El pasado 25 de noviembre destacaba en el calendario por ser el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Este día marcado por las Naciones Unidas, marca el comienzo de 16 días de activismo contra la violencia machista, que se extiende hasta el día 10, que además es el Día de los Derechos Humanos.
¿Por qué se marca un día para la erradicación de la violencia contra la mujer?
Esta campaña internacional de movilizaciones se implanta en 1991, desde el Women's Global Leadership Institute. Después de veintisiete años, tristemente estas reivindicaciones siguen siendo más necesarias que nunca.
El estigma, el miedo, el silencio y la impunidad, han permitido que la violencia contra las mujeres siguiera aumentando hasta alcanzar proporciones de pandemia según afirma ONUMujeres: una de cada tres mujeres en todo el mundo sufre violencia de género. Y en esta materia nadie se salva.
En India hay cuarenta millones de mujeres menos que de hombres, debido al poco respeto que se tiene por la vida de las mujeres, especialmente si son de una casta excluida. El feminicidio tiene consecuencias evidentes sobre el cómputo global de la población, pero la violencia contra la mujer se traduce también en agresiones sexuales, raptos, o discriminación sistemática que sufren a diario, mujeres y niñas, que quedan apartadas del acceso a la educación, a la salud o a la vivienda.
América Latina se considera la región más letal para las mujeres, donde según la ONU mueren más de 9 mujeres cada día por violencia machista. Colombia, Argentina o Brasil presentan las cifras absolutas más altas. Pero en realidad estos datos pueden representar sólo la punta del Iceberg. Muchos estados ni siquiera cuentan los feminicidios y las incluyen en el cómputo general de los homicidios. En Colombia ocurre algo similar, la cifra de víctimas se reduce a niveles europeos cuando registran solo aquellos casos en los que el agresor era una pareja. Esta diferencia de criterios, y de rigor no ayudan para conocer la realidad al respecto.
Violencia que alcanza valores de pandemia
Ningún país se queda fuera de este problema arraigado. En España mismo en 2017 murieron 55 mujeres por violencia machista, y en 2018 ya hemos superado esta cifra. Hasta el 70% de las mujeres de todo el mundo ha sufrido alguna agresión sexual o física dentro de la pareja en algún momento de la vida. De las niñas y mujeres vivas, al menos 200 millones han sido sometidas a alguna forma de mutilación o ablación genital femenina en los 30 países donde la práctica es más frecuente. Más de 750 millones de mujeres que viven en la actualidad contrajeron matrimonio con menos de 18 años, y unos 250 millones lo hicieron antes de cumplir los 15.
Activismo transnacional
Por ello, es momento de encontrar el cambio. Por eso, estos días de sensibilización son importantes, porque dan visibilidad a las víctimas silenciadas, porque crean conciencia, y rompen el silencio. En los últimos tiempos hemos sido testigos de movimientos supranacionales como el #MeeToo, o #Niunamenos que han levantado la voz de mujeres y hombres que no están dispuestos a permitir esta injusticia y que no se puede ignorar. Cada caso es diferente pero las mujeres y niñas de todo el mundo que sufren malos tratos, tienen derecho a ser escuchadas y sus historias deben de salir a la luz, para que no se vuelvan a repetir. La magnitud de la violencia contra la mujer y la niña acentúa la urgencia de dedicar los recursos necesarios a introducir medidas eficaces para erradicarla.
En este contexto, es imprescindible que luchemos cada día contra la impunidad, empoderar a las víctimas y promover un cambio de actitud a fin de prevenir todas las formas de violencia contra la mujer y la niña. Por ello, estas fechas y campañas de movilización son más importantes que nunca, aunque los resultados no se perciban en el corto plazo, el objetivo es reeducar en los derechos humanos y la igualdad.
Foto: Mihai Surdu