Junto con la teoría de unificación de la física, es una pregunta que Einstein nunca pudo responder. El agua con gas sin gas es una ciencia que desafía la lógica, tanto como la levitación o los sanguches sin mayonesa.
Si se pudiera hacer el desafío Pepsi pero con dos vasos, uno con agua sin gas y otro con agua con gas sin gas el porcentaje de acierto sería del 98.5%. El 1.5% restante que erró en su respuesta sería por:
a)no tiene un doctorado o masters.
b)nunca pobró un agua con gas.
c)simplemente es un forro.
Dentro de los escépticos de la teoría del agua con gas sin gas que hablan de que en efecto sí existe una lógica detrás de la diferencia del sabor se encuentran los preponderantes del dióxido de carbono. Las burbujas del agua con gas están hechas con dióxido de carbono y es por eso que sabe distinto una vez que se van. Pero… si el dióxido de carbono SE VA, entonces porqué sabe distinto. No tiene mucho sentido. Es como que unas minas que están buenas entren a un boliche y luego se vayan y los flacos que estén adentro las sigan viendo. Bueno… quizás las sigan viendo en su imaginación pero no que estén ahí realmente.
Eso es exactamente lo que sucede con los defensores del dióxido de carbono. Siguen viendo cosas donde no están. Probablemente sean ellos los que siguen viendo las minas que no están en el boliche o sean la opción c) del 1.5%.
Para el resto de la población terrestre sigue siendo un dilema existencial. Quizás entender el porqué de la diferencia de sabor entre el agua con gas sin gas y el agua sin gas nos de la respuesta a la teoría de unificación de la física. El escritor desafía al lector a comprar muchas aguas con gas y sacarles la tapita (no compren soda lo único porque ahí se complica el tema). Pueden ser los próximos Einsteins en potencia, ¿que bueno no?
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