Hola Graminoleños.
La actualidad vuelve a mandar y una vez más nos llega una mala noticia con la desaparición de otro de esos artistas geniales, irrepetibles, grandes, mágicos, espectaculares y tantas cosas más como es Prince, un auténtico genio que nos dejó la semana pasada en extrañas circunstancias. La historia se repite una vez más.
Nacido hace 57 años en Minneapolis, desde niño demostraría que tenía un talento muy especial para la música. Con apenas 8 años aprendió a tocar el piano él solo, sin ayuda de nadie y de oído, y con 13 era ya un virtuoso de la guitarra eléctrica. Era capaz de tocar más de treinta instrumentos, todos con unas dotes extraordinarias.
Sus primeros escarceos serios en el mundo de la música llegarían con la creación de una banda con algunos de sus amigos en la que Prince hacía absolutamente todo menos cantar, ya que él consideraba que su voz no era la adecuada para ello, aunque con el tiempo podríamos comprobar que estaba bastante alejado de la realidad, afortunadamente.
En el año 1978 aparecería su primer disco, de título “For You”, un disco que pasaría bastante desapercibido y que simplemente supondría un acercamiento a su prometedor futuro y a lo que él quería hacer en el mundo de la música. Eso sí, dejo algunos apuntes de lo que se avecinaba, ya que todas las canciones fueron compuestas por él, el único productor del disco sería él mismo y el propio Prince se encargaría de tocar absolutamente todos los instrumentos. Una auténtica declaración de intenciones.
No habría que esperar demasiado tiempo para encontrarnos con su primer disco reconocido tanto por público como por crítica. Llegaría en el año 1979 y su título sería “Prince”. Un trabajo en el que podía empezarse a encontrar ese sonido tan peculiar que daría en llamarse “Sonido Minneapolis” y que le llevaría a convertirse en un músico de referencia para tantos y tantos otros.
Además, con la publicación de este disco, Prince entraría por primera vez en las listas de ventas con la canción “I Wanna Be Your Lover”, tema que con el paso del tiempo se convertiría en un auténtico clásico.
Como curiosidad, este disco incluía una canción que en la voz de Prince pasaría sin pena ni gloria, pero que apenas cinco años después se convertiría en un auténtico bombazo en la voz de Chaka Khan. “I Feel For You”, no sería la única canción que llegaría al número uno interpretado por otro artista mientras que la grabación original en la voz de Prince tuviera una discreta repercusión, como ya veremos más adelante. Curiosidades del mundo de la música. Por cierto, la introducción del “Chaka Khan .. Chaka Chaka Chaka Khan”, corre a cargo de uno de los más importantes intérpretes del hip-hop norteamericano: Melle Mel.
La primera etapa de la trayectoria musical de Prince estuvo marcada en bastantes ocasiones por el escándalo y la provocación, algo que se pondría de manifiesto en el año 1980 con la publicación de su tercer disco, titulado “Dirty Mind”. Simplemente con ver la portada del disco podemos hacernos una idea de lo que pensó la puritana sociedad norteamericana.
El disco en sí dura apenas treinta minutos pero está lleno de canciones con letras muy provocativas y explicitamente sexuales. Éste sería uno de los principales motivos por el que no obtendría demasiado éxito, ya que en muchas ocasiones sus canciones dejaban de sonar en emisoras de radio por esas letras deslenguadas.
Una vez más, uno de los temas que aparecían en el disco se convertiría en éxito interpretado por otra artista. La canción en cuestión es “When You Were Mine” y la intérprete Cyndi Lauper.
Tan sólo un año después, en 1981, llegaría la publicación de su siguiente disco, titulado “Controversy”, que presentaría una línea continuista con respecto a la de su predecesor aunque, sin abandonar las letras de temática sexual, sí es cierto que también incluiría algunos temas con una feroz crítica social.
Lo cierto es que comercialmente no acababa de arrancar porque a pesar de que se podía comprobar su gran talento en cada uno de sus discos, el escándalo que acompañaba a las letras de sus canciones le terminaba por pasar factura. De hecho, la única canción del disco que tendría éxito sería la que le da nombre: “Controversy”.
