Revista Cocina
El árbol de las cerezas viene de Persia. Su anunciamiento de esplendor es en Mayo y Junio, su mejor momento de madurez es a finales de primavera, que será cuando las utilicen en las elaboraciones culinarias. Hay dos especies silvestres con las mismas propiedades de las cerezas, la Prunus avium, de la que proceden las variedades dulces, que es la variedad más conocida en nuestro país, y se suele comer al natural, y también como ingrediente de recetas de cocina saludable y equilibrada. Y la Prunus cerasus, de la que vienen las acidas, denominadas Guindas, esta variedad agria, se suele utilizar para hacer salsas agridulces, conservas o algunas reposterías, así como aguardientes y licores.El color de las cerezas se debe a la presencia de antocianinas, un tipo de flavonoide que se encuentra en más concentración en ella que en ninguna otra fruta. Estos pigmentos son más antioxidantes que la vitamina E, ayudan a reducir el nivel de enzimas que causan la inflamación de los tejidos, lo que la convierte en el mejor tratamiento para algunos tipos de dolor. A las antocianinas se añade el poder del acido elágico y el alcohol perílico, un flavonoide monoterpénico que disminuyen la incidencia de muchos tipos de cáncer. Una recomendación para una cocina sana es consumir un zumo de cerezas natural, recién hecho, se les quita la pipa (hay ya en el mercado deshuesadores de cerveza), pero también se les puede quitar manualmente, que no resuelta tan difícil como parece, se abre con un cuchillo la cereza, y se rodea el hueso y esta se desprende fácilmente, para así poder beneficiarnos de las propiedades de las cerezas.