
"Tres amigos cursan el último año de secundaria mientras intentan hacerse populares para salir de su anonimato escolar. Su idea es sencillamente inocente: 'hagamos una fiesta a la que nadie olvidará'…pero nada los podrá preparar para esta fiesta. La noticia corre rápido a medida que se desvanecen los sueños, se ensucian las reputaciones y surgen las leyendas."

Seguro que durante los últimos años de secundaria, uno pensó que esa época era el tiempo de gloria para salir de fiesta, emborracharse y pasar las mejores noches de sus vidas; ni lerdo ni perezoso, Todd Phillips (director de películas descontroladas como Old School, Due Date y las recientísimas y ultrapopulares Hangover) vio una oportunidad para llevar el descontrol de las despedidas de solteros de sus últimas películas hacia un territorio más juvenil, y el resultado es Project X, una película bastante polarizante en el sentido de que está dirigida a un sector demográfico específico que de seguro disfrutará con fervor esta fiesta alocada, y el resto no encontrará quórum al verla.


El trio de protagonistas, meramente desconocidos, hacen un buen trabajo con una química palpable entre ellos, aunque el amigo gordo, Jonathan Daniel Brown sirva de punching ball verbal y apenas sobresalga como personaje, y el agregado de Martin Klebba este completamente de más como el enano desquiciado.

Calificación: B