es muy importante, y algo me dice que incluso lo va a ser mucho más en la próxima década. Como científico me es obligado hablar de lo que hago, de la Ciencia de la que me enamoré siendo un crío y de la que, con gran esfuerzo y dedicación, he convertido en mi propia profesión. Y sostengo que es obligado hacer divulgación científica no sólo por el avance cultural que supone, sino también porque sé que, a la larga, repercutirá muy positivamente en los presupuestos que Gobiernos y empresas dediquen a la labor científica. Si más gente entiende y respeta la investigación pura, más fácil será poder sostenerla económicamente. Y esto generará riqueza en la sociedad que la apoya.
En el fondo, como ya apunté en 2008, si sólo consigo que una de las personas que me leen se estremezca bajo la bóveda estrellada, se sorprenda por un nuevo hallazgo de los astrónomos, inspire nuevas aventuras entre las estrellas, curiosee un libro perdido en una biblioteca olvidada, razone la falacia de las pseudociencias o imagine un viaje por el Universo, el principal objetivo de este blog habrá sido cumplido.
Pero todo esto no basta.
Las redes sociales (y también he hablado de ellas por aquí) han cambiado todo. De ahí viene sobre todo el tuit de Daniel, creo. Uno puede currarse una historia larga en un blog, o para una revista, pero luego un tuit con una chorrada se hace viral. A veces incluso "se adueñan" de tu imagen o de alguna frase de tu historia. O simplemente no se presta atención al detalle: todo va en el titular y en el primer párrafo. Las redes sociales ayudan a comunicar y diseminar historias, pero a la vez introducen mucho ruido de fondo. Como extra, al menos yo llevo varios años leyendo mucho menos que antes (aunque esto también se debe a otros factores) por seguir lo que se publica en Twitter (ah, recuerdo, no soy mucho de Facebook, aunque sé que si de verdad quiero llegar a más gente es éste el que hay que usar).
Ahora bien, el objetivo principal de escribir este post hoy (aunque la idea viene de hace tiempo) es contar unas cuantas cosas personales sobre mi divulgación científica. Y, en particular, las razones por las que en los últimos tiempos no escribo tanto como antaño. Aquí van:
1. Tengo un hijo de casi 5 años
Creo que este primer punto es evidente. Su madre y yo somos la única familia que Luke tiene en Australia. Ya no es sólo darle las cosas básicas de comer, ropa, baños y demás, es su educación a todos los niveles, llevarlo y traerlo al colegio, al parque, al jugar con los amigos, a natación, a las clases de fútbol... No voy a volver a repetir que es una gran responsabilidad y, leche, disfruto también con mi hijo. Pero, claro, con sangre española, tan activo que es, y yéndose a la cama a veces a las 9:30 de la noche (2 horas más tarde de lo normal en este país, nos miran raro cuando lo decimos) y estando levantado para las 6:30 de la mañana... ya me diréis. Además, su madre trabaja los fines de semana, y Luke pasa casi todo ese tiempo conmigo.
2. No tengo plaza fija en investigación
Mucha gente se sorprende al saber esto, pero aquí va otra vez:
No tengo plaza fija en investigación.
Desde que terminé la tesis doctoral y me mudé a Australia he ido uniendo contratos de diverso tipo. Mi último contrato, que comencé en agosto de este año, es Research Astronomer and Science Communication Officer (Astrónomo investigador y Jefe de Comunicación Científica) del Observatorio Astronómico Australiano (AAO). Pero sigue siendo un contrato temporal con fecha de finalización. Llevo 3-4 años luchando duro por conseguir una plaza fija en alguna universidad australiana, pero no ha habido suerte aún. Precisamente por eso todo mi tiempo de trabajo, y todo el tiempo extra que pueda sacar, debe centrarse en ello. Estos meses están siendo especialmente importantes y con mucho trabajo a varios niveles (incluyendo muchos extras que en teoría no debería hacer pero debo hacer si quiero me consideren para algo más).
Ah, y de los cientos de correos electrónicos que recibo a diario ni hablamos.
3. Me estoy centrando en comunicación científica en inglés y no en blogs
Como parte de mi trabajo de Research Astronomer and Science Communication Officer del AAO llevo unos meses que, de media, estoy participando en un evento de divulgación científica a la semana. Sean charlas con estudiantes, charlas de divulgación, observación astronómica, atención a los medios de comunicación australianos por notas de prensa, podcasts en inglés, vídeos en inglés... Si me sigues en Twitter (y si estás leyendo esto tengo la impresión que casi seguro esto es así) habrás visto la cantidad de eventos que voy anunciando y en los que participo, muchas veces organizándolo todo. Esto lo expliqué al principio de año, y también viene conectado con el punto (2). Necesito ese "extra" para, en igualdad de CV de investigación, ser más atractivo a la hora de conseguir un puesto más estable.
En paralelo a esto de la comunicación científica o la divulgación científica en Australia: me queda pendiente una historia en mi blog en inglés para enseñar a los australianos a pronunciar mi nombre...
4. El ritmo de vida en Sídney
Vivir en una ciudad de 4.5 millones de personas (y partida por una enorme bahía) es lo que tiene. Primero, los horarios de trabajo aquí son de 8:30am a 5pm (aproximadamente), con apenas tiempo para comer (el "lunch" es nuestro bocadillo de media mañana). Claro, si a eso unimos que vivo a 40-45 minutos del trabajo (en coche, en transporte público, que incluye un tren, un tranvía y andar media hora, son 1h45min mínimo), que hay que dejar y recoger al niño de la guardería o del colegio, y que para cualquier pequeño recado se te va media hora mínimo en desplazamiento, las horas efectivas de trabajo se reducen, a la vez que la horas extras a "tu vida". Un buen ejemplo de a lo que me refiero con esto lo detallé en este post de 2015: Un día cualquiera en la vida de un astrofísico con familia.
Unimos los puntos 1 y 4 y, de cabeza, lo que tuve que sacrificar fue el tiempo para mí, para ir al cine, al gimnasio, a tomar unas cervezas con los amigos... lo único que me queda es verme un capítulo de algo en Netflix, ya machacado a las 9:30-10 de la noche, para desconectar la mente del día.
Ah, sí, lo único bueno de los 90 minutos medios que paso en el coche cada día: escuchar podcasts.
5. No tengo despacho en casa
Echo mucho en falta una mesa para mí, con mis libros y mis discos y mis cosas más o menos frikies. La habitación que usaba antes para ello es ahora la habitación de Luke. La otra habitación donde podría hacerlo, y que es la que uso para videoconferencias o podcasts, es un revoltijo de trastos y, sobre todo, de juguetes de Luke.
6. El impacto de las redes sociales

