¡Hola lectores!
Mis sospechas se volvieron realidad hasta cierto punto, ya que ocurrió un imprevisto cuando estaba reactivando el blog, por suerte no fue un viaje improvisado a Alaska, sino un problema que ocasionó que pasara cuatro días sin internet, pero estoy de vuelta y listo para seguir escribiendo, y es que se necesita mucho más que eso para lograr que me aleje del blog (aunque si nada más llega a pasar, mucho mejor).
Esta vez hablaré acerca de una situación parecida hasta cierto punto al primer día de trabajo, me estoy refiriendo al primer día de clases, ese momento que también recordamos, solo que a diferencia del empleo, esto llega a ocurrir muchas veces, algunas más memorables que otras.
Si eres nuevo en la escuela, tu primer día podría consistir en investigar tu nuevo entorno y a tus compañeros de estudios, puede que no sepas como irte adaptando o que ya tengas un plan fríamente calculado, pero lo importante es recordar que es solo cuestión de tiempo para adaptarte, además que mientras evites cosas como intentar escapar del aula de clases usando solo una cuchara y un avión de papel, todo saldrá bien.
Pero hay otras personas que no tienen esos problemas, ya que una de sus habilidades es la de hacer amistades con suma facilidad y en la mayoría de los casos causar simpatías con la primera impresión, para estar personas el proceso de adaptabilidad es más rápido y ya desde el primer día se llevan el título de personaje distinguido y más querido de sección.
Si ya llevas un tiempo en el aula y al volver miras los mismos rostros, entonces la situación es totalmente distinta, en estos casos no es cuestión de adaptación, sino, de hacerte a la idea de que las clases volvieron a empezar, hay personas que vuelven felices, ya sea debido a que se aburrían en casa y ya extrañaban los estudios(quizás hayan lectores que duden de mis palabras, pero puedo asegurarles de que he sido testigo presencial de que esas situaciones existen), o debido a que quieren volver a encontrarse con amigos con quienes perdieron contacto durante las vacaciones. Otras personas se pasan los primeros días sintiendo nostalgia de las vacaciones terminadas, esa lejana época en la que todo era posible y los sueños eran todos alcanzables y cuando la felicidad era absoluta (para poder hacerse una idea más exacta, favor escuchar "I Dreamed a Dream"), claro que en la mayoría de los casos, hay puntos intermedios entre el ansia de volver y la desesperación por las vacaciones terminadas.
Si hay alumnos nuevos, se procede en muchos casos a conocer a esa persona o al menos observarla unos instantes para confirmar que no es algún amigo de hace varios años, conocido, vecino o alguien a quien le debes dinero, luego, dependiendo de si la persona es conocida o no, se puede proceder a recordar una amistad pasada, a hacerte a la idea de que algún vecino o conocido es ahora un compañero de clases, intentar hacer amistad en caso de no ser alguien conocido o mantenerse al margen (sobretodo si le debes dinero).
Independientemente de cada situación, el primer día de clases es un momento para adquirir experiencia en la vida y para pasarlo lo mejor posible. Y una vez dicho esto, me despido por hoy, y recuerden que sin importar si son nuevos en el aula o si ya llevan ahí bastante, lo importante es siempre tratar de disfrutar de ese primer día y en caso de que te sientas triste, por favor dentro de lo posible intenta evitar irte a algún rincón a lamentarte mientras cantas "I Dreamed a Dream".
¡Hasta luego!