Revista Opinión

Problemas en las historias de zombies

Publicado el 05 febrero 2015 por Vigilis @vigilis
No me acaba de sorprender que las historias de zombies llenas de clichés continúen teniendo un gran éxito entre el público. Ahi está por ejemplo Autumn de David Moody, una historia que dejó descargar gratuitamente su autor en Internet y que tras medio millón de descargas le valió un contrato editorial de varios libros así como la venta de los derechos para el cine. Lo mismo le pasó a mi paisano Manel Loureiro, que comenzó a escribir una historia de zombies de forma episódica en un blog y su éxito le valió un contrato editorial (Apocalipsis Z). No se trata de trabajos que innoven o que destaquen por su creatividad, son las historias de siempre, pero al público le encantan.

Problemas en las historias de zombies

Esto no es nada, esto es de primero de friki.

¿Por qué gustan las historias de zombies repletas de clichés? El escenario zombie tiene varios atractivos que saludan a instintos básicos que todos compartimos. El no sentir culpa por presentar una gran dosis de violencia puede ser uno de ellos. La acción provoca emociones que la vida cotidiana nos niega. Es lo mismo que sucede con la gente que hace deporte, caza o, en otra división, se droga mucho (incluso en otra división más lejana y exclusiva, leer crónicas del siglo VIII y enterarte de que lo que allí se cuenta no tiene nada que ver con la historia de los libros de texto, también provoca esas emociones. ¡Hola batalla de Guadalete!).
Además, para el autor vaguete los zombies son el malo perfecto. Poner de malos a los nazis está muy bien para casi todo el mundo, pero te estás perdiendo esa parte del mercado que cree que los nazis no eran tan malos (skins, hooligans, el PNV, etc). Si tus malos son zombies, todos los seres humanos vivos son tu público potencial.

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Zombies nazis en muñecos de Lego. Bien.

Echad un vistazo a los malos prototípicos de la literatura gringa. Según evolucionan las demandas del público los malos pasan de los indios a los rusos, de los rusos a los moros, etc. Sin embargo nadie va a protestar por los zombies. Además, como los zombies ya están muertos, ni la religión más loca que puedas imaginar tendrá nada en contra de (re)matar a los muertos. Violencia sin repercusiones y sin que ninguna plataforma de señores enfadaditos te pueda censurar.

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¡A por ellos, hijo de Jor-El!

Las consecuencias de un mundo sin culpa y sin repercusiones también son atractivas desde el punto de vista de la supervivencia. Por fin puedes entrar en El Corte Inglés con un bate de béisbol. Estas historias suelen centrarse en pequeños grupos de supervivientes que tienen un mundo de recursos a su disposición. Que queden pocos supervivientes y que no existan normas nos lleva a la consecuencia inmediata que suma atractivo a estas historias: satisfacer instintos básicos y cruzar las líneas de lo prohibido. Y con esto no me refiero a una gran cantidad de esclavas sexuales. O no solamente a eso. Estas historias también dan la oportunidad de ver actos de valentía y desprecio por la autopreservación por encima de lo corriente.
La ausencia de lo corriente, la ausencia de normas y la ausencia de una sociedad adulta que te impide obtener satisfacciones inmediatas tiene consecuencias que son más o menos mostradas en las historias habituales de zombies. En La noche del cometa, las protagionistas se encierran en un centro comercial y no se tienen que preocupar por la tarjeta de crédito. Y es que una vez que levantan sus defensas para evitar la amenaza zombie inmediata, todo lo que hacen a continuación es lo que harían en ausencia de sociedad. Por decirlo de otra manera, en las historias de muertos vivientes hay una fase de transformar el Alcampo en un fuerte y otra fase de hacer competiciones de derrapes en su aparcamiento.

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La noche del cometa (1984).

No se puede pasar por alto el tipo de persona que escribe estas historias ni el primer público al que llegan. Cuando todo se derrumba ya no importa quién era rico, fuerte o guapo antes del apocalipsis. Lo único que importa es tener suerte y sobrevivir. Y en esa liga juegan en igualdad de condiciones los feos y débiles. El friki habitual tendrá una figura en la que verse reflejado. Además, muchos de estos autores son a su vez frikis, con lo que se pone en marcha un "efecto recompensa". No es casualidad que casi todas las historias de zombies incluyan algún tipo de amazona sexy, valiente y lista. Esta amazona en ausencia de machos alfa se verá obligada a bajar sus expectativas. Ahora que hay mujeres que se van metiendo en el mundillo, su aportación es exactamente la misma con los roles cambiados. Por fin empezamos a ver que las tramas afectivas de las historias de zombies no se diferencian mucho de los culebrones de Danielle Steel. Si es que al final del día mojar el pincel es el motor que mueve el mundo.

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The Walking Dead nos ahorra las escenas en que Rosita se depila y se lava el pelo. All right.

