Muchos de los que se aventuran a realizar el Camino de Santiago comentan que la razón que les hizo ponerse a caminar tenía que ver con la idea de superar una circunstancia adversa, una crisis personal o con la necesidad de encontrarse a sí mismos tras una errática trayectoria vital. A la protagonista de Alma salvaje, Cheryl Strayed, le sucedió esto mismo en 1995, cuando contaba con 26 años. Rompió con todo lo que le rodeaba y emprendió una difícil travesía, superando terrenos escarpados y las más extremas condiciones climáticas, que le llevó en dirección norte pero también se adentró en su pasado, y que hizo callo tanto en la parte externa como en los aspectos más íntimos de su persona.
En Estados Unidos existe una ruta, la Pacific Trail Crest, que recorre a través de parques y reservas naturales la costa oeste desde la frontera mejicana hasta el límite con Canadá, equiparable a la Jacobea en la medida en que para muchos supone un reto y una forma de introspección, aunque mucho más dura, larga y, sobre todo, solitaria que la Vía Láctea hispana. Cheryl Strayed recorrió 1770 kilómetros documentando sus pasos en un diario que derivó en el libro de memorias que acabó convirtiéndose en esta película.
Nueve años después del merecido Oscar obtenido por su magnífica interpretación de June Carter en En la cuerda floja, Reese Witherspoon sacrificó el papel protagonista de Big Eyes para, pasando por encima de candidatas de peso como Jennifer Lawrence o Scarlett Johansson, poder encarnar a Cheryl Strayed, otro personaje real que ha vuelto a poner de relieve que cuando opta por lo dramático aflora todo el talento que atesora. Su pareja artística, Laura Dern, que incorpora a su madre en la ficción, funciona como contrapunto y catalizador de la tormenta que se desata dentro de la protagonista. Ambas, por méritos propios, recorrerán la alfombra roja del Dolby Theatre el próximo 22 de febrero con la posibilidad de llevarse a casa un premio de la Academia.
Teniendo en cuenta la calidad de los anteriores trabajos del realizador canadiense Jean-Marc Vallée, el inicio de Alma salvaje nos provoca cierta apatía. A pesar de esbozar una estructura de flashbacks que se inicia con una misteriosa y vertiginosa sucesión de planos mínimos que auguran cierta profundidad en la historia de la protagonista, los primeros minutos aparecen un tanto convencionales y poco prometedores.
Sin embargo el filme comienza a crecer a medida que Vallée es capaz de ir introduciendo su toque personal en una trama que ya hemos visto otras veces en el cine estadounidense. En gran manera esto sucede gracias al talento de las dos estupendas actrices que se echan la película a la espalda, sobre todo una Reese Witherspoon que se desnuda en cuerpo y alma para mostrar la vulnerabilidad, la desorientación, la fuerza y el afán de superación de esta indómita mujer que gustaba de glosar cada etapa de su viaje hacia la redención con una referencia musical o literaria que respondía a su paralelo trayecto interior.
Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.
Copyright imágenes © Fox Searchlight Pictures, Pacific Standard. Cortesía de Hispano Foxfilms. Reservados todos los derechos.
Alma salvaje
Director: Jean-Marc Vallée
Guión: Nick Hornby
Intérpretes: Reese Witherspoon, Laura Dern, Thomas Sadoski
Fotografía: Yves Bélanger
Duración: 115 min.
Estados Unidos, 2014