Psicocuriosidad: la cicatriz que nunca existió

En un experimento, se les pintó una horrible cicatriz en la cara a unos actores que debían presentarse a una entrevista. Al final del maquillaje, se les quitó dicha cicatriz, aunque ellos pensaban que la seguían llevando. Tras la entrevista, los actores aseguraron que habían percibido malestar en los entrevistadores a causa de la traumática cicatriz que llevaban (¡a pesar de no tener ninguna!). Por otra parte, los entrevistadores afirmaron que no les gustaron aquellos candidatos ya que parecían tremendamente acomplejados por su físico.

¿Qué concluimos de todo esto? Pues que ante ciertos acontecimientos de nuestra vida, lo verdaderamente importante es cómo juzgamos, interpretamos o entendemos nuestros defectos o nuestras posibilidades, lo cual nos hará comportarnos de una determinada manera u otra. En realidad, nosotros somos nuestros peores jueces.

foto|graur codrin