El gran problema de las historias de zombies es que no pueden durar mucho. Todavía no he visto a ningún autor que se invente algún mecanismo por el que se pare la putrefacción de los cuerpos reanimados. Ciertamente algunos evitan esta dificultad hablando de "infectados". Si un muerto no está realmente muerto durará más. Aunque no mucho más. Y es que los zombies —cualquiera que sea su tipo— lo tienen muy dificil para durar.
Los zombies tienen problemas muy gordos. Para empezar, los seres humanos estamos llenos de bichitos. En el momento en que un cuerpo deja de respirar, esos bichitos comienzan un proceso de fermentación que transforma materia orgánica en ácidos y gases. En el momento en que se desencadena ese proceso, la desaparición del cuerpo es inevitable. Pero también hay otro problema muy básico relacionado con la integridad del cuerpo: los zombies parecen sufrir algún tipo de analgesia. No sienten dolor y eso choca con la supervivencia básica. A esto le sumamos el ambiente propio de un mundo en el que no se recoge la basura (y donde además la basura camina): ¿esas moscas que espantamos con la mano?, los zombies no las espantan. Los muertos vivientes son como festivales andantes de larvas y huevos de insectos que los parasitan.
¿Cómo van a ser los zombies una amenaza para el ser humano si están por debajo de los organismos anaeróbicos y de la mosca en la pirámide trófica? Puedo ser más gráfico sin hablar de insectos: si en tu cuidad hay zombies, suelta a los perros y abre las jaulas del zoo.
Los zombies recientes son carne fresquita para todos los animales que comen carne. Desde el perro del vecino hasta las gaviotas. En los pocos días en que pueden ser alimento para depredadores de gran tamaño, los zombies son una presa extremadamente fácil.
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La mayor amenaza para el zombie, sin embargo, es un animal relativamente reciente en la historia evolutiva del planeta. Se trata de un animal con una capacidad de coordinación superior incluso a la de las hormigas y abejas. Es un animal omnívoro y presente en todos los biomas del planeta. Un animal evolutivamente adaptado a todos los ambientes y a casi todas las dietas, con un alto sentido de la supervivencia y cuyos depredadores superiores son inexistentes.
La idea de que los zombies supongan una amenaza para los seres humanos es similar a la idea de que la hierba suponga una amenaza para las vacas. Los humanos no sólo son capaces de usar herramientas y armas (y de perfeccionarlas según las circunstancias), sino que además tienen como una especie de castas que son entrenadas precisamente en el uso de las armas. Los zombies únicamente son un peligro en el combate cuerpo a cuerpo. Es dificil pensar que los humanos vayan a permitir un enfrentamiento directo. Y los zombies, para sobrevivir buscan continuamente ese enfrentamiento. Es duro que tu única fuente de alimento sea un depredador que te lleva una infinita ventaja.
Algunas historias de zombies tratan de evitar la posibilidad de respuesta humana haciendo que el virus/maldición/radicación que hace aparecer a los zombies, tenga una gran mortalidad entre los vivos. Pero incluso así, en dos semanas, esas bolsas de gas y ácido llenas de gusanetes y expuestas al ataque de loros y palomas dejarían de existir. Mi punto es que el trabajo que no hacen los microorganismos, los animales y los humanos, lo hará la exposición a los elementos. En un ambiente frío, el agua de los cadáveres se congela y en un ambiente cálido, se evapora. Simplemente estar ahí fuera se carga a los zombies en menos tiempo del que dispone una persona con acceso a agua y cama. Si al agua y al dormir le sumas un paquete de Oreos o sopa de sobre, después de dos semanas estarás en muy buenas condiciones para comenzar a repoblar el planeta con la ayuda de las amazonas sexys.

Problemas en las historias de zombies

Soltar a un zombie aquí es como tirarlo a una piscina de ácido sulfúrico.

Los zombies tienen todas las papeletas para fracasar incluso antes de que su descomposición, los depredadores y los elementos acaben con ellos en una semana. ¿Os acordáis de las castas de humanos que mencioné antes? Esa gente que se pone en una azotea con un rifle de francotirador y que revienta zombies antes de que se acerquen a dos kilómetros de distancia. Pues hay otras castas como los ingenieros de software que puede programar francotiradores automáticos con sensores térmicos que ahorren el trabajo a los francotiradortes humanos. Pero incluso hay otra casta de humanos que se dedica a investigar epìdemias y pensar en cómo combatirlas.
Pensad en las vacas locas. Se mataron millones de cabezas de ganado para evitar la expansión de la epidemia. Aunque en sus primeras fases no se puede distinguir a una vaca enferma de una sana, se cortó por lo sano. Con los zombies es incluso más fácil distinguir posibles focos de infección. ¿Ves esa señora hinchada y de color verde? Vuélale la cabeza. Un foco de infección menos.
Me queda en el tintero hablar de la Teoría del Borde, pero por hoy lo dejo aquí.
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