Hay gente que considera como problemas de conducta en perros actividades tan naturales en ellos como ladrar, escarbar, destrozar cosas con los dientes o incluso morder. El problema es que los propietarios no siempre saben en qué momentos, circunstancias y con qué intensidad esas conductas deben considerarse anormales.
La conducta de un perro es problemática sólo cuando sus propietarios la consideran así. Si por algún motivo les preocupa algo que hace su perro, hay que actuar con rapidez. Pide al veterinario que te recomiende un especialista en conducta canina y ve a la consulta cuanto antes. No obstante, hay reacciones tan antisociales, o incluso peligrosas, que exigen actuar en el mismo instante. El primer paso para resolver un problema es averiguar sus causas.
Estrategias defensivas.
Cuando un perro se siente amenazado, recurre a una de estas cuatro estrategias defensivas: la huida, la lucha, la inmovilidad total o la adulación, es decir que puede salir corriendo en dirección contraria, adoptar una actitud agresiva, permanecer totalmente inmóvil con la esperanza de que el enemigo se marche o mostrar sumisión con el fin de aplacar su ira tendiéndose sobre el lomo o agarrando un juguete, por ejemplo.
La estrategia elegida en cada caso depende de varios factores, como la raza del perro, sus experiencias previas, y la situación concreta en que se produce el conflicto.
Estas estrategias defensivas se utilizan durante toda la vida. En general los trastornos de la conducta se producen cuando el perro utiliza una de estas estrategias en exceso. El más serio trastorno de la conducta es la agresividad permanente, causada por un uso excesivo de la estrategia de lucha.
Fases de la conducta agresiva.
Los perros normales sólo se comportan de forma agresiva cuando se sienten amenazados, y sólo atacan después de haber advertido hasta la saciedad que están dispuestos a hacerlo si es preciso.
Generalmente si el perro está mostrándose agresivo por temor, sus orejas estarán apuntando hacia abajo y hacia atrás, además estarán como sonriendo, para así dejar ver el mayor número de dientes posible. La cola estará baja o incluso escondida entre las patas. Si el perro, por el contrario, se siente seguro de sí mismo, tal vez sus orejas estén apuntando hacia arriba y hacia delante, su cola alzada, y además mostrará sólo los dientes frontales y arrugará el morro.
- Amagar. Si el peligro persiste, el perro avanza hacia lo que le asusta dando mordiscos al aire para mostrar así lo que le hará si no retrocede de inmediato. Normalmente, después de cada mordisco retrocede de nuevo.
- Morder. Si ninguna de las anteriores estrategias dio resultado, es posible que el perro pase a atacar. La gravedad de su mordedura dependerá del número de advertencias realizadas, además de la raza y el tipo de perro que sea, las circunstancias en que se produjo el ataque, y de si el perro había sido o no entrenado para no morder.
Agresivos con los humanos.
Un perro que se muestra agresivo con los seres humanos es peligroso. Si tu perro gruñe amenazante, te enseña los dientes, te amaga o te muerde, a ti o a cualquier otra persona, no faltan motivos para alarmarse. Sobre todo si va a encontrarse con niños; en ese caso, intenta ponerle el bozal o encerrarlo en su transportín o caseta portátil mientras buscas ayuda.
Si un perro te gruñe, está diciéndote claramente que desea verte retroceder por el motivo que sea.
Con demasiada frecuencia los propietarios de los perros piensan que, ante todo, deben salir airosos del conflicto, y sólo consiguen que su perro les muerda. Si un perro se muestra agresivo, piensa por qué lo hace, tal vez algo le asuste. Si el tuyo lo hace, pide consejo al veterinario o a un especialista en conducta canina de inmediato.
Agresivos con otros perros.
Los perros pueden mostrarse agresivos con sus congéneres de muchas maneras, algunas perfectamente normales. Por ejemplo, es muy natural que un perro adulto ponga en su sitio a un cachorro si éste intenta pasarse de la raya. De hecho, a su propietario le estará haciendo un favor. Y tampoco hay que alarmarse por las refriegas entre machos, destinadas a aclarar la posición jerárquica de cada uno, si son ocasionales. Ahora bien, si se producen con excesiva frecuencia o son más violentas de lo debido, entonces es preciso pedir ayuda profesional a un experto.
Todos los perros juegan a pelearse para aprender las normas sociales que rigen la conducta agresiva. Es vital que tu perro aprenda a atender y acatar dichas normas. Muchos perros son agresivos con otros perros porque no fueron debidamente socializados de cachorros.
El porcentaje tan reducido de perros que muerden a seres humanos demuestra que son los seres más benignos que hay en el planeta.