Ya lo he dicho arriba. Al final del día quitan mucho tiempo, y eso que últimamente me estoy restringiendo mucho más el uso del móvil. Pero en forma lo agradezco: es fácil mandar un tuit mientras Luke está distraído en otra cosa o cuando saco a pasear al perro (la pobre Luci también está sufriendo mucho mi falta de tiempo), pero seguro no voy a escribir un post en 3 minutos. Yo soy de los que necesitan sentarse, leer, documentarme, y escribir con referencias mis artículos y posts. No puedo hacerlo con el móvil, pero ver las redes sociales sí.

7. Un poco de desilusión
Sí, has leído bien. Desilusión. En buena parte viene de (2) y en estar fuera de España y perderme casi todos los saraos de divulgación científica. Fue un golpe comprobar como, pese a mi buena fe, esfuerzo extra, y sacar 2-3 posts a la semana, desde 2013 las visitas a este blog cayeron en 2 órdenes de magnitud. Pensé que creando un nuevo blog en Naukas esto iba a cambiar. Pero luego se unieron mi perfeccionismo con (2) y también lo tengo demasiado aparcado.
Otro punto que me desilusiona es que estoy pero no estoy. Continúo escribiendo semanalmente en Diario Córdoba (hace tiempo que no subo ninguno de los Zocos de Astronomía aquí o en Naukas, pero sigo con ellos, como aviso por Twitter), escribo de vez en cuando en Naukas y el Cuaderno de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco, y participo en los podcasts Crecer Soñando Ciencia y Coffee Break: Señal y Ruido (aunque siempre me hagan madrugar). Pero poco más. Y esto no es suficiente para ser visible. Tal es así que de los 5 objetivos que me había marcado en 2017 no voy a cumplir ni el que creía más factible (llegar a 5000 seguidores en Twitter, algo que también se enmarca también en mis esfuerzos de 2 y 3). Uniendo a lo de arriba de mi falta de tiempo para todo lo demás se traduce directamente en escribir menos. O nada, como es el caso estos meses.
Mi desilusión va también en los muchos años (dos décadas) que llevo haciendo divulgación de forma completamente altruista. Aquí cada vez se estila más (y también lo he comentado a veces por Twitter) que las actividades se pagan en cierta forma. Y algunos compañeros de divulgación científica en Australia están consiguiendo un extra enorme en sus eventos. Yo no (y eso lo tengo que cambiar, porque a la vez parece que se valora menos porque hago de gratis las actividades). Por más que también me estoy esforzando en esas actividades, al final (y esto me ha pasado varias veces ya este año) el reconocimiento se lo lleva otra persona. He dicho muchas veces que no hago esto por premios, pero es que ahora mismo necesitaría conseguir "algo así" primero para (2) (porque es así como funciona, yo puedo haber dado 50 charlas este año de forma altruista a montones de estudiantes, pero es "ese reconocimiento" el que se valora para un puesto porque destaca en tu CV) y segundo para volver a ilusionarme con mi pasión por la divulgación científica (que, lo digo en serio, está pasando una crisis importante, quizá motivada sobre todo por 2).
Esto era más o menos lo que quería contar. Si has llegado aquí, gracias. No me voy, quizá no escriba casi nada en estos tiempos, pero espero y confío las cosas puedan volver a su cauce más pronto que tarde. Nadie, ni las adversidades de la vida ni los australianos incapaces de pronunciar "Ángel", me van a quitar mi conocimiento, años de experiencia y pasión divulgando Astronomía. Es una parte de mí, es la esencia de mi ser. Quizá en un par de años no puedo estar trabajando como astrofísico, pero tanto la astronomía de aficionado como la divulgación astronómica estarán (espero) siempre ahí. Lo que ahora necesito, más que otra cosa, es un poquito de suerte para tener la oportunidad de mostrar en Australia y en España cuál es mi valía tanto a nivel científico como a nivel de divulgación.

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