Me dicen últimamente que estoy radiante. Que el matrimonio me ha sentado que no me lo creo, que estoy más guapa que nunca. Lo cual me hace sonreír aún más y por tanto irradiar aún más luz. En un mundo en el que la monotonía se agolpa y abundan las caras largas, ver a alguien sonreír te hace recordar que hay vida ahí fuera de la nube negra de la antipatía y la seriedad.
Por eso, la próxima vez que alguien me pregunte "porqué sonríes?" No me quedaré callada, alucinada por lo absurdo de la pregunta. Sonreiré aún más, con los ojos también. Con los gestos y la alegría que me caracterizan porque así es como mejor puedo responder: Porque sí, porque sí, porque sí. Ya lo cantaban mis familiares, los Rodríguez.
Lucha con toda tu locura por ser feliz y que se pregunten porqué narices sigues sonriendo, y cómo lo haces.
A.