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¿por qué el balonmano es un deporte de empotradores?

Publicado el 29 enero 2013 por Molinos @molinos1282


¿POR QUÉ EL BALONMANO ES UN DEPORTE DE EMPOTRADORES?El balonmano no me gusta. Es un deporte que me da bajón, bueno, debo decir que me daba bajón. Buceando en mi absurdo archivo mental de recuerdos inútiles creo que mi falta de querencia por ese deporte se debe a que en algún curso de la EGB, tras rellenar la piscina del colegio que era lo que me flipaba, las monjas decidieron ponernos a jugar al balonmano. Con ese propósito, contrataron a una rubia para que nos diera clases y a la rubia se le ocurrió que lo mejor para jugar al balonmano era hacernos empollar el reglamento y someternos luego a un examen teórico sobre el mismo. Ya he dicho que era rubia…
Así que el balonmano no me gusta (ba), pero el caso es que el Ingeniero me ha sometido a una tortura por goteo en las últimas semanas.
- Hoy llego antes que voy a ver el balonmano. - ¿Qué balonmano?- ¡Moli!! El campeonato del mundo…- Ah...
Moli, voy a duchar a las niñas ya que luego hay balonmano”, “Moli, cenamos más tarde que hay balonmano”, ”Moli, tú vas a leer ¿no? yo puedo ver el balonmano”
Así que sí, sabía que había algo con el balonmano pero no me preocupé hasta que el domingo me dijo.
- Hoy no me puedo echar la siesta. - ¿Estás malo? ¿Es una promesa? ¿Qué estás tramando? ¿No tendrá nada que ver conmigo, no?- Moli...es la final del balonmano...- Ah...vale…
Yo no tenía ni la más mínima intención de ver el partido. Me senté con mi nuevo moliportatil a escribir tonterías y brujulear por la red. El problema es que levanté la vista y allí estaban y se me encendió una luz: no estás viendo el balonmano en toda su dimensión, el balonmano es un deporte de empotradores.
Con esa nueva luz, el tema ganó bastante a nivel real e imaginario, confieso que más a nivel imaginario.
¿Por qué el balonmano es un deporte de empotradores?
Razón nº 1
Su propio nombre lo indica.
Tíos que se llaman Alberto Entrerrios, Albert Rocas, Julen Aguinagalde …son claramente tíos con potencial. Probad con “Cristiano” o “Casillas” o “Messi”…patético...ni siquiera Xabi Alonso funciona igual que AlbertRocas…
Razón nº 2.
Esos tíos son enormes. Son como armarios roperos. La fama de grandes la tienen los de baloncesto y no es justo. Los de balonmano son más grandes, más anchos y más proporcionados. No te dan la sensación de ser sólo brazos que les llegan hasta las rodillas. Para ser un empotrador no hay que ser grande, pero digamos que por ejemplo un ciclista tirillas no da el perfil de primeras.
Y voy un poco más, si parecen enormes en una cancha de balonmano, imaginadlos en una cama...no hay escapatoria, en caso de que quisieras escapar...cosa que no entiendo.
Otra cosa más, no van depilados..son tios, tios. Razón nº 3
Las camisetas.
Las camisetas de los jugadores de balonmano no son ridículamente feas, ni ridículamente absurdas. No las ves, pero sin embargo eres capaz de visualizarte después de, levantándote de la cama y poniéndote esa camiseta. No hay que ir más allá en esa fantasía porque si sigues adelante con ella te visualizas como ET con la camiseta arrastrando por el suelo y eso es poco sexy.
Razón nº 4.
Los hombros.
Tienen unos hombros espectaculares. Sí, los que hacen anillas también...pero esos luego tienen las patitas cortas y dan grimilla. Un jugador de balonmano tiene un hombro con pinta de ser mordido en un momento de paroxismo empotrador.
Razón nº 5.
Esos brazos eternos.
Sí, sé que he dicho que los jugadores de baloncesto no molan porque tienen brazos demasiado largos, y ahora vengo con los brazos eternos. Son distintos. Ves los brazos de un jugador de balonmano y enseguida visualizas el abrazo que puede darte rodeándote entera.
Con un jugador de baloncesto no pasa, no sé porque pero a los tíos que juegan al baloncesto te los imaginas abrazándote y sientes como que los que le molaría es estar botando la pelota a tu espalda. No se concentrarían en lo esencial. Un jugador de baloncesto se dispersa.
Razón nº 6.
Esas manos.
La pelota de balonmano no es pequeña y sin embargo en esas manazas parece canija. Unas manos grandes expertas son siempre un must.
Razón nº 7.
Pueden contigo en brazos.
Vamos a ver. Hay mucha mística con el rollo del polvo empotrador de pie. Mucha mística y mucha mentira. Seamos sinceros, sostener a una tía que pese pongamos por caso 53 kilos, mientras se mantiene la concentración necesaria y el empuje correcto…no está al alcance de cualquiera. Pero uno de estos armarios empotrados tiene muchísimas posibilidades de ser capaz de hacerlo. No estoy diciendo que un polvo pared sea lo mejor para nada...pero la simple posibilidad de que pueda existir da morbo.
Razón nº 8.
No te dan ganas de ponerles un colacao.
Los jugadores de balonmano aunque sean jovenzuelos no levantan instintos maternales que es sin duda lo peor que te puede levantar un hombre. Es lo más anti lujuria que hay. No dan ganas de arroparles, ni de ponerles un colacao ni de darle pellizcos en las mejillas. Para nada. Los ves y sientes...mmm...algo más parecido a...ya estás tardando.
Razón nº 9.
Sobre esas espaldas se puede dormir…después.
Razón nº 10.
Un partido de balonmano dura lo justo para que estén entretenidos un ratito, vuelvan sin que se te haya olvidado su cara y te hayas recuperado.
Creo que me voy a aficionar al balonmano.
Nota de la autora: Los hay muy feos, lo sé, pero es que la naturaleza es sabia. Si además de ser como armarios empotrados fueran guapos..¿qué les quedaría a los demás?


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