Revista Psicología
El último número del International Journal of Eating Disorders ofrece un interesante racimo de artículos, todos ellos de acceso libre, acerca de la situación y perspectiva de los trastornos de conducta alimentaria en la inminente nueva edición de la Clasificación Norteamericana de los Trastornos Mentales, más conocida como DSM y programada para aparecer en el año 2012 en su quinta revisión (DSM-V).
El número cuenta en la apertura con una declaración institucional de la Academia de Transtornos de Conducta Alimentaria respecto al rol de la familia en este tipo de trastornos. La postura expresada es tajante: aunque el grupo familiar juega un rol trascendente en la génesis y mantenimiento de los trastornos de conducta alimentaria, el state of the art establece que la familia no es el factor primario ni exclusivo que subyace al riesgo de desarrollar las patologías de anorexia y bulimia.
Entre las novedades propuestas figuran el cuestionamiento como criterio diagnóstico de la amenorrea para los casos de anorexia nervosa -se postula que no sea necesario tal signo-, asimismo se relativizan las subtipificaciones actuales entre variedad purgativa y variedad restrictiva en anorexia y bulimia -actualmente se estipulan estos subtipos aunque las variedades mixtas y transiciones entre ambos son más la norma que la excepción-.
En otros de los artículos es consolador hallar que, haciendo alarde de sensatez, la revisión respecto a la consideración de la obesidad como trastorno mental desaconseja tal postura nosológica, asimismo la revisión concerniente al trastorno de atracones nocturnos desalienta la proliferación de semejante diagnóstico precario. En cambio el respectivo reporte encuentra que el diagnóstico por atracones (binge eating disorder) ofrece muestras de validez diagnóstica más dignas de consideración.
Lo que no está aprobado es, obviamente, la inclusión en el texto oficial diagnóstico del término 'Princesa Ana' o 'Princesa Mía' para designar a las personas anoréxicas o bulímicas. Mientras tanto, el crear conciencia pública y mayoritaria de que no se trata de 'estilos de vida' sino de severos desórdenes causantes de enorme sufrimiento y severos riesgos , sigue pendiente.
Enlace:
- International Journal of Eating Disorders. Special Section on DSM-V.