Uno de los temas más interesantes y peor resueltos dentro de la psicología de la Salud tiene que ver con la adherencia al tratamiento en patologías crónicas. En este tema se han desarrollados diversas estrategias, desde la “educación” sugerida por los médicos y enfermeras hasta las asociaciones de pacientes y su relación con la industria farmacéutica.
La experiencia muestra que hasta ahora las relaciones corporativas de la industria de la salud han utilizado el “hagamos algo por los pacientes” con criterios voluntaristas , en parte por desconocimiento de cuál es la verdadera dinámica psicológica del enfermo en cada patología y por lo tanto de qué mcesita saber y para qué y en parte porque hasta ahora no hay un modelo claro del retorno de la inversión en estas iniciativas. Pero hace tiempo que ya se cuestiona el imperialismo farmacológico dentro de la misma industria farmaceutica.
Se trata claramente de pensar en un cambio de paradigma en cuestiones tan complejas como : empoderamiento del paciente, definición de objetivos, identificación de los interlocutores más efectivos: colectivos profesionales, aseguradoras, farmacéuticas, pacientes; para generar productos que faciliten el día a día del paciente por un lado y permitan al profesional hacer mejor su trabajo por otro.
En el medio farmacéutico se están creando “departamentos de relación con el paciente” (Bayer, Sanofi, Novartis) que proponen contacto con las asociaciones de pacientes sin pensar en unidades de negocio. Al plantearlo como una acción de RSC y de mejora de la reputación e imágen pública de estas empresas, se está avanzando en un camino de responsabilidad social que nadie puede cuestionar.
Pero todavía es casi impensable tomar en cuenta el aspecto psicológico no solo intra personal: impacto de la patología crónica en la historia individual y en la adherencia al tratamiento , sino también virtual: impacto de la comunicación online , redes, hábitos de uso, diseño.
La psicología del paciente está detrás de la reputación delos profesionales, las medicinas, los centros de atención; porque la reputación no tiene que ver solo con lo que se hace sino con como el paciente percibe lo que se hace. El resultado, por lo tanto, es y seguirá siendo precario, porque el discurso 1.0 disfrazado de 2.0 es y seguirá siendo inoperante.
Quizás por eso las apps en salud no consiguen consolidar su uso continuado después de los primeros 6 meses y otros proyectos de e-health no salen nunca de la fase Beta.
Las Asociaciones de pacientes son importantes y su soporte es ineludible, pero no se puede perder de vista algunas evidencias:
1) + del 70% de los pacientes que acuden a consulta han primero buscado información en Internet y actúan en solitario. La única manera de llegar a ellos es a través del mismo canal peer to peer (red de pares, red entre iguales).
2) Desconocer el perfil psicológico del interlocutor supone el riesgo de caer con frecuencia en un diálogo “de besugos”.
3) El paciente empoderado que se siente comprendido y apoyado es un agente de salud
4) El mundo online de la comunicación en salud cambia constantemente, las respuestas individuales son permanentes
5) Las organizaciones y empresas cambian más lentamente que los individuos.
6) El modelo pasivo de búsqueda de información acerca de temas de salud y enfermedad está obsoleto
7) El rol de las farmacéuticas, asociaciones de pacientes y profesionales será en el futuro, garantizar la confiabilidad y validez de los canales online con una visión crítica
8) En el contexto actual de crisis del sistema de salud, si la industria farmaceútica acepta abrirse a posibilidades de inversión en productos (plataformas online, serious games, apps) que mejoren la percepción de calidad de vida del paciente y optimicen recursos, no solo logrará un impacto positivo en su cuenta de resultados sino que estará invirtiendo en reputación.
9) Una lectura médico clínica de la salud es siempre sesgada. Es necesario incorporar la vertiente psicológica y social para un correcto diagnóstico de necesidades y un correcto diseño de alternativas, toda enfermedad es siempre en alguna medida una enfermedad que se juega en el ámbito de la mente.-
10) La “dimensión humana” no es una dimensión más, es LA dimensión que pone en perspectiva el resto de las cuestiones. Por años, se han vendido medicamentos como un producto centrándose en el marketing a médicos. Los resultados están a la vista: gasto sobredimensionado, mal uso de los recursos, abandono de tratamientos, desprestigio social de la industria farmaceutica.
11) Habrá que pensar en clave de marketing si esto “abre el melón” para entender que no hay consumidores ni enfermedades sino enfermos y narrativas personales.
Aceptar la co creación interdisciplinaria de proyectos de e-salud, salud 2.0, e- salud mental y superar la simple colaboración o sponzorización no es una opción, es el único camino posible.-
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