La carrera de Prince estaba empezando a correr serio peligro por todas estas circunstancias y alguno de los músicos de su grupo decidieron marcharse al no estar del todo conformes con el camino que se estaba siguiendo. Su inmenso talento estaba cerca de irse al garete pero, afortunadamente, sería el momento en el que decidiría darle un giro total al rumbo de su carrera que le iba a llevar a convertirse en un auténtico mito.
En el año 1982 publicaría la que está considerada como su primera obra maestra, su dísco “1999”. Un trabajo que dejaría a un lado de una vez las polémicas y las provocaciones y que estaría lleno de lo que tiene que estarlo un buen disco, de buena música.
Por primera vez la banda que tocaba con él tomaría el nombre de “The Revolution”, por lo que a partir de ese momento firmaría todos sus discos como “Prince & The Revolution”. Su sonido ya era inconfundible y el primer single de este disco, el que le da nombre, llegaría de inmediato a los primeros puestos de las listas. Esta canción es una de mis preferidas, lo reconozco.
Además, Prince siempre había manifestado que su objetivo era acercar al público blanco la música de los artistas de color y poco a poco lo estaba consiguiendo. El segundo single de este trabajo, “Little Red Corvette”, se convertiría en su primer número uno y está considerado como la canción definitiva que marcaría su despegue hacia el estrellato. No estaban nada desencaminados los que hacían estas manifestaciones.
La capacidad de reinventarse de Prince no tenía límites y su creatividad tampoco. Durante la gira de presentación de “1999” el de Minneapolis no paraba de pensar en su siguiente proyecto y cada vez que se le ocurría una idea la apuntaba en una libreta de color púrpura que llevaba a todos los sitios. Sin que nadie pudiera ni imaginárselo, posiblemente ni él mismo, se estaba gestando la que iba a convertirse en su obra más popular y auténtica seña de identidad.
Su propósito era rodar una película en la que aparecieran todas las canciones que tenía en mente y convertir su banda sonora en un disco histórico. De esta manera, en el año 1984 llegarían de la mano el estreno de “Purple Rain” en cines y la publicación de su banda sonora. La película fue un rotundo éxito y el disco batiría todos los records habidos y por haber, incluyendo el Oscar a la mejor canción con el tema que da título a película y disco.
La canción es espectacular. Una balada en toda regla con su desgarradora voz y el solo de guitarra final es una delicia escucharlo una y otra vez. Todo gran artista, todo mito de la música siempre tiene una canción que es la que le identifica plenamente. Sin ningún lugar a dudas, la de Prince es “Purple Rain”.
La película ciertamente es un videoclip de hora y media de duración por el que van desfilando una tras otra las canciones que conforman su banda sonora y numerosas escenas de actuaciones en directo para lucimiento del protagonista y sus Revolution, narrando una historia que tiene muchas coincidencias con la vida real del propio Prince. ¿Autobiográfica? Si no al completo sí en su mayor medida, ya me entendéis.
Otra de las caciones que se convertirían emblemáticas es la que sería publicada como primer single. Acompañada de un inquietante videoclip en el que aparece un Prince desnudo caminando a cuatro patas alrededor de una bañera y con un riff de guitarra inconfundible al principio y los continuos compases de la caja de ritmos, “When Doves Cry” se encaminaría de inmediato a los primeros puestos de las listas de todo el mundo. Por temas de derechos de autor y esos menesteres no os puedo dejar el vídeo oficial, pero cerremos todos los ojos y disfrutemos de la música.
La importancia que cobraron los componentes de “The Revolution” desde este momento fue muy grande, pero dos de los integrantes femeninos del grupo se convirtieron en sus colaboradoras más cercanas, en sus auténticas manos derechas. Lisa Coleman y Dez Dickerson se convertirían en la prolongación de Prince en la mayoría de las ocasiones y su complicidad encima del escenario en los conciertos era total.
Esta complicidad, además de su calidad como músicos, llevaba consigo que canciones como “I Would Die 4 U” sonasen así de bien.
“Purple Rain” estaba protagonizada por el propio Prince, pero no era él único protagonista, ya que, como era de esperar, también había personaje destacado femenino interpretando a la novia del cantante. Ese papel lo interpretaría Apollonia Kotero, una joven que aprovechando el tirón se introduciría en el mundo de la música. Para empezar, interpretaría a dúo otro de los temas destacados del disco, concretamente “Take Me 4 U”, una de mis preferidas.
Apollonia Kotero iniciaría desde ese momento una breve carrera musical, creando su propio grupo que llevaría el nombre de “Apollonia Six”. Lo cierto es que no publicaría nada de relevancia a excepción de la canción con la que se darían a conocer titulada “Sex Sutter”, con un sonido idéntico al de Prince. De hecho, si cerráis los ojos y escucháis la parte musical inicial os dará la impresión de que es él quien va a arrancarse a cantar. Eso sí las chicas cantar no sé si cantarían bien pero … Bueno vosotros contemplad el vídeo (sobre todo los chicos).
Tras el acontecimiento de masas que supuso la publicación de “Purple Rain”, Prince atravesaría una época en la que descolocaría tanto a su casa discográfica como a sus fans. El listón había quedado muy alto con sus dos últimos discos, y acercase a su calidad iba a ser complicado, por lo que decidiría hacer algún cambio en su manera de hacer música.
De esta forma llegaría en el año 1985 “Around The World In a Day”, un nuevo disco que mostró a un Prince más psicodélico que de costumbre y que fue considerado como un trabajo de transición que sirviera para asimilar lo conseguido con sus dos anteriores discos.
Además, así lo debió de interpretar el propio Prince, ya que en un principio decidió no grabar ningún videoclip de las canciones que componían el disco. Finalmente, presionado por la casa discográfica, con la que empezaba a tener bastantes problemas que marcarían su futuro como veremos más adelante, recapacitaría y grabaría vídeo del tema más destacado del disco: “Raspberry Beret”. Es el único videoclip del disco pero merece la pena verlo una y otra vez. Lo malo es que los dichosos derechos de autor nos lo vuelven a impedir, así que una vez más usemos únicamente los oídos.
Hay que destacar otro de los temas del disco, habida cuenta de que el título hace referencia a un complejo audiovisual que Prince decidió construir. El lugar en cuestión es una especie de Hollywood pero sustituyendo los platós de rodaje por los estudios de música. Tanto la canción como el complejo en cuestión llevan el nombre de “Paisley Park”.
Las canciones que Prince tenía en su cabeza eran tantas y tan brillantes que no era capaz de parar de idear proyectos musicales. Con “Around The World In A Day” en el mercado y ya preparándo su siguiente disco, tendría tiempo para componer una serie de temas con una banda alternativa que había formado y que se llamaba “The Family”.
Este grupo no tuvo continuidad y apenas repercusión, pero una de las canciones que compuso para ellos, cinco años después, en 1990 y en la voz de Sinnead O’Connor lograría convertirse en un número uno indiscutible en todo el mundo. Una espectacular balda que mucha gente desconoce que vería la luz gracias al de Minneapolis. Por supuesto que estoy hablando de “Nothing Compares 2 U”.
Tan sólo un año después, en 1986, llegaría un nuevo disco de Prince, que puede considerarse como el menos afortunado de su carrera, a pesar de lo cual su talento es tan grande, que no puede considerarse malo ni muchísimo menos, conteniendo además otra de esas canciones que son santo y seña de su trayectoria.
En esta ocasión intentaría repetir la exitosa fórmula de película y disco, pero lo cierto es que el resultado sería radicalmente opuesto. El disco llevaría el título de “Parade”, mientras que la película se titularía “Under The Cherry Moon” y sería un estrepitoso fracaso, lo que llevaría a que en Estados Unidos sus ventas fueran bastante discretas a pesar de lo cual en Europa tendría bastante más aceptación.
Prince le daría un vuelco a todo lo que había hecho hasta ese momento. Su música era más experimental y por cambiar cambiaría hasta su imagen, apareciendo con el pelo corto y abandonando por primera vez su eterno color púrpura. Pese a todos estos cambios y pese a que el disco no fue demasiado aclamado, nos dejaría otra de sus joyitas en forma de canción, su archiconocido “Kiss” del que unos años después haría una versión el mismísimo Tom Jones acompañado de The Art Of Noise. La verdad, yo me quedo con el original.
Además de la buena música de sus discos, Prince se había convertido en un auténtico showman a la hora de actuar en directo. Sus conciertos eran espectaculares, duraban casi cuatro horas y tan pronto aparecía subido en una moto como aparecía una canasta y se echaba unos tiritos. Su forma de actuar, sus vestimentas y las del resto del grupo y sus coreografías hacían de cada concierto un momento único. Por si fuera poco, a partir de este disco, empezaría a ofrecer sus famosos aftershows, actuaciones más minimalistas en sitios recogidos para un puñado de elegidos que ofrecía el mismo día del concierto prácticamente nada más bajarse del escenario.
Lo cierto es que los constantes cambios en la manera de publicar sus discos de los últimos años llevarían a la deserción de algunos de los miembros de The Revolution. Las disputas, finalmente, provocarían su disolución, por lo que “Prince & The Revolution eran ya historia, dando paso en muy poco tiempo a “Prince & The New Power Generation”.
Pero mientras ese momento llegaba, Prince seguía publicando discos uno tras otro. Su creatividad no tenía fin y salía prácticamente a uno por año. De esta manera llegaría en 1987 el que está considerado como el mejor trabajo de su carrera: “Sign ‘O’ The Times.
Daba la impresión de que Prince había querido vengarse en cierta manera de sus excompañeros de The Revolution con la publicación de este trabajo. A la falta de confianza del grupo sobre el camino que estaba llevando su carrera, el de Minneapolis les respondería con esta obra maestra, un disco doble con casi hora y media de buena música, con un sonido más eléctrico y bastante cercano al funk en algunos de sus temas.
El primer single de este disco, sería el que le da nombre, “Sign ‘O’ The Times”.
Una cosa quedaba clara, Prince era caprichoso y sorprendía en alguna faceta con cada nuevo trabajo que publicaba. En esta ocasión su ocurrencia consistiría en que únicamente haría gira de promoción en Europa, la cual fue un rotundo éxito, mientras que en Estados Unidos, pese a que la crítica de allí había calificado el disco como uno de los mejores de la historia de la música, se quedarían con las ganas de verle actuar en directo interpretando esta joya.
El disco contiene otra de mis canciones preferidas, con un sonido muy a lo The Revolution y con un vídeo con el colorido de siempre. Su título, “U Got The Look” y que interpreta a dúo junto a Sheena Easton. Sin duda alguna uno de los videoclips más espectaculares que jamás haya fimaldo.
http://www.jukebo.com/prince/music-clip,u-got-the-look,sur5p.html
Tan sólo un año después, en 1988, volveríamos a contemplar un Prince cambiante y que volvería al camino de la provocación que hacía tiempo había abandonado. Esa provocación venía de nuevo con la portada del disco, en la que aparecía completamente desnudo tapando sus partes más delicadas con sus brazos. Como era de esperar, la polémica, sobre todo en su país, fue bastante grande.
El título del disco sería “Lovesexy” y, aunque seguía la senda de su antecesor en lo que a sonido se refiere, no alcanzaría tanto éxito y tendría bastante menos relevancia. Para que nos hagamos una idea de la creatividad y el talento que tenía, os diré que el disco fue grabado en menos de dos meses.
El disco obtendría menos ventas de lo habitual y mostraba un sonido un tanto más pesado y oscuro que lo hecho hasta entonces, pero seguía sonando muy bien, como sucede con su primer single “Alphabet Street”, del que os dejo su vídeo en directo para que contempléis lo que era Prince subido en un escenario.
En muchas ocasiones, los discos menos exitosos de los grandes mitos de la música son considerados obras menores pero entre las canciones que lo componen suele haber una que es poco menos que una obra maestra, que sobresale ampliamente entre las demás. “Lovesexy” cumple con esa premisa.
El disco contiene un tema que para mí es si no el más grande, uno de los más grandes de su carrera aunque no tiene la popularidad de tantos otros. De hecho nunca ha sido incluído en ninguno de sus recopilatorios, pero a mí me parece espectacular. Estoy hablando de “I Wish U Heaven”.
Para variar, los dos siguientes años sería muy productivos para Prince. Hasta tres nuevos discos suyos aparecerían en el mercado y dos de ellos en forma de bandas sonoras de películas, una de las cuales fue protagonizada por él mismo y en la que se iniciaría el primer paso hacia la que iba a ser una nueva etapa con una nueva banda. Vayamos por partes.
Como aperitivo una colaboración con Madonna, buena mezcla. En el año 1989 la artista publicaba “Like A Prayer”, con la mano de Prince en la producción de varias de las canciones y con la interpretación a dúo de una de ellas, la titulada “Love Song”.
En 1989 se estrenaría en todo el mundo la película “Batman” protagonizada por Michael Keaton, en el papel de Batman y un inolvidable Joker al que daría vida Jack Nicholson acompañados de la figura femenenina de Kim Basinger. Pues bien, la banda sonora de la película corre a cargo de Prince y tanto película como disco se convirtieron en números uno de inmediato.
A mí particularmente no me parece nada del otro mundo, pero arrastrado por el éxito de la película, el disco también triunfo en casi todo el mundo. De hecho, el primer single que se extrajo, titulado “Batdance”, llegaría al número uno en Estados Unidos. Una canción bastante sencilla, repleta de efectos especiales y comentarios de la película y el sampler de la canción que aparecía en la serie de televisión de los años 70.
Queda muy claro que la pasión que sentía por el cine era casi enfermiza y siempre buscó repetir la experiencia y el éxito que consiguió con el rodaje de “Purple Rain”, pero pese a que lo intentó en repetidas ocasiones no logró acercarse a la magia de la lluvia púrpura. Otro de esos intentos llegaría solamente un año después, en 1990.
Con el mismo formato, película protagonizada por él mismo y publicación simultánea de su banda sonora interpretada toda ella también por él mismo, el éxito se repartiría desigualmente. La película pasaría con más pena que gloria, mientras que el disco sí que llegaría a los primeros puestos de las listas. Definitivamente quedaba probado que el mundo en el que mejor se movía era en la música y no en el cine.
La canción que más recorrido tuvo de este disco sería “Thieves In The Temple”.
Como ya comento, el éxito del disco fue aceptable, pero sin conseguir unos resultados espectaculares, pero curiosamente, como podrá comprobarse de inmediato, traía oculta entre sus canciones toda una declaración de intenciones de lo que estaba por llegar. En la canción a la que me refiero hablaba del poder de las nuevas generaciones pero, sobre todo, nos estaba anunciando la llegada de la banda sucesora de “The Revolution”. Habían nacido “The New Power Generation”.
De cualquier modo, parece claro que Prince no las tenía todas consigo en lo referente al éxito de “Graffiti Bridge”, por lo que aprovechando su gran voracidad a la hora de publicar discos, ese mismo año sacaría al mercado otro de sus trabajos más destacados, además de ser el primero que firmaría como “Prince & The New Power Generation”. Había nacido una nueva generación del músico de Minneapolis con su disco “Diamonds & Pearls”.
Lo había vuelto a hacer. Había vuelto a sorprender a todo el mundo, había vuelto a coger con el pie cambiado a los críticos que le estaban esperando tras el capricho de su última película y todos tuvieron que rendirse a la evidencia de que su genialidad estaba por encima de absolutamente todo. Basta simplemente con escuchar la canción que da título al disco para comprobarlo.
Su forma de hacer música había vuelto a evolucionar y en esta ocasión nos encontramos con un sonido de lujo, acompañado de unos maravillosos coros y una calidad excepcional.
Entre las canciones que integran este disco hay una que he de reconocer que es una de mis debilidades. Con un sonido pausado, tranquilo pero que te va envolviendo y seduciendo según avanza, con un coro femenino en segundo plano que acaricia … Un auténtico lujo de canción titulado “Cream”.
A partir de este instante, nos encontraríamos con un músico distinto, con su habitual creatividad, con su habitual genialidad, con su habitual talento, con su habitual buena música, pero mucho más maniático lo que le traería algunos problemas. Pero para concer esta historia habrá que esperar a la próxima edición de “La Graminola”. Sólo os reconoceré una cosa. Prince es uno de mis artistas favoritos, pero la etapa que hemos desgranado en la entrada de hoy es a mi parecer la mejor, pero como siempre vosotros tenéis la última palabra.
Aunque todos sabemos que la última palabra la tienen siempre Silvia y Ana y su “Esencia de Trementina”. Está claro que con estos días tan tristes y lluviosos que hemos tenido echan de menos el buen tiempo, la playa y el mar, porque hoy nos dejan un precioso paisaje marino hecho al óleo que a mí particularmente me encanta.
https://esenciadetrementina.wordpress.com/
https://www.facebook.com/esenciadetrementina/
Esto es todo por hoy Graminoleños. El jueves que viene más con la segunda entrega dedicada a Prince. Os espero.
JUAN JOSÉ GOMARIZ