Revista Cultura y Ocio
Atraco a las tres, de José María Forqué. Un grupo de empleados planean atracar el banco donde trabajan. De lo mejorcito del cine español de siempre. Argo, de Ben Affleck. Recreación del rescate de diplomáticos americanos en Irak en 1979. Buena película, pero no sé si la mejor del año Tierras de penumbra, de Richard Attenborough. Preciosa reflexión sobre el amor y el dolor: "el dolor de entonces es parte de la felicidad de ahora". "El dolor de ahora es parte de la felicidad de entonces" Lo imposible, de Juan Antonio Bayona. Un tsunami arrasa el hotel donde se alojaba una familia de vacaciones. Deberán luchar por volver a encontrarse tras la catástrofe. Blancanieves, de Pablo Berger. Magnífica película muda que adapta el cuento de Blancanieves. Un torero sufre un grave cogida a principios de siglo. Quizás un tanto pretenciosa a ratos pero la calidad lo justifica. Big Fish, de Tim Burton. La magia e imaginación típica del director, un hombre al borde de la muerte rememora su vida a partir de los recuerdos e historias de las que gustaba contar a su hijo. La vida de Pi, de Ang Lee. Un naufragio reúne en un bote salvavidas a un joven y un tigre de Bengala. Preciosa adaptación de la novela. No la desmerece. Barfly, de Berbet Schroeder. Guión de Bukowsky, retoma su alter ego para mostrar en este film autobiográfico sus primeros pasos en como escritor, cuando el alcohol era lo único importante en su vida. Desigual film con un Rourke sobreactuando y alguna situación cogida con pinzas que hace perder credibilidad a la historia. Eso sí, retrata perfectamente el universo Bukowsky. Factotum, de Ben Hamer. Adaptación cinematográfica de la novela de Bukowski, aquí encontramos de nuevo a un Chinaski (Mat Dillon) más edulcorado, disoluto pero no ruín. Algunos guiños a la película Barfly. Interesante aunque se echa de menos el ambiente más sórdido, decrépito que rodea a la novela. El extraño viaje, de Fernando Fernan Gómez, 1964. Excelente película que retrata la España rural de la época. La rutina de un pequeño pueblo se ve alterada por la actuación semanal de un grupo de músicos. Perfecto retrato de lo que era la España de la época con tintes de cine negro, humor ácido. Cine negro a la española La tumba de las luciérnagas, de Isaho Takahata. Triste, duro deprimente... relato antibélico; filme de animación que narra el declive de dos hermanos que deben sobrevivir sin familia en Japón en plena Segunda Guerra Mundial. Nunca fue tan contradictorio el término anime (y es que te deja hecho polvo -humor!!-). Imprescindible. La dolce vita, de Federico Fellini. Un periodista de sociedad vive rodeado de glamour, de pomposidad, ... Una vida aparentemente de ensueño pero que en el fondo es decadente, vacua, superficial. El universo Fellini en pleno esplendor. Los chicos del coro, de Christophe Barratier. Un vigilante llega a una especie de reformatorio en los años 50 y utlizará la música para ganarse a los alumnos. Otra magnífica película sobre la importancia del papel del educador. Déjame entrar, de Tomas Alferdson. Adaptación sueca de la novela del mismo nombre. Supera con creces a la novela. Bella historia de amor entre una niña vampiro y un niño que sufre bullying en el colegio. Muy buena peli. Roma, ciudad abierta, de Roberto Rossellini. La resistencia al nazismo, esta vez en Roma y filmado desde neorrealismo, Impactante última escena, una joya del cine, imprescindible. Objetivo Birmania, de Raoul Walsh. clásico del cine bélico. Una patrulla aislada en la selva de Birmania debe inutilizar un radar japonés. De esas pelis que ves de pequeño y perviven en la memoria. Americanada, pero de las buenas, qué bien saben morirse los japoneses!! El gran Lebowski, de los hermanos Coen. El Nota es un vago que sólo aspira a que le dejen vivir a su aire. Cierto día un equívoco le hace verse implicado en un sórdido asunto. Delirante comedia con grandes actuaciones y memorables momentos que van más allá que el simple gag. Alemania, año cero, de Roberto Rossellini. La posguerra en Alemania, una familia malvive, el hambre, la necesidad se apoderan de la dignidad pero no de la conciencia. Los Olvidados, de Luis Buñuel. Retrato de los suburbios mexicanos de la época, desde el realismo sin abandonar su personal estilo surrealista Buñuel nos ofrece una dura imagen de la marginalidad, la miseria... Muy recomendable.