Revista Cocina

¿Por qué la comida japonesa es horrorosa?

Por Vigilis @vigilis
Como es un tema que levanta pasiones, estableceré ciertas prevenciones antes de meterme en el asunto. En primer lugar, como ocurre con toda la comida propia de un lugar, existe una gigantesca diferencia entre la comida hecha en el lugar y con productos del lugar y la comida hecha en un lugar distinto y con productos de un lugar distinto. En Kazajstán seguramente puedas preparar una tortilla de patatas con productos locales, pero no sabrá igual que si la preparas con patatas de Coristanco y huevos de aldea (de aldea de aquí). Creo que hasta ahí llegamos todos.

¿Por qué la comida japonesa es horrorosa?

¡Mmmm, qué pintaca tiene!

En segundo lugar, la comida exótica tiene cierto halo de exclusividad que impide a la gente ser objetiva. Como la comida extraña y exótica es dificil de conseguir, quien la consigue pensará que ha alcanzado una cota superior de reconocimiento social. Así, en un restaurante exclusivo donde te clavan 50 pavos por dos granos de arroz con espuma de eructo de yak, verás que todos los comensales se dan la razón mutuamente y coinciden en lo rica que está la comida. En este caso estamos ante una variación de la célebre paradoja de Abilene.
¿Por qué la comida japonesa es horrorosa?

Al asunto. La comida japonesa es horrorosa porque Japón no ha tenido posibilidades de desarrollar una gran tradición culinaria. El escarpado archipiélago nipón impidió el desarrollo extensivo de la agricultura. No hay tradición cerealística en Japón. Esto no es una broma: el cereal significa revolución neolítica, sedentarismo y civilización (la historia universal es trigo, maíz y arroz). Y si comen arroz es por influencia china. Si en la comida japonesa destacan las algas y los pescados es porque son productos que históricamente han podido explotar. Digamos que se trata de un asunto de utilidad marginal y voy a poner un ejemplo: el buey de Kobe.
En Kobe crían unos bueyes de cierta forma que hace que su carne sea especialmente jugosa y además tenga un aspecto característico. En Japón no existe una gran tradición ganadera, ni grandes pastos para desarrollar grandes ganados. Por eso, lo poco que tienen es muy exclusivo y tiene una gran consideración en la dieta japonesa. Esta dieta al ser exportada —porque lo exótico es signo de distinción—, hace que esa misma carne tenga un gran valor culinario en el extranjero. Pero si Japón tuviera enormes dehesas nadie conocería el buey de Kobe.

¿Por qué la comida japonesa es horrorosa?

¡Tora, tora, tora!

El crecimiento demográfico unido a la limitación de recursos naturales hizo que la utilidad marginal de ciertos productos disparara su demanda. Por eso comen algas horribles y peces espantosos. De hecho, comen hasta peces venenosos, así de horrible era la vida en Japón no hace mucho tiempo. Y voy a poner otro ejemplo.
El primer tipo que probó un percebe estaba muriéndose de hambre. Fue a una roca con una piedra, golpeó esa uña horrible que estaba pegada, vio algo blandito y lo mordió. Las tenía que estar pasando muy canutas. De hecho, en general el marisco era utilizado como abono natural para cosechar cosas más mollares. Solamente quienes no tenían otra cosa que comer se conformaban con marisco. El marisco siempre fue una comida de pobres hasta que se solucionó la cuestión del hambre gracias al uso del petróleo y la consecuente mecanización del campo. Hoy la exclusividad del marisco dispara su demanda porque exclusividad significa estatus social. Y por eso salen camiones congeladores de Coruña a Madrid todos los días.

¿Por qué la comida japonesa es horrorosa?

Hoy Japón mola.

Si en la gastronomía japonesa encontramos cuarenta tipos de algas preparadas cada una de doce formas distintas es porque no tenían otra cosa que comer. De hecho, hasta cuando comen pollo preparan cartílagos de pollo fritos, como aprovechando hasta el alma del pobre pollo. No me sorprendería que también frieran el pico. Pero eso es como comer hierba del campo. ¿Se puede comer? Sí, pero solamente si no tienes otra cosa.
Por eso digo que la comida japonesa es muy limitada. Aquí también podríamos poner en los menús de los restaurantes hierbas del campo. Pero no lo hacemos porque tenemos más donde elegir.

¿Por qué la comida japonesa es horrorosa?

Lalín. Civilización. Desarrollo. Futuro.

Pero al margen de estas explicaciones, en las que un economista y un biólogo se podrían extender más, quiero volver a destacar la miseria de la condición humana, que es realmente el tema que me interesa aquí.
Restaurantes horribles que te venden experiencias cuando tú lo que quieres es comer, beber y conversar. Te ponen pesadillas de Chtulhu en el plato y la gente se pone a hablar de esos mojones culinarios como si tuviera alguna idea de lo que dice. Hay gente que entra en un restaurante étnico (y aquí incluyo comida india, mexicana, italiana, etc.) y se transforma en un cuñado. ¿Pero qué me estás contando, paleto? Gente que se pone a dar lecciones, ayudada por la limitada esfera de experiencias de otros comensales, todos yendo a Abilene. Es como si de pronto se creara una competición de melonadas. Y como nadie sabe de lo que está hablando, todos pueden participar. Además, como gracias a la bebida y los postres acaban pagando una generosa cuenta, nadie critica los platos. A nadie le parece mal nada.

¿Por qué la comida japonesa es horrorosa?

Esto.

Espera, que aquí todavía no acaba la cosa. Esta locura del postureo llega a tales extremos que en el momento en que alguien compara la comida con la que prepara un restaurante NORMAL, esa persona es inmediatamente anatematizada y excomulgada, como si no tuviera ni idea de lo que dice. Oiga, descartando el chauvinismo simplón, se puede dar el caso de que un plato de la tierra sea superior a ese plato mágico que preparan elfos en ollas mágicas. No sé. Sólo digo. No descartemos eso con los apriorismos del postureo.
Y es que si una comida o una cena, en lugar de ser eso, pasa a ser una excursión al ego entonces las reglas de juego ya están subvertidas. Ya no se va a comer sino a hablar de noúmenos. Y si una persona se encuentra cómoda en ese plan es que ya está perdida.
Conclusión: comed lo que queráis donde queráis, pero no deis la paliza.
Mameshiba